Hace un año, Los días felices de Chiqui Carabante ganaba el premio al Mejor Cortometraje andaluz del Festival de Granada, uno de los certámenes más importantes dedicados a este formato que abre sus puertas el próximo sábado. El director estrena este año su nueva producción, Bailongas, un trabajo que compite con un total de 37 títulos.

Chiqui Carabante (Málaga, 1967) se ha hecho mayor en su segundo corto. Después de dirigir una película efectista, coral, como Los días felices (1998), estrena la próxima semana, en el Festival de Granada, su nuevo trabajo, Bailongas (2000); una cinta más madura, con un importante trabajo de actores, "una historia aparentemente sencilla, pero compleja a la hora de resolverla. Es como un esbozo del natural", reconoce el director.

Un duro rodaje

Sevilla, unos días antes de la Feria de Abril. Un joven, que tiene serios problemas con su novia, se va a buscar desesperadamente a su camello por el barrio. Camello y cliente llevan el peso de la película durante los 8 minutos que dura la cinta. éste es el argumento de Bailongas. "Rodábamos al lado de la Maestranza, teníamos que terminar antes de la Feria, porque esas calles se abarrotan de gente. Fueron tres días muy duros. Hubo un momento que parecía que no iba a salir", dice Carabante. Pero aquí está. Bailongas debe ahora subir el listón de Los días felices, un musical que, además de salir victorioso de diez festivales (entre ellos el de Jóvenes Realizadores de Granada) y de obtener en 1999 el Fotograma de Plata, fue uno de los cortos más populares de la temporada entre aficionados y medios de comunicación. "Da miedo estrenar algo después de un éxito tan reconocido, por eso, entre otras cosas, me he querido alejar de todo lo que tuviera que ver con mi anterior trabajo. éste ha sido un proyecto bastante complejo, pero creo que, al final, Bailongas se sostiene", comenta.

Estreno en un gran festival

La semana que viene lo sabremos. Bailongas compite en granada con 12 cortos españoles y 25 extranjeros. Un buen nivel de participación que se complementa con títulos importantes como Abuelitos, de Francisco Plaza, El pan de cada día, de Ane Muñoz, Desire, de Jorge Torregrosa o Bancos, de Santiago Amodeo y Alberto Rodríguez -directores que, por cierto, colaboran con Carabante como extras en Bailongas-. Además, hay en Granada una nada desdeñable sección oficial de animación, que muestra 31 trabajos internacionales de gran calidad (como el portugués A suspeita, de José Miguel Ribeiro), y otro apartado dedicado a los formatos alternativos, vídeo, betacam, super o mini DV. En fin, que Bailongas se estrena en uno de los festivales más importantes del panorama del cortometraje nacional. A pesar de todo, el director no es muy amigo de los festivales. "No me gusta el ambiente competitivo que generan; hacen que los directores rodemos pensando ya en qué es lo que más va a gustar en un certamen. Lo más comercial. Creo que es más importante dejarse llevar", asegura el realizador.

Pero Chiqui Carabante no va a parar ahí. Ya tiene un guión para dirigir su primer largo (el título provisional es El hombre araña contra el mundo), que producirá Letra M (la misma empresa que ha llevado sus dos cortometrajes) y Jaleo Film. "Tengo mucha suerte, me están financiando la escritura del guión", comenta. Y es que, hasta ahora, Carabante no vivía del cine: "Nadie vive de hacer cortos; yo llevo mucho tiempo en el mundo del teatro, dirigiendo y actuando. He tenido mi propia compañía, La permanente. Hasta ahora vivía de esto".

En su primer largo, Carabante narrará las andanzas de un joven de 21 años; su primer corto lo protagonizaba una familia muy especial, la música y la "escenografía" eran elementos esenciales. En cambio, en Bailongas es el trabajo de los dos actores, Julián Villagrán y Manuel Solo, lo que ha querido destacar el director: "Sin ellos, no hay película".