Image: Noveles a por el Goya

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Cine

Noveles a por el Goya

Conversación con Santi Amodeo, Vicente Peñarrocha, Ramón de España y Pablo Malo

27 enero, 2005 01:00

Pablo Malo, Santi Amodeo, Ramón de España y Vicente Peñarrocha. Foto: Mercedes Rodríguez

La gala de los premios Goya, que tendrá lugar el domingo 30 de enero, será la crónica de un triunfo anunciado, si bien destaca por su impredecible fallo la categoría al Mejor Director Novel. Sus cuatro candidatos -Santi Amodeo (Astronautas), Vicente Peñarrocha (Fuera del cuerpo), Ramón de España (Haz conmigo lo que quieras) y Pablo Malo (Frío sol de invierno)- aspiran el domingo a una estatuilla que, en cualquiera de los casos, será muy merecida. Convocados por El Culural, conversan sobre las tendencias del cine español, la necesidad del éxito comercial, sus aspiraciones en la industria y sus visiones personales sobre el cine.

"Este va a ser el año más tranquilo de todos, porque ya sabemos que Mar adentro se va a llevar todo y los demás iremos a la ceremonia a hacer de arbustos", ironiza Ramón de España (Barcelona, 1956), periodista, escritor y ahora cineasta, candidato al Goya a la Mejor Dirección Novel por Haz conmigo lo que quieras. La categoría en la que compiten él y el resto de los debutantes reunidos por El Cultural -Vicente Peñarrocha (Valencia, 1965), Santi Amodeo (Sevilla, 1969) y Pablo Malo (San Sebastián, 1965)- brilla como una de las contadas excepciones a la regla de una gala determinada por las 15 candidaturas del filme de Amenábar. Al menos en su terreno, los cuatro directores noveles no tendrán que vérselas con el éxito español del año. Compartiendo mesa y mantel, hacen balance de la temporada.

Ramón de España: Tengo la opinión de que sólo funcionan dos tipos de película, la comedia descerebrada tipo Isi/Disi y la película de interés humano que llega al alma, como Te doy mis ojos el año pasado o la de Amenábar ahora. Entre esos dos extremos estamos el resto, los cuatro aquí reunidos, y por eso hacemos las taquillas que hacemos.
Santi Amodeo: Lo que pasa es que ahora se piden películas de género. Es la tendencia. Cuando la gente habla de Mar adentro, no se da cuenta de que es un melodrama puro y duro, cuatro personajes llorando en un mismo plano, y creo que eso es lo que ha molestado a la crítica, que ve los trucos de las películas antes que el espectador. Pero el cine de género es lo que se impone en las taquillas.

Isi/Disi, Mar adentro, El lobo... comedia, melodrama y thriller. Tres rotundas películas de género y tres rotundos taquillazos. Al autor de Astronautas no parece faltarle razón. Sin embargo, Pablo Malo, aspirante a la estatuilla con el drama Frío sol de invierno, matiza: "Es que no hay que olvidar que son películas con una maquinaria publicitaria detrás muy grande. Nos enfrentamos al gran obstáculo de la distribución. Salimos al mercado sin respaldo publicitario y a la semana tenemos que desaparecer de las carteleras. La presencia publicitaria determina el recorrido de una película en taquilla, aunque con esto no quiero quitarle méritos a Mar adentro. Hay una pole position... una parrilla de salida y somos los últimos en ella".
De España: Estoy de acuerdo. O empiezas como Santiago Segura con una camiseta de la película de plató en plató, o te quedas sin recursos para publicitar tu película. Creo que es un problema de información, porque yo me encuentro todavía gente que me pregunta cuándo estreno. Hicimos 130 millones [de las antiguas pesetas] y ni se enteraron.

Callado hasta el momento, el autor de Fuera del cuerpo, Vicente Peñarrocha, también parece fuera de la conversación. Sin embargo, como los pistoleros silenciosos, de repente apunta al corazón y abre fuego: "Yo creo que el cine español no existe. Somos un grupo de francotiradores haciendo lo que podemos, algunos de forma más comercial y otros más ligados al cine de autor, pero creo que no existe una industria de cine español".
Amodeo: Yo vengo de Estados Unidos y allí, la verdad, ven nuestro cine como algo exótico, nos ven como estrellas. Con Astronatuas, los adjetivos explotaban, me parecían desmedidos, y aquí la película no ha pasado de ser interesante, según la mayoría de los críticos. Lo digo porque creo que nosotros valoramos menos lo nuestro que como es valorado fuera de España.
De España: Pero la crítica sólo la lee una minoría. El productor de cine va a por los chavales de trece años que ni leen prensa ni leen nada.
Malo: Yo creo que la crítica, al menos en cine español, te saca de dudas. Te ayuda a seleccionar. Estoy seguro de que si no hubiéramos tenido buenas críticas, no habríamos recaudado ni la mitad de lo que hemos hecho en taquilla.
Santi Amodeo: Claramente, las críticas generan una opinión. Hay una serie de expertos que establecen el dictamen, y luego sus mismas frases sirven de alimento a artículos de toda índole que se copian en el resto de medios. Su influencia en el cine español creo que es clara y a veces determinante.

Guiones soprendentes
Entretenido con su pizza del tamaño de un neumático, Peñarrocha prefiere no opinar al respecto, si bien su película ha sido tratada por la crítica con enorme respeto y moderada admiración. Ante la propuesta de que cada uno relate su experiencia para sacar adelante una siempre costosa ópera prima, el cineasta valenciano, residente en Madrid, es el primero en testificar.

Vicente Peñarrocha: Yo venía de hacer varios trabajos en televisión [en la serie Un paso adelante] y, para dar el salto al cine, lo que hice fue escribir el guión más sorprendente y sólido que pudiera imaginar, pero aunque la idea gustó, me dijeron que era demasiado cara. Así que propuse la historia de Fuera del cuerpo, no menos disparatada pero más barata.
De España: Yo vengo del mundo de las letras y llevaba tiempo dándole vueltas pero me daba miedo. Lo fui perdiendo en conversaciones con Bigas [Luna] y con Isabel [Coixet, que tiene un cameo en su película], y me puse a escribir la historia en guión al mismo tiempo que en novela, por si no salía la película que al menos pudiera publicar la novela. La casualidad quiso que al mismo tiempo que la editaba Planeta, encontré un productor.
Pablo Malo: En mi caso ha sido un peregrinaje de insitución en institución, siempre con la misma productora. Muchas de ellas se resistián a financiar la película porque les parecía una historia demasiado delicada para un director inexperto como yo, con tan sólo un corto. Pero, joder, yo tenía la película muy clara en mi mente, yo la había escrito...

Guionistas todos también de su debut en la dirección, si algo tienen en común las cuatro películas en liza es su alma periférica y singular. Impulsadas por la necesidad de diferenciarse, se alejan de las convenciones genéricas para construir historias que juegan al desconcierto, como reflexiones en torno a la propia arquitectura ficcional del cine (Fuera del cuerpo), tragicomedias críticas con la normalidad social (Astronautas, Haz conmigo lo que quieras) o un audaz mestizaje de géneros que va del western al policíaco pasando por el terror y el melodrama (Frío sol de invierno). La fiebre del posmodernismo, según dicen.
Vicente Peñarrocha: Creo que el propio autor se aburre haciendo cosas que ha visto mil veces. No me motiva hacer una película sin riesgos, que sé cómo va a quedar. También creo que es nuestra baza intentar hacer un cine muy personal, porque hacer lo mismo que los americanos es absurdo, siempre lo van a hacer mejor que nosotros. Nuestra opción es rellenar un hueco que ellos dejan vacío. Hay que apostar por la diferenciación, y por eso buscamos argumentos originales.

De entrada, esto da lugar a que la pantalla se llene de inadaptados, perdedores, patéticos outsiders buscando ese lugar en el mundo que no les ofrece la sociedad del bienestar, habitantes del suburbio con la mirada y los sueños desenfocados, personajes todos ellos que pululan por las cuatro películas optantes al premio. ¿En qué medida responde esto a una mirada honesta con el mundo que les rodea?
Amodeo: En mi caso, todo lo que muestro sí responde a un sentir personal, al modo en que percibo mi realidad más inmediata, y todo de lo que hablo, los personajes de mi película, tienen un fuerte componente autobiográfico, pues yo me he movido y me muevo en ese mundo. En definitiva, conozco perfectamente el paisaje humano y urbano que retrato en la película.
Malo: Creo que, de entrada, los personajes fuera del sistema son muy interesantes y muy golosos para un guionista. A mí me seduce la idea de contar historias de gente que se mueve en los márgenes de la vida, personajes distantes y complejos, porque además me ofrece la posibilidad de sacar jugo a los actores.

Gusto por el suburbio
De España: Yo retrato a la "chusma" y el suburbio no porque sea un entorno familiar para mí, sino porque me resulta interesante dramáticamente y porque me parece muy cinematográfico.Del mismo modo que me parecía más apropiado un registro de comedia para contar la historia, que en realidad está inspirada en acontecimeintos reales muy dramáticos. Pero la comedia no tiene por qué ser banal, aunque en España se haya banalizado mucho desde que Berlanga y Azcona hacían sus películas.
Peñarrocha: Más que outsiders, mi película la habitan perdedores, gente con problemas. Tenemos a un director de cine incapaz de ser feliz, una actriz que arrastra su pasado como chica del tiempo, un Guardia Civil agobiado por la necesidad de dinero...
-El dinero como motor de los personajes es precisamente otro elemento común a las cuatro películas. Pero no podemos hablar de un cine social en ninguno de los casos...
Peñarrocha: El dinero es algo que siempre ha estado presente en el cine como una traducción inmediata de la amenaza del entorno, del miedo a la superación y a sobrevivir. No es un cine social, efectivamente, porque yo me muevo más en la necesidad de expresarme y de hipnotizar al espectador.
De España: Para mí es un gran concepto, un enorme ‘mcguffin’. En el mundo real, el dinero es lo único que importa. La censura económica ha sustituido a la censura política, y hoy en día ser alguien es tener mucho dinero. Ahora importan la fama y el dinero...
Amodeo: Creo que la fama ya está bastante desprestigiada...
Malo: Bueno, es relativo. Desde el momento en que se presentan 180 candidatos a Gran Hermano... Vivimos en una sociedad complicada a todos los niveles, y sobrevivir se convierte en algo tan agónico que el dinero es la salvación.
De España: Creo que la burricie se ha instalado como una cultura alternativa, y eso se refleja en el cine. Empieza a haber datos objetivos de que no estamos bien. Existe un borreguismo evidente.
Malo: Sobre todo entre las nuevas generaciones. Los chavales de 14 años se dedican a jugar todo el día a la Nintendo y a enviarse mensajes por el móvil... Es difícil hacer un cine interesante que llame a estas generaciones, porque ¿qué película se puede hacer con eso?
Peñarrocha: Es un discurso peligroso. Todas las generaciones miran por encima del hombro a la siguiente. En realidad, lo que hacen es no querer entender a sus hijos. Esos chavales no son alienígenas, son seres humanos con sus problemas. Seguro que si tratamos de entenderles, veremos que no es tan deprimente y que se pueden contar historias interesentes con ellos.
Amodeo: A mí lo que me gustaba de la generación anterior era el elemento salvaje que la definía. Las cosas que hacían Bigas Luna y Almodóvar, tan libres y desinhibidas, hoy ni se estenarían. Creo que el borreguismo se ha instalado realmente en los padres de clase media. Ellos son más peligrosos que sus hijos.
Aun dejando claras su preocupaciones por la realidad y su entorno más inmediato, los cuatro aquí reunidos no entienden el cine necesariamente como un espacio de denuncia. En mayor o menor medida, convierten la pantalla en el cajón de sastre de sus fantasías, como bien advierten al hilo de la conversación.
De España: El cine me lo planteo como una necesidad de explicar historias, tal y como he hecho hasta ahora con la literatura y los cómics. Es un soporte que me ofrece posibilidades muy interesantes. El contenido social ya depende de tu percepción de las cosas, y de alguna manera siempre va a estar implícito en lo que hagas, pero a mí lo que me interesa son los personajes, construyo las historias a partir de ellos.
Malo: En lo que yo pienso cuando escribo una película es en no aburrir. Todo lo demás es secundario.

Y para no aburrir, un gran aliado es el cine negro. Entre las cuatro películas en liza podemos asistir a chantajes, extorsiones, tráfico de drogas, prostitución, asesinatos, palizas, tiros y atracos, varias escenas de acción (brillantemente rodadas) más propias de otras cinematografías que ayudan a superar uno de los grandes complejos del cine español.

Cine sin complejos
Malo: Aquí en España, sacar a un tío con una pistola era ridículo. Creo que Urbizu fue quien lo hizo creíble con Todo por la pasta, pero antes de él nadie se atrevía. Los norteamericanos nos han conquistado el gusto, y hay una serie de historias que no encajan en la geografía española. Mi película no quería localizarla en ningún sitio, porque sabía que eso me iba a dar problemas...
De España: Lo que hemos aprendido de los americanos es el ritmo. Los aquí presentes hemos intentado todos huir de esa cadencia pausada, más europea y pegada a la literatura, y ofrecer una estética más relacionada con el propio cine que con nuestra realidad.
Peñarrocha: Cada cultura tiene sus registros. El rock es inglés, y creo que cierto cine sigue siéndolo. Para cierto tipo de cine es necesario descontextualizar las historias, como mi película, que transcurre en el mundo del cine. Tengo proyectos en marcha que directamente me planteo rodar en inglés, como por ejemplo una historia de terror.
Amodeo: También hay que pensar que la mayoría de las películas de terror buenas que hemos visto nos han llegado en inglés, y eso influye para querer hacer cine en este idioma. A mí me parece bueno hacer películas en inglés... va a ser más fácil venderlas.