El Cultural entrega el jueves 24 de noviembre, por sólo 7,50 euros, el DVD Poder absoluto (1997), thriller político en el que Clint Eastwood implica al presidente de EEUU en un asesinato.

Cautiva de Poder absoluto cómo un thriller perfectamente entretejido se toma su tiempo para recalcar las relaciones afectivas, marcadas por la orfandad, de un padre y una hija, tema casi expeditivo en la filmografía de Clint Eastwood. Hasta el punto de que transcurrido un tiempo, muchos espectadores recordarán esta película más por su desarrollada intriga sentimental que por la criminal y política, no menos interesante.

La intriga toma sus curvas y meandros a partir de la brillante secuencia con que abre el film, de lo mejor que ha rodado el cineasta nortemaricano en su carrera. El argumento se podría resumir del siguiente modo: un experimentado ladrón (Clint Eastwood lanzándole un guiño al Cary Grant de Atrapa a un ladrón) anda desvalijando una casa cuando presencia la implicación del presidente de Estados Unidos en un incidente sexual y criminal con la esposa de su mejor amigo. Aunque el ladrón logra huir con el arma del crimen, decide abandonar el país, pero cambia de opinión cuando descubre la auténtica bajeza moral del presidente, dispuesto a rascar unos puntos de popularidad aprovechándose del dolor del marido de la víctima.

En Poder absoluto la sangre no salpica al sistema, sino a los hombres que mueven sus hilos. Ese es su gran acierto, pues como han demostrado los repetidos escándalos presidenciales de Estados Unidos, la bandera nunca se ensucia a pesar de la mierda que pueda cubrir. De este modo, no sorprende, aunque inquieta, que la integridad ética de un ladrón sea mayor que la del presidente del país, cuyo "poder absoluto" no se detiene ante placeres y crímenes, y lo mismo baila un vals cuando su coartada queda expuesta que ordena la eliminación de dos inocentes "en defensa de la patria". Pero el título ejerce de ironía, pues el auténtico poder queda en las manos de un delincuente honesto y en su necesidad de venganza, testigo de privilegio que ha olfateado las cloacas del poder. Será la sucia moral de sus enemigos la que arroje luz y determinación a sus actos.

En una industria aficionada a convertir en héroes a los líderes de la patria, Poder absoluto brilla por su audacia y honestidad. Casi todo en ella, en su emoción y su acción, es como una herida que sangra culpa y desencanto. En sus imágenes hallamos la noción de una América que si se mantiene a flote no es gracias a la cordura moral de sus gobernantes, sino al silencio y desconsuelo de sus víctimas.


Curiosidades
-La película está basada en un best-seller de David Balacci, y el guión lo escribió William Goldman, el mismo guionista de películas como Dos hombres y un destino o Todos los hombres del presidente.
-En busca de la luz que Eastwood quería para las secuencias nocturnas de la película, paseo con Jack N. Green por el museo de Maryland, para que el director de fotografía se empapara de ciertos cuadros.