Image: Realidad y taquilla del documental

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Cine

Realidad y taquilla del documental

10 abril, 2003 02:00

Marlene Dietrich. Su propia canción, de J. David Riva

Marlene Dietrich, Charlton Heston, Rafael Amador, Montserrat Caballé... ¿Qué tienen en común? Todos forman parte del material de trabajo de los cuatro documentales que, una vez que se estrene el 11 de abril Marlene Dietrich: su propia canción, estarán presentes en la cartelera española. La calidad y el creciente interés que despierta el cine documental facilita que este género, históricamente destinado a la inmensa minoría, empiece a congraciarse con la taquilla.

Si hubiera que buscar un punto de inflexión en las tibias relaciones que siempre ha mantenido el espectador medio español con el cine documental, quizá habría que concretarlo en José Luis Guerín. Con su película En construcción (2001), aparte de conseguir el reconocimiento institucional (Premio Nacional de Cine y Goya al Mejor Documental), sedujo a casi 150.000 espectadores (680.154 euros recaudados). Todo un hito tratándose de una película sobre la demolición de un barrio, sin estrellas ni guión, pero que Guerín siempre definió como "eminentemente popular". De la mano del autor de Innisfree, el género testimonial demostró que no tiene por qué ceñirse a los espectadores omnívoros o de pestañas quemadas, sino que también puede y debe alcanzar a nuevos públicos.

Un propósito que, sin duda, ha conseguido Michael Moore. La incendiaria Bowling for Columbine ha llevado el documental a cotas comerciales mucho más altas y hasta ahora desconocidas. Su éxito en Cannes, y sobre todo la arrebatada oratoria de su director al recibir la estatuilla de los Oscar, han hecho las veces de una campaña publicitaria sin la que, en cualquier otra circunstancia, el filme no hubiera llegado a tantas y tan diversas audiencias. En España, el filme se estrenó con unas optimistas 15 copias. Tras la noche de los Oscar, el número de copias aumentó a 26, once de ellas en versión doblada al castellano, un despliegue en principio inimaginable para una película documental de espíritu transgresor que aborda la enfermiza posesión de armas en Estados Unidos.

Factores coyunturales
A la indudable calidad del filme, hay que sumar los factores coyunturales de la convulsa actualidad para explicar su éxito. No en vano, el filme introduce el concepto de la "teoría del miedo" que explica la razón de ser de Estados Unidos. Otra de las circunstancias que sin lugar a dudas favorece su distribución es el acercamiento tragicómico del filme a una materia grave, nada que ver con el tono solemne y afectado que suele poblar el género. En definitiva, tanto por su fondo como por su forma, Bowling for Columbine tiene la personalidad necesaria para atraer a las audiencias no familiarizadas con el género documental en pantalla grande. Haciendo frente a la urgencia de la caja catódica, en la que confían muchos espectadores, el filme se cubre las espaldas anunciando en su promoción que no se emitirá por televisión hasta dentro de un año.

Otras cintas también quieren sacar tajada de los dulces tiempos del documental, género que se va conviritendo en una alternativa seria a los desmanes de la ficción. El 11 de abril se incorpora a la cartelera española Marlene Dietrich: su propia canción, que se presentó en el pasado Festival de Berlín. Dirigida por J. David Riva, nieto de la legendaria actriz, la película se centra en el activismo político de la Dietrich durante la Segunda Guerra Mundial, un episodio de su vida que, lejos de las morbosas leyendas que rodean y alimentan el mito, ofrece un retrato nuevo y definitivo del auténtico torbellino emocional que se ocultaba tras la deformante realidad de los focos. Renunciando a su patria, entonces demonizada por los excesos del nazismo, y apoyando a las fuerzas del Eje aliado, en 1944 la Dietrich se embarcó en una intensa gira como entertainer de las tropas con la intención de levantar la moral de los aliados y desinflar la de los alemanes (la canción Lili Marlene, paradójicamente popular en ambos lados del conflicto, jugó un papel esencial). En su gira por diversos frentes de batalla subyace la romántica motivación de reencontrarse con su amante el actor Jean Gabin, quien lucha en el Norte de áfrica, y que fue junto a su marido Rudi Sieber uno de los hombres más importantes de su vida afectiva.

Material inédito
Si bien el documental muestra material inédito -impagables las pruebas que realizó para Josef von Sternberg antes de convertirse en El ángel azul-, el filme recorre de soslayo su biografía fílmica para centrarse en la biografía política y sentimental. Narrada por Jamie Lee Curtis con una rígidez que remite a las lecciones escolares de historia, la película tiene una voluntad ciertamente hagiográfica (no en vano la dirige un descendiente directo), si bien apunta ciertas contradicciones en la figura de la Dietrich, como su adhesión al bombardeo sobre Berlín consciente de que su madre vivía en algún punto de la capital alemana.

Todavía en cartel, Polígono Sur y Caballé, más allá de la música completan la oferta documental en las salas españolas. Dirigida por la francesa Dominque Abel, flamencóloga por derecho propio desde que realizó Agujetas, cantaor, vuelve a explorar las raíces del cante jondo en su nueva película. Polígono Sur lleva por subtítulo El arte de Las Tres Mil, en referencia al barrio más peligroso y marginado de Sevilla, y a la sazón la más prolífica cantera del nuevo flamenco. Solapando la introspección musical con la denuncia social, Abel pasea su cámara por las calles del barrio, obliga a sus pobladores -Rafael Amador, Emilio Caracafé, Horacio Silva, El Varilla, Tere Amaya Silva, etc.- a interpretarse a sí mismos y orienta la progresión dramática del filme hacia la organización de un concierto al aire libre, que toma la forma de un homenaje a Pepe "El Quemao", figura indispensable del flamenco surgido en Las Tres Mil Viviendas.

De la música popular a la culta, el documental de Antonio A. Ferré (que se ha distribuido con apenas dos copias y que ya da sus últimos coletazos en taquilla) recorre la vida artística y humana de Monsterrat Caballé. Es la propia diva quien revela las claves de su personalidad como artista, si bien se ha manifestado en desacuerdo con el resultado final de la película. Los testimonios de personas de su entorno, como Plácido Domingo, Zubin Mehta, Claudio Abbado o Mstislav Rostropovich ayudan a trazar los diferentes rasgos de la soprano.

Un formato, el de la entrevista, propio del cine documental, pero que las películas de ficción no dudan en incorporar a sus historias cuando lo consideran necesario. David Trueba no ha dudado en incluir secuencias de puro cine documental en Soldados de Salamina con la finalidad de transmitir la sensación de autenticidad que requería el filme. No es el único caso, ni será el último, en el que las fronteras entre realidad y ficción se tocan y se alimentan, pero no se anulan.