Image: Antonio del Real Rueda La mujer de mi vida

Image: Antonio del Real Rueda "La mujer de mi vida"

Cine

Antonio del Real Rueda "La mujer de mi vida"

21 febrero, 2001 01:00

Acostumbrado a rodar comedias, Antonio del Real está inmerso estos días en el rodaje de su primer drama, La mujer de mi vida, basada en una historia escrita por Lucía Etxebarría y José Luis Acosta. Con el a veces trágico mundo del cine como telón de fondo, el filme cuenta en su reparto con Emilio Gutiérrez-Caba y Concha Cuetos. EL CULTURAL ha acudido al rodaje, donde ha hablado con el director de Cha cha chá sobre su decimoquinta película.

Pocas semanas después de la entrega de los Goya, el auditorio del Palacio de Congresos de Madrid ha vuelto a llenarse de actores y figurantes trajeados para rodar las primeras secuencias de La mujer de mi vida, que dirige el incansable Antonio del Real (El río que nos lleva, Cha cha chá). Por puras exigencias del azar y del guión, Emilio Gutiérrez-Caba, que interpreta a un productor superado por el éxito, sostiene un Goya en sus manos. Podría tratarse del mismo que ha recibido por su papel en La comunidad, aunque como todo en el cine es mentira a nadie le sorprende que sea una estatuilla de cartón. "Por peregrinos motivos de imagen, la Academia nos obliga a hacer réplicas que no sean idénticas -explica el director-, así que hemos fabricado un Goya guiñando un ojo".

Guiños a la industria

Es el guiño que Antonio del Real lanza a la industria española del cine en los minutos iniciales de la película, por los que desfila lo más variopinto del mundillo: productores egomaníacos, actores en declive, trepas en busca de un cameo, modelos con aspiraciones interpretativas... todos ellos personajes caricaturescos para cuya caracterización, en algunos casos, los guionistas Lucía Etxebarría y José Luis Acosta se han basado en la realidad -como ejemplo, un director español titula su última película en inglés, Together forever, y además sale derrotado en los imaginarios Goya-.

"Es un retrato frívolo del mundo dentro del cine pero como excusa para presentar a los personajes, porque la historia transcurre por otros derroteros", afirma Antonio del Real, que se sienta frente al combo acoplándose los auriculares mientras su ayudante de dirección, Pedro Comesaña, pide silencio y transmite instrucciones pertinentes a Concha Cuetos y Emilio Gutiérrez Caba, protagonistas de la historia junto a Pepe Sancho y Leticia Bredice. Además, el filme cuenta con la colaboración especial de Miriam Díaz-Aroca, que mientras se rueda la secuencia número once espera sentada su turno con infinita paciencia: "Mi papel es el prototipo caricaturesco del amante del productor; y en realidad es el único personaje cómico en la película".

El autor de Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (ahora en las pantallas) no quiere permanecer encasillado en el género de la comedia, así que en su decimoquinto largometraje, y después de su reciente paso por el cine adolescente, ha dado un giro hacia el terreno del drama. "Es más bien un drama dulce, aunque tenga algo de comedia. Se trata de una historia que Lucía [Etxebarría] quería contar desde hace tiempo y que está basada en las experiencias de una amiga suya peruana", explica Del Real. Leticia Bredice interpreta a Faby, una mujer que ha huido del Perú por motivos políticos y que está afincada en España ilegalmente. Trabaja en un bar de Madrid, al que acude frecuentemente Enrique (Pepe Sancho), un actor que vive sus peores momentos olvidado por la profesión y que durante una noche sufre una caída en el bar debido a su lamentable estado. Faby avisa a Ramón (Gutiérrez-Caba), un productor de dudosa moralidad, para que ayude al actor. El productor decide darle una solución a los problemas de la inmigrante y se le ocurre la idea de casarle con Enrique para legalizar su situación en España. A partir de entonces, Faby será el catalizador del filme que precipite la vida de ambos personajes.

El tiempo es perfección

Una historia para la que harán falta ocho semanas de rodaje (hasta finales de marzo) y en la que Star Line Productions ha invertido 400 millones de pesetas. "Es un rodaje largo en comparación con la media de lo que se produce -argumenta el director-. Yo estoy acostumbrado a rodar en poco tiempo, pero a medida que me hago mayor exigo más. El tiempo es perfección en el cine, y viendo películas anteriores me doy cuenta de que faltan planos, por eso ahora no quiero cometer los mismos errores". Las 40 localizaciones del filme se ruedan en la capital madrileña y la mayoría de las escenas tienen lugar de noche, algo que no le hace mucha gracia al director: "La verdad es que siempre es más difícil rodar escenas nocturnas, pero me gusta tanto la historia que debo adaptarme a ella". Una historia con la que Antonio del Real quiere ganarse, una vez más, un suculento puesto en las carteleras españolas, donde llegará probablemente a principios de verano.