Mysterious Skin, de Greg Araki

Con un carácter marcadamente joven, el 26 de noviembre comienza el 42 Festival de Cine de Gijón, que inaugurará el director francés Olivier Assayas con su última película Clean. Hasta el viernes 3 de diciembre, que se clausurará con la proyección de la película post 11-S de Wim Wenders, Land of Plenty, competirán en la sección oficial de largometrajes un total de 14 películas de muy diversa procedencia y condición, si bien todas comparten la juventud, independencia y rebeldía de sus creadores.

Competirán en la capital asturiana cuatro promesas del cine norteamericano, cuyas producciones independientes han pasado por Sundance o recibido el apoyo de la crítica. Es el caso de Tarnation, demoledor debut de Jonathan Caouette bajo el amparo financiero de Gus Van Sant. También tendrán algo que decir Nicolle Kassell, dirigiendo a Kevin Bacon en The Woodsman; Mario Van Peebles (hijo del padre de la blaxploitation) con Baadasss!, y el rebelde Greg Araki presentando Mysterious Skin. La representación francesa en el certamen es igualmene alta: Wild Side, de Sebastian Lifschitz (premiada en Berlín); A tout de suite, la mirada nostálgica a la Nouvelle Vague de Benoit Jaquot; Ma mére, donde Christophe Honoré lleva a Isabelle Huppert al límite, y Lila Dice, segundo filme de Ziad Doueiri. Otros francotiradores como el argentino Pablo Trapero (Familia rodante), el alemán Andreas Struck (Sugar Orange) o el italiano Vincenzo Marra (Vento di Terra) concursarán con un cine de intensidad emocional y cosido a la realidad. El sueco Lukas Moodysson, para muchos el último genio europeo, estrenará en Gijón A Hole in my Heart, que se proyectará fuera de concurso.