Image: Niebla en el alma

Image: Niebla en el alma

Cine

Niebla en el alma

Marilyn Monroe en DVD

14 abril, 2005 02:00

Una escena de Niebla en el alma.

El Cultural entrega el 21 de abril, por sólo 8,95 euros, el DVD Niebla en el alma (1952), de Roy Baker. En la piel de una niñera psicótica, fue el primer papel protagónico de Marilyn Monroe, antes del estallido de la fama. Lejos de los arquetipos eróticos que la convirtieron en mito, en este drama ofrece una de sus interpretaciones más interesantes.

Puestos a elucubrar con el pasado (un ejercicio desaconsejable pero divertido), qué distinta podría haber evolucionado la carrera de Marilyn Monroe si a su papel estelar en Niebla en el alma (1952) se le hubiera hecho justicia. Quizá los productores y hasta el público podrían haber visto en ella algo más que un objeto de seducción, algo más de lo que había mostrado en los quince papelitos anteriores a su primer "papel serio", en los que se paseaba delante de la cámara balanceando sus voluptuosas formas y hablando más bien poco. Digamos que poniendo un poco más de atención podrían haber visto más allá del deseo, a una Marilyn que trasciende su cuerpo aún siendo consciente de su poder frente a los hombres, entonces es posible que todo -los papeles bobos, la falta de confianza, los miedos paralizantes, la explotación comercial, las carencias afectivas, la fama devorándola, la muerte- hubiera sido muy distinto para ella y para el mundo. Pero el mito/mártir Marilyn ya estaba escrito en letras de fuego antes de todo aquello, era cuestión de tiempo, y hoy sólo nos queda comprender su papel de la niñera psicótica Nell como un extraño producto en los albores de su carrera, una de esas rarezas que en el mejor de los casos apuntan lo que pudo haber sido y en el peor nos confirman que tuvo su oportunidad y la desperdició. Marilyn sabía que la locura se encierra pero que la suya era una locura para ser exhibida, y con todo eso y sus traumáticas experiencias infantiles de orfanato construyó el personaje que podría haber llevado su carrera por otros caminos, acaso menos excitantes y más respetuosos, pero simplemente fue ignorado y ahí quedó la cosa. Luego vendrían Hawks, Niágara y la otra historia (la única posible), que empezó con las cataratas.

La ironía del asunto descansa en que Marilyn, la insegura señorita Monroe, construyó su personaje dramático más complejo y convincente sin la ayuda de ‘natashas’, ‘strasbergs’ ni de ninguno de esos merecachifles de la interpretación que vivieron bajo su sombra proyectando las suyas sobre ella. Eso vendría después, con la lista de chupópteros que traen la fama y el dinero en su regazo, pero para Niebla en el alma buceó solita en las oscuras aguas de su amarga y solitaria niñez (¿cuánto hubo en todo ello de astuto ‘marketing’, Marilyn?). Aquello ya era "El Método", su método, antes de que nadie se lo enseñara para complicar su existencia todavía más. En Niebla en el alma hemos visto rostros de Marilyn que nunca más repitió, rostros más prosaicos y terrenales. Sin la conciencia de ser vigilada, desprende una energía y sencillez interpretativas que lejos de las acomodaticias y estultas poses de su popularidad transmiten sentimientos complejos y razones profundas. Quizá es que el personaje no era ella y ella no era el personaje, como lo fue de un modo u otro en cualquiera de los papeles que la hicieron famosa. Quizá es que, efectivamente, era una actriz. Como es natural, el resto del mundo se enteró demasiado tarde.

Aroma negro. Roy Baker, el director británico al frente de esta producción de bajo presupuesto, que desprende cierto aroma de cine negro, no dudó un instante de su talento y eso se nota en la libertad con la que se mueve la actriz en sus escenas, algunas realmente memorables, ocupando el centro de la trama desde que entra con mirada herida en el hotel donde transcurre toda la acción. Naturalmente, ver a Marilyn en la piel de una demente con el filtro deformante que da la dimensión erótica del mito (del que, sorprendentemente, la película se descuelga), no permite valorar su trabajo más que desde la atalaya de cierta justicia poética. Antes de que se convirtiera en la novia de América, Marilyn fue la chica problemática en una turbia historia de almas cínicas y solitarias, desquiciados juegos de seducción, amores rotos y traumas postbélicos, siguiendo la senda abierta con su participacion en La jungla de asfalto de Houston, obra magna del film noir, un lugar, el del cine negro, donde la actriz podría perfectamente haber hecho carrera si la comedia musical no se la hubiera tragado. Comparte protagonismo con Richard Widmark, tan canalla y magnético como siempre; Anne Bancroft, que da la banda sonora del filme en este su debut en la gran pantalla, y el imprescindible secundario Elisha Cook Jr., un rostro tan familiar en los relatos de serie negra que sólo con su presencia ya eleva la película, de apenas setenta minutos de duración, a la categoría que merece.


La crítica dijo que...
-"Marilyn Monroe demuestra sin lugar a dudas que es el tipo de nueva gran estrella que siempre piden los propietarios de salas de cine" (Motion Picture Herald Tribune)
-"Niebla en el alma tiene buen ritmo, un argumento intrigante y muchas bazas, la más importante de las cuales es la señorita Monroe" (New York Daily Mirror)
-"Se ha lanzado a Marilyn a las procelosas aguas del dramatismo [...], puede decirse que flota" (New York Post)