Cine

Ejecución inminente

Clint Eastwood en DVD

20 octubre, 2005 02:00

Isaiah Washington en Ejecución inminente

El Cultural entrega el jueves 27 de octubre, por sólo 7,50 euros, el DVD Ejecución inminente (2000), película claramente anti-establishment en forma y contenido. A través de la investigación de un veterano y cínico periodista, Eastwood teje con pulso maestro y ritmo trepidante un thriller que denuncia la pena de muerte y los fallos del sistema judicial norteamericano.

En su papel número 41 y con su película número 21 como director, Clint Eastwood aún guardaba sorpresas en el bául. Jamás hasta entonces había interpretado a un periodista, y lo extraño es que nadie hubiera reparado en lo bien que se ajusta a la tipología eastwoodiana el oficio más cínico del mundo. Steve Everett es un periodista de olfato legendario de quien nadie envidiaría su vida personal. Padre irresponsable y marido infiel, alcohólico en recuperación y conductor temerario, su heroicidad no es de esas que se divisa a primera vista. Es un perdedor. Corren dos versiones de por qué le echaron de un importante rotativo neoyorquino, si por acostarse con la hija menor del editor o por desvelar un caso de corrupción que no debía ser desvelado. La versión que nos convenza dependerá de si nos quedamos con la forma en que nos presenta Eastwood al personaje (emborrachándose en un bar con una joven) o con la forma en que se despide de él. El caso es que ahora se gana la vida en un periódico local de California, donde a lo largo de las 24 horas que la película comprime en dos, Everett se enfrentará al artículo más importante de su vida. El redactor-jefe (con cuya mujer se acuesta) le encarga cubrir la ejecución del reo Frank Beechum (Isaiah Washington). "Se trata de un artículo de rutina, no lo conviertas en un Watergate", le advierten. Pero a medida que Everett se informa del caso y entrevista a los testigos y al propio condenado, su olfato le dice que van a matar a un inocente. Para demostrarlo, pondrá en juego su trabajo, su familia y su dignidad. Incluso los perdedores tienen agallas.

Sólo en la mano de los maestros está el pulso de una película como Ejecución inminente, que evoca con tanta precisión el ritmo de trabajo de un periódico cualquiera en un día cualquiera, respondiendo a un tempo cinematográfico que debería servir de ejemplo a cualquier hijo de la MTV sobre el resultado que debe ofrecer una película cuando el cómo se congracia con el qué y lo que importa no es deslumbrar con cada plano sino hacerlo cuando la historia lo demande. Clint Eastwood sigue ese ritmo como acaso lo hacen los músicos de jazz, manteniéndose fiel a un tema principal -la búsqueda de la verdad, primer mandamiento del periodista- pero permitiéndose algunos brillos de improvisación. El ambiente, la atmósfera del periódico que abre la historia está tan eficazmente captada que, a partir de ahí, la película tiene que hacer grandes esfuerzos para mantenerse a la altura. No siempre lo consigue, y a veces recurre a soluciones sencillas (achacables al guión, no a la dirección, tan pulcra y sobria como cabe esperar), pero afortunadamente, lo inverosímil adquiere verosimilitud en esta trama en aceleración continua. Los otros escenarios y los otros personajes en juego (la película se mueve en diversos territorios) tienen tanto interés por lo que arrastran y callan como por lo que muestran y dicen. Incluso los múltiples personajes secundarios llevan una historia a sus espaldas, el cura presumido, la abuela de un testigo, la mujer del condenado, el alcaide de la prisión, el director del periódico, la esposa infiel del redactor-jefe, la secretaria de redacción, la infeliz mujer de Everett... interpretada esta última por Diane Venora y responsable de un memorable monólogo que logra encoger a Clint hasta parecer minúsculo a su lado.

Radiografía americana
Radiógrafo crítico y agudo de la sociedad americana. Eastwood demostró una vez más que él va por libre en esto de hacer cine, y hundió su escalpelo esta vez en un sistema que confunde justicia con venganza, racismo con honestidad ciudadana, salvación con alzacuellos. Atento a la fotografía general sin perder de vista el detalle (qué otro cineasta hubiera encontrado el drama de la despedida en un rotulador verde), permite que el espectador acceda a la intriga siguiendo los mismos pasos del periodista, ofreciéndonos la oportunidad de juzgarle no sólo por su rebeldía y talento para oler la verdad sino por sus múltiples debilidades. Un ejemplo de su sabiduría cinematográfica es manifiesto en el corte del director del periódico a punto de mascar una chocolatina, plano al que vuelve tras mostrar una reunión del alcaide con los guardias repasando los preparativos de la ejecución. Es el momento preciso en que se activa la cuenta atrás para demostrar la inocencia de Beechum, en contraste con la frialdad de la justicia. Es tal la destreza de Eastwood para manipular el pensamiento del espectador, que hasta, si se descuida, puede hacerle creer que Papa Noel existe.

Curiosidades
-El tema musical que acompaña los créditos finales de la película, Why Should I Care, interpretado por Diana Krall, está compuesto por Clint Eastwood.
-El guión, escrito por Larry Gross, Paul Brickman y Stephen Schiff, está basado en una novela del neoyorquino Andrew Klavan.
-La acción de la novela transcurre en St. Louis, pero Eastwood prefirió llevarla a su tierra natal, Oakland, en el estado de California.
-La hija de Eastwood en la película lo es también en la vida real, Francesca Fisher-Eastwood.