Image: Tootsie

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Cine

Tootsie

La Gran Comedia en DVD

21 julio, 2005 02:00

Jessica Lange y Dustin Hoffman en Tootsie

El Cultural entrega el 28 de julio, por sólo 8,95 euros, el DVD Tootsie (1982), de Sidney Pollack. Este gran éxito de los ochenta, aparte de convertirse en una de las comedias de transformistas más memorables, consolidó definitivamente a Dustin Hoffman como un actor de ilimitados registros, por encima de cualquier género, cinematográfico o sexual.

Las listas negras de actores no son ningún invento. Existen. Hay actores con fama de problemáticos (merecida o no) que a partir de determinado momento no encuentran trabajo ni para mostrar sus manos en un comercial de jabones. Son desterrados de la industria. Nadie quiere trabajar con ellos. Eso es lo que le pasa a Michael Dorsey (Dustin Hoffman), despreciado de Nueva York a Hollywood, y por eso se transforma en Dorothy Michaels (Dustin Hoffman, también). Cuestión de supervivencia. No le contratan ni para disfrazarse de tomate porque según el actor es un "tomate sin motivación" (en los primeros minutos de la cinta comprendemos, retrospectivamente, la cantidad de sandeces que se dicen en nombre de los Straasberg). Sabemos que la realidad suele imitar a la ficción o viceversa, y el excelente director Hal Ashby (tan olvidado) estuvo a punto de dirigir esta comedia pero abandonó en el límite aduciendo incompatibilidades con Dustin Hoffman. El autor de Harold y Maude no estaba dispuesto a soportar las injerencias del actor con aura de estrella, que gozaba entonces de una popularidad que desde entonces no ha perdido. Luego llegó Sidney Pollack, quien, más astuto, se aseguró el corte final de la película. Dejó a Hoffman hacer y deshacer a su antojo, pero el privilegio de la sala de edición (es decir, de escoger las tomas válidas) quedó en manos del director.

Explicamos esto porque Tootsie es de esas películas que están hechas a mayor gloria de su protagonista, que desde su descubrimiento con El graduado (1967) no paraba en su ascenso a la santificación con películas como Cowboy de medianoche, Kramer contra Kramer, Perros de paja, Papillón o la indispensable Lenny (lo mejor que ha hecho y sin necesidad de dar vida a un personaje con minusvalía física o mental). Podemos decir que su definitiva consolidación como actor de interminables y profundos registros le llegó con Tootsie, un exitazo de los años ochenta que acumuló en taquilla la nada despreciable cifra de 176 millones de dólares. Gran parte de ese montante se debe a él y a su inteligente, intuitiva construcción de Dorothy Michaels. Lo que tiene este personaje transformista por necesidad es que, aparte de dar pie a todas las bromas posibles sobre la confusión de sexos (algunas de tendencia rayanamente homófoba, algo casposas en comparación incluso con la mejor de las comedias transformistas, Con faldas y a lo loco, ¡realizada más de veinte años antes!), es que el personaje inventado dentro de la propia invención, es decir, la mujer actriz en la que se transforma Michael Dorsey, no es una válvula de escape donde van a dar los mejores chistes de los guionistas (como ocurre en tantas películas de naturaleza similar), sino que es un personaje en sí mismo de gran altura, al que no hay que justificar mirando debajo de su disfraz. Aún siendo puro artificio, hecho de maquillaje y peluca, podemos por momentos sentir que una mujer existe bajo la piel de la gran estafa perpetrada por Michael Dorsey. Una mujer, en todo caso, de carácter duro.

Identidades
"Creo que Dorothy es más inteligente que yo", le dice Michael a su compañero de piso. Y tiene razón. Lo es porque su necesidad de actuar le impide ser él mismo y le obliga a trascenderse, a reconducir su esencia creativa en un cuerpo extraño y bajo situaciones inverosímiles, frente a las que en cualquier situación normal nunca se enfrentaría con tanto ingenio. Es un actor de raza que vive cómodamente instalado en otros egos y sólo querrá revelar su verdadera identidad cuando se enamora de su compañera de reparto en la infame teleserie que protagoniza (y el padre de ésta se enamora de él... bueno, ella). Tiene sentido que así sea porque aceptamos que el amor nos devuelve a nosotros mismos. Quizá es de esa certeza de donde surge, como una caricia, la emoción final que deja la película, y sin la que quizá hubiera recaudado bastantes menos dólares. ¿A quién le debemos por tanto lo mejor de Tootsie? ¿A Dustin Hoffman? ¿A Sidney Pollack? Decir que el cine es trabajo en equipo es una perogrullada hasta para películas tan claramente personalizadas como ésta. Pollack dejó trabajar a Hoffman más allá de los límites normales de intervención de un actor en un proyecto (la improvisación estaba a la orden del día), pero Pollack supo encauzar esa energía hacia un sitio determinado, y darle la forma de una película tan bien narrada y tan limpiamente dirigida como vocacionalmente interpretada. El resultado es una memorable comedia que satisfizo a todos. Actores o no.


Curiosidades
-El título original de la película era Shirley, pero Dustin Hoffman sugirió Tootsie porque era el diminutivo con el que su madre le llamaba de pequeño.
-El actor Bill Murray (Jeff Slater en la película) aceptó no aparecer en los créditos para evitar sospechas de que se trataba de una comedia ramplona de las suyas, como Los albóndigas o El pelotón chiflado.
-Geena Davis debutó con esta película en el papel de April, una de las enfermeras del culebrón, la que comparte camerino con Dorothy Michaels.