Joan Álvarez: "Nuestro gran desafío es crear una inteligencia artificial que ‘piense’ en español"

Imagine que visita el Museo del Prado. Mientras pasea por sus salas, se suceden frente a usted las obras de los grandes artistas que conoce de memoria. De pronto, le llama la atención un lienzo del que no se había percatado en sus anteriores recorridos y que no recuerda haber visto ni en las revistas especializadas ni en los libros de texto. Cuando se acerca para comprobar la identidad del autor, lo que lee le deja perplejo. Ni el Greco, ni Tintoretto, ni Zurbarán: el cuadro lo firma una inteligencia artificial.

No se alarme, amable lector, por esta pequeña ficción: ni los Velázquez ni los Goya han sido desbancados por la intromisión de la IA. No se trata, sin embargo, de una distopía demasiado lejana. Solo hace falta recordar el caso de Edmond de Belamy, el cuadro generado por IA que hace ya siete años se vendió en Christie’s por 432.500 dólares. En los últimos años, la preocupación por el cambio de paradigma cultural que supone la irrupción de la inteligencia artificial ha sido el centro de multitud de debates y ha generado ríos de tinta.

En este sentido, exhaustiva como pocas es la monografía que ha preparado para su revista la Fundación Ramón Areces bajo la atenta edición de Natalia Armijos y Joan Álvarez. Con este último, exdirector general de la Academia de Cine, habla El Cultural sobre el enfoque que ofrece la publicación —que se presenta este lunes durante un coloquio sobre la creatividad, la regulación y el papel del idioma español en la IA— y el nuevo futuro que se abre en el mundo de la cultura gracias a esta tecnología.

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Pregunta. ¿Qué visión desean ofrecer en esta monografía en cuanto a la relación entre IA y cultura?

Respuesta. El encargo que nos hizo la fundación Ramón Areces fue ofrecer a los lectores de su revista un análisis bien informado y con una pluralidad de opiniones del impacto que está teniendo la IA en la creación y el consumo cultural. Al mismo tiempo, ofrecer también claves de cómo el marketing de los fabricantes de sistemas de IA han conseguido envolver esta nueva tecnología en un relato según el cual la IA esta cambiando las raíces de la humanidad. Hay filósofos que hablan de una nueva condición humana. Por eso hacemos un repaso a la literatura y a las películas que nos están diciendo qué va a ser este cambio tecnológico. En resumen, pensar las dos caras de la moneda IA: cómo afecta a la cultura y como es una cultura en sí misma.

P. Es llamativo que comiencen esta monografía con una conferencia sobre bioética. ¿A qué se debe esta decisión?

R. El filósofo norteamericano Michael Sandel había dado recientemente una fantástica conferencia abordando los dilemas éticos que plantea la aplicación de la “eugenesia” (mejora de las aptitudes del ser humano mediante ingeniería genética). La reflexión de Sandel incide de lleno en las cuestiones que suscita la IA. Su artículo es un complemento perfecto para la revista porque la ciencia es una de las dimensiones principales de la creación cultural. Y una de las más transformadas por la IA.

P. ¿Cómo puede afectar la IA a nuestra identidad como Homo sapiens?

R. Hoy por hoy no sabemos hasta dónde va a llegar la IA como sustitución o ampliación de la inteligencia humana. La IA que manejan los fabricantes y los reguladores se nos presenta envuelta en diferentes relatos y con alcances distintos. La hipótesis radical es que las máquinas llegarán a pensar mejor que los humanos.

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P. ¿Qué quiere decir con “pensar mejor”?

R. Esa pregunta aún no tiene respuesta en el plano de los hechos, pero lleva tiempo sirviendo como acicate para las novelas, las películas, las series y ese tipo de conocimiento que circula por la conversación y por el imaginario de la época. Con los datos que hay a la vista, llegaremos a fabricar máquinas que mejoren las capacidades del Homo sapiens y eso puede hacer saltar por los aires la clasificación del reino animal o tecnoanimal y arrebatarle la corona a nuestra especie.

P. En el prólogo de la monografía usted mismo apunta que la IA puede afectar también a las creencias religiosas. ¿De qué manera?

R. La creencia en Dios, que es la esencia de la religión, tiene como fundamento un contacto del ser humano con el misterio. Un misterio que ha evolucionado siguiendo los avances de la inteligencia humana y del nivel de conocimiento que la humanidad ha sido capaz de producir y mantener en vigor. Esta visión de la religión también se está viendo afectada por la idea de una inteligencia que puede ser reproducida o incluso mejorada por un robot.

»Una de las cuestiones clave sobre la IA es la dificultad del robot para incluir el sesgo emocional. En este sentido, una de las grandes preguntas de la IA es: ¿es posible un algoritmo que haga que un robot crea en Dios y llegue a estar convencido de que va a tener una vida más allá de la muerte? Es cierto que la máquina ya sabe manejar la información falsa y el fanatismo ideológico. Pero la fe en Dios sigue siendo un caso especial, casi único, de creencia sin pruebas. Y un gran reto para la IA.

P. ¿Qué papel tiene España en la consolidación de esta nueva tecnología?

R. Lo que estamos viendo tras la llegada del binomio Trump-Musk es un vuelco en la geopolítica en el que la IA tiene un factor clave. En este contexto, nuestro gran desafío es crear una IA que “piense” en español. También lo es que España fije un objetivo, propio o en consorcio con otros países europeos o América Latina, en este nuevo mapa geopolítico. Hay un punto de partida importante que es el idioma español como recurso de la IA y aquí se puede trabajar con países latinoamericanos.

»Para la presentación de la revista el 17 de marzo le hemos pedido a Asunción Gómez-Pérez, la catedrática de Informática y académica de la RAE experta en IA, que nos cuente cómo está respondiendo la Academia al desafío de hacer que el español sea un idioma competitivo en este terreno.