Se habla mucho de las expediciones científicas británicas, alemanas o francesas, pero poco se sabe de las españolas. Hasta llegar al moderno CSIC y las hazañas del Hespérides hay un largo camino que han recorrido nombres como el marino e ingeniero naval Jorge Juan (1713-1773), el médico y naturalista José Celestino Mutis (1732-1808) y el médico Francisco Javier Balmis (1753-1819).
Por los hitos dejados por estos investigadores y naturalistas se posaron poco más tarde, si no de forma simultánea, la curiosidad de Humboldt y Darwin, entre otros.
A partir de este martes serán los protagonistas de tres conferencias en la Fundación Juan March que impartirán, bajo el ciclo ‘Un siglo de expediciones científicas españolas’, Rafael Bachiller, astrónomo y director del Observatorio Astronómico Nacional; Juan Pimentel, historiador e investigador del CSIC; y Luis Enjuanes, virólogo y profesor de investigación del CSIC.
"Fue una epopeya repleta de avatares y aventuras que resultó un espaldarazo a la teoría de la gravitación universal de Newton". Rafael Bachiller
La primera sesión será ‘Jorge Juan y la expedición al Ecuador para esclarecer la forma de la Tierra’ y transcurrirá por las expediciones del marino alicantino para abordar diferentes cuestiones técnicas y científicas en torno a la astronomía y la forma y dimensiones de la Tierra.
Bachiller se detendrá especialmente en su destacada participación en la expedición geodésica francesa junto a Louis Godin y Charles-Marie de La Condamine, al Virreinato del Perú (lo que hoy sería Perú y Ecuador) con el fin de zanjar un encendido debate sobre la forma de nuestro planeta.
“Fue una epopeya repleta de avatares y aventuras que resultó un espaldarazo fundamental a la teoría de la gravitación universal de Newton -señala Bachiller-. También, como consecuencia de aquella expedición sería la creación, en Cádiz y en Madrid, de los primeros observatorios astronómicos modernos en España, ambos aún activos”.
Para el astrónomo, Jorge Juan permanece hoy injustamente olvidado. “Sin embargo, su trayectoria vital testifica que fue un genio polifacético y uno de los máximos exponentes de la Ilustración y de la historia de la ciencia en España”.
La comparecencia de Juan Pimentel (día 25) se titula ‘José Celestino Mutis: el héroe de las mil caras y la flora imaginaria’ y versará sobre la figura del médico del virrey de Nueva Granada, un estudioso de la viruela que acabó dirigiendo una de las expediciones científicas más importantes de la Ilustración, la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, realizada entre 1783 y 1808..
De ella se conserva una de las mayores colecciones iconográficas sobre la flora de Bogotá, formada por más de 3.000 acuarelas, temples y miniaturas iluminadas, hoy conservada en el Real Jardín Botánico de Madrid. “Fue el resultado más notable de aquella empresa”, señala Pimentel.
[Archivo Mutis, el tesoro del Botánico de Madrid]
“Sus colores compactos y brillantes, sus formas rotundas, sus delicadas geometrías, nos dejan boquiabiertos -añade-. Durante mucho tiempo, sin embargo, la Flora de Bogotá fue un tesoro oculto, pues Mutis se resistió a desprenderse de las láminas y tampoco las publicó”.
Tampoco ha sido fácil apreciar quién fue Mutis, asegura Pimentel: “Además de introductor de la astronomía copernicana y de la física en Nueva Granada, mirmecólogo aventajado, estudioso de la viruela, promotor de la comercialización de la quina, la canela y el té americanos, fue un apóstol de Linneo, un corresponsal esquivo de las autoridades metropolitanas y un pionero de la ciencia colombiana”.
[Jorge Juan, el marino que llevó a España a la Royal Society]
‘La Real Expedición de la Vacuna vista por un virólogo’, de Luis Enjuanes, será la conferencia que cerrará, el martes 30, el tríptico de la Fundación Juan March sobre estos grandes investigadores. Enjuanes profundizará la primera campaña de vacunación a nivel global, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en 1803, dirigida por Francisco Javier Balmis con la ayuda de José Salvay y de la enfermera Isabel Zendal.
“La hazaña -explica Enjuanes- facilitó el tratamiento de la epidemia de la viruela, que en ese momento asolaba periódicamente todos los territorios hispanos de Ultramar, que en aquel momento tenía dimensiones mundiales. La campaña tenía como objetivo propagar y perpetuar la vacuna”.
En 1798 se publicaron los resultados de los avances en el desarrollo de la vacuna en el libro An Inquiry into de Causes and Effects of the Variolae Vaccinae. “El precedente que estableció la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna hace 200 años sigue vigente. En mi conferencia describiremos el papel de los niños de un hospicio que facilitaron el transporte de la vacuna en sus cuerpos, la producción de vacunas y los beneficios de la vacunación…”