Image: ¿Puede el cine expañol con otro Oscar?

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Cine

¿Puede el cine expañol con otro Oscar?

La Crítica selecciona “Leo” para competir en Hollywood

25 octubre, 2000 02:00

La Academia de Cine hará público en unos días el fallo de los académicos respecto a qué película debe representar a España en la siguiente edición de los Oscar, en caso de ser nominada. EL CULTURAL ha consultado la misma cuestión a diversos críticos y especialistas españoles. El resultado no deja lugar a dudas. Leo, de José Luis Borau, es la seleccionada. El propio realizador de Furtivos, galardonado recientemente con el premio Ondas, opina sobre las motivaciones de los votos y las posibilidades de su trabajo.

Dentro de unos días, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España presentará a su homónima en Estados Unidos, es decir, la Academia de Hollywood, la película española del último año que sus miembros consideran que debe optar a la candidatura por la Mejor Película de Habla No Inglesa. La película designada por la institución de cine española representará a España como la mejor película del último año y luchará por su nominación a la candidatura (una nominación que este año, con más argumentos que cualquier otro, resulta casi del todo punto improbable). Después, en el caso de que los encargados de tomar la decisión en Hollywood lo consideren conveniente, la película podrá optar al Oscar, que se concederá el 25 de marzo de 2001.

Requisitos básicos

Un total de 61 películas figuran en el listado que los más de mil académicos deben considerar para emitir su voto. Estos títulos cumplen los requisitos básicos para entrar en liza, es decir, han sido rodados en español o en cualquiera de las lenguas del Estado, se han estrenado entre el 1 de noviembre de 1999 y el 31 de octubre de 2000, y han permanecido al menos una semana en taquilla. La reglamentación de los plazos ha provocado introducciones de última hora, como la película You’re the One, de José Luis Garci, que se estrena el próximo viernes, 27 de octubre.

A la espera de que la Academia de Cine se pronuncie, El CULTURAL ha decidido realizar una encuesta entre los críticos y periodistas de cine más prestigiosos del país con el fin de comparar la opinión de la crítica especializada con la opinión de los académicos respecto a qué película debería acudir a la gala de los Oscar, en caso de que ser nominada por los miembros de la meca del cine norteamericano.

En un año especialmente "seco" para el cine español, que todavía parece recuperarse de la borrachera de 1999 -que deparó sorpresas como el Oscar a Almodóvar por Todo sobre mi madre, o estrenos de excelentes películas como Solas, de Benito Zambrano, o La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda-, la votación no ha resultado sencilla, si bien la crítica se ha decantado (con bastante ventaja respecto a sus más inmediatos seguidores) por el filme Leo, último trabajo de José Luis Borau, protagonizado por Icíar Bollaín y Javier Batanero.

Calidad artística

"A pesar de los bajos resultados obtenido en taquilla -afirma Fernando Méndez-Leite, crítico y director de la ECAM-, Leo ha sido sin duda la película de mayor calidad profesional y artística del año". De opinión similar son críticos como Miguel Marías o Carlos Losilla. El primero no acaba de decidirse entre el filme de Borau y el de Garci: "Las dos películas me parecen estupendas, rayando la obra maestra, pero por cuestiones obvias creo que la de Borau tiene más posibilidades de salir elegida por los miembros de la Academia española", mientras que el crítico y presidente de la ACCEC (la asociación de críticos de cine más representativa de España) cree que peca de ingenuo al votar esta película, "porque los gustos de Hollywood chocan frontalmente con el misterio de Leo". El crítico Carlos F. Heredero lo ha tenido sin embargo muy claro: "En un año en el que es difícil encontrar grandes películas españolas, merecedoras de Oscar, me inclino por la de Borau porque creo que es la de mejor factura y con bastante ventaja respecto al resto".

Otros filmes como La comunidad, de álex de la Iglesia; Goya en Burdeos, de Carlos Saura, o incluso la ópera prima de Achero Mañas, El bola, también han recibido el apoyo de la crítica. El argumento general esgrimido por los votantes hace especial hincapié en la osadía de las propuestas. El crítico Quim Casas defiende su voto al último trabajo de álex de la Iglesia principalmente por su marca de la casa: "Los americanos dieron el Oscar a Almodóvar debido a su idiosincrasia española, y La comunidad también responde al carácter genuinamente español". Asimismo, el director del programa "Días de cine", Antonio Gasset, se decide por Morir (o no), de Ventura Pons, "porque está realizada con mucha valentía y aporta nuevos caminos al lenguaje de nuestro cine, que al fin y al cabo es hacia donde debe evolucionar la cinematografía española".

El viaje de Leo

Me preguntan cuál va a ser la cerrera de Leo en la carrera de los premios y los reconocimientos, oficiales o privados, que según es costumbre se inicia por estas fechas. Carrera, dicho sea de paso, tan ardua como la de las taquillas y bastante más intrincada aún.

Chi lo sá? ¿Quién sabe cómo les dará por votar a los jurados, a los académicos, a los espectadores, a los compañeros o a los críticos? Al parecer -uno tampoco es especialista en eso-, se vota, incluso sin saberlo, por edades, por sexos, por simpatías, por intereses, por moda, y hasta, llegado el caso, por joder la marrana. Sólo hay que recordar el "¿contra quién va este elogio?" de Unamuno.

Claro que, justo es reconocerlo, también se puede votar, y de hecho así se vota en ocasiones, con independencia de todo lo anterior, antendiendo principalmente a la calidad, al esfuerzo realizado o a la novedad del producto en cuestión. De tal posibilidad se alimenta, a fin de cuentas, el prestigio de los galardones en sí mismos, y la esperanza de los autores o creadores que aspiran, o aspiramos, a ellos.

Sólo tengo por cierto que Leo es una historia de amor a tumba abierta, que pretende desmentir con su realismo -todo cuanto sucede en la pantalla sucedió antes en la vida- a quienes piensan que los humanos de hoy no somos capaces ya de pasiones sin cálculo ni conveniencia. Una historia violenta igualmente, donde se ha procurado limar cualquier violencia física para evitar el regodeo pornográfico que ésta suele llevar consigo.

En Leo los personajes no son ni buenos ni malos sino todo lo contario: víctimas como cualquier bicho viviente. Hombres y mujeres a cuyo drama asistimos como si lo presenciásemos tras las rejas de un zoo, impresionados quizá pero sin sentirnos incluidos en él, creyendo -infelices de nosotros- que no tenemos nada que ver con ellos, que no formamos parte de esa familia de ratas que viaja en la bodega del mismo barco sin saber muy bien a dónde ni por qué.