Cine

Robert Towne

El Cultural entrevista al guionista de "Chinatown", que estrena "Pregúntale al viento"

11 mayo, 2006 02:00

Robert Towne

Las novelas de John Fante, padre literario de Charles Bukowski, piden a gritos desde hace décadas su traducción en imágenes. Pero el cine no ha sido especialmente atento con ellas. Sólo se recuerda la adaptación de Espera a la primavera, Bandini, realizada por Dominique Derrudere en 1989. Ha tenido que ser Robert Towne, autor del que muchos consideran el guión más perfecto de la historia del cine, Chinatown, quien se decidiera a adaptar la novela más autobiográfica del visceral escritor norteamericano, Pregúntale al polvo. Se trata de un viejo y amado proyecto del legendario guionista que vivió los años dorados del Nuevo Hollywood, amén de ser uno de los grandes doctores a los que acude la meca del cine para curar guiones enfermos, y por eso ha preferido dirigir la película él mismo, convirtiendo así los románticos sueños y las desgarradoras experiencias de Fante en su cuarto largometraje en veinticinco años (entre ellos Tequila Sunrise) .

Protagonizada por Colin Farrel en el papel del memorable Arturo Bandini, antihéroe por excelencia de la literatura pulp, escritor de espíritu hedonista atrapado en sus prejuicios y fantasías, y sin duda uno de los personajes más entrañables de la literatura norteamericana del siglo XX (alter-ego de Fante y protagonista de varias entregas), llega a nuestras salas con el título desafortunadamente transformado: Pregúntale al viento. Salma Hayek encarna en esta adaptación a la belleza mexicana de la que Bandini se enamora perdidamente, Camila López, rematando así el reparto principal de una original y poderosa historia de amor que Towne, a pesar de los esfuerzos, no logra atrapar con la contundente nostalgia que respira la novela. Los sueños frustrados, el aprendizaje creativo, los prejuicios raciales y, sobre todo, el infierno y la gloria de la ciudad de Los Angeles en los años treinta, destino de soñadores y artistas, forman el corpus poético de un relato literario de primer orden transmutado, sin apenas alma, en un producto cinematográfico acaso demasiado convencional y relamido para un texto tan desnudo y singular como el de Fante.

-Charles Bukowski dijo de John Fante que escribía desde las tripas y el corazón. ¿Esta película también nace de sus tripas y su corazón?
-Desde luego nace de mi vida. Creciendo en Los Angeles, me crucé con el libro de Fante hace 35 años cuando investigaba para el guión de Chinatown y buscaba algo en literatura sobre la ciudad de Los Angeles en los años treinta. Así conocí a John Fante y a su familia, y sobre todo me di cuenta de lo importante que era la ciudad para mí, cómo esas imágenes del pasado sobre las que escribía eran también imágenes de mi propio pasado.

-Pregúntale al polvo es probablemente la novela más pesimista de Fante, y también la más autobiográfica. ¿Qué le atrajo de ella?
-Supongo que lo que más me atrajo fue la historia de un hombre joven que llega a la ciudad para escribir una gran novela sobre ella, una novela que cambiará su vida y hará sus sueños realidad. Esa idea me gustaba. Se convertirá en un hombre rico y famoso y escapará a los estigmas de su origen étnico. Escribir sobre un lugar y una gente que se traslada a esa ciudad procedente de todos los rincones del país para hacer sus sueños realidad me parecía una ironía deliciosa. Me gusta John, y también sentí atracción por Camila, por su naturaleza exótica, por ser un ejemplar de un lugar exótico, por su sexualidad intimidatoria.

-Una de las razones por las que siempre he disfrutado de las novelas de Fante es que ofrece raciones equilibradas de humor y desesperación, de luz y de oscuridad. ¿Cuál es el espíritu de la novela que quiso llevar a la pantalla?
-Creo que ese espíritu que describe, el de luz y oscuridad, es el que quería para la película. Bandini, como muchos soñadores y escritores, es algo maníaco-depresivo, en un momento está lleno de esperanzas, pensando que es un gran escritor y que ha sido señalado por Dios y el destino para hacer algo grande, pero al minuto siguiente piensa que no es nadie.

-Arturo Bandini es una de las grandes creaciones de la literatura del siglo XX. ¿Por qué escogió a Collin Farrel para encarnarlo?
-Colin, como Bandini, es un outsider, un inmigrante si le parece adecuado el término. Y los inmigrantes, estén donde estén, siempre aportan una perspectiva, una visión de la ciudad y sus habitantes que es la de un observador, la de un escritor.

-Por razones obvias que tienen que ver con la falta de dinamismo, siempre es complicado realizar una película con un escritor de protagonista. ¿Ha sido esto un reto para usted como guionista?
-En ningún momento he sentido, de forma correcta o no, que esto fuera un reto impresionante. Diría en todo caso que la energía de Colin, su vitalidad, su imposibilidad para fatigarse, era algo especialmente difícil de confinar en una habitación, enganchado a una máquina de escribir. Pero su presencia también sugería la necesidad que tiene la imaginación del escritor de "liberarse" para expresarse libremente.

-¿Hay algo de usted en la personalidad de Bandini y en el concepto que tiene de la literatura?
-Tengo tanto en común con él como todo lo que tiene que ver con ser un escritor que ha crecido en Los Angeles, que desea escribir sobre la ciudad, que alternativamente está lleno de desesperación y de esperanza sobre su talento y lo que pueda producir, preocupado sobre la soledad de estar en una habitación encerrado, el aislamiento impuesto que te obliga a desconectar de todo lo que ocurre más allá de las cuatro paredes, preocupado también de perder las experiencias necesarias para escribir sobre ellas... incluso cuando me he protegido de esas experiencias confinándome y tratando de escribir... Y luego uno se siente un poco loco cuando se hace llamar "escritor", sobre todo cuando nadie más lo hacía. Sí, en todos estos aspectos me siento identificado con Fante.

-Como ha señalado, Pregúntale al polvo es un texto muy especial sobre la ciudad de Los Angeles. Al igual que en Chinatown, uno de los principales atractivos del film era traer a la pantalla la atmósfera de la ciudad en los años treinta. ¿Ha empleado algún tipo de tecnología digital para lograrlo?
-Hemos añadido efectos digitales en los planos generales del downtown de Los Angeles, aunque la mayoría de lo que se ve es un decorado construido a lo largo de dos campos de fútbol en la parte vieja de Cape Town, en Sudáfrica.

-Aunque el film contenga elementos propios del film noir, no es estrictamente cine negro. ¿Desde qué perspectiva se acercó a la historia?
-El film noir generalmente trata sobre un carácter débil que se ve tentado por el deseo y la avaricia, que finalmente acaban con él, como Robert Mitchum en Retorno al pasado y su fatal fascinación con el personaje de Jane Greer, o Fred MacMurray con Barabara Stanwyck en Perdición. Camila eleva el deseo sexual de Bandini a cotas muy altas, pero ella, al final, le inspira a escribir su novela y le convierte en mejor persona, con mayor compasión y, sobre todo, con mayor tolerancia hacia el ser humano. Su crecimiento como personaje es el opuesto al del cine negro clásico. Mi película es una historia de amor. Punto.

-Salma Hayek como Camila López es una buena opción. Aporta mucho de sí misma al personaje y hasta aceptó desnudarse en varias escenas. ¿Fue difícil convencerla para que participara en la película?
-Sí y no. Hace ocho años, cuando leyó el guión por primera vez, lo rechazó. Sentía que como una joven actriz latina buscando un hueco en la industria, dañaría su posibilidad de obtener otro tipo de papeles. Las escenas de desnudo, por supuesto, sólo añadían más dificultad a su preocupación de encasillarse en un tipo de papel. Pero, entretanto, ha hecho Frida, leyó el guión otra vez y se sintió profunda y maravillosamente comprometida con la película. Creo que su trabajo es conmovedor.

-La película trata también sobre el racismo en Los Angeles. El propio Arturo Bandini debe luchar contra sus prejuicios raciales. Según la película ganadora este año del Oscar, Crash, la historia no ha cambiado mucho desde los años treinta. ¿No cree?
-Cierto. Plus ca change plus ca la meme choses.

-En cierto sentido, el relato deja la sensación de que hemos visto una historia sobre la dificultad de alcanzar la felicidad en Estados Unidos. ¿Es el sueño americano efectivamente sólo un sueño?
-Sí. Hay una canción reciente sobre Los Angeles titulada Pico and Sepulveda que aparece en diversas postales de zonas emblemáticas de la ciudad, subrayando la frase: "Donde ningún sueño se hace realidad". Creo que es un fiel reflejo del llamado sueño americano.

-Bandini le dice a Camila que él no es el tipo de escritor que imagina una realidad mejor para sus historias. En este sentido, ¿se considera el mismo tipo de escritor que él?
-Hablando desde una posición general, creo que escribir sobre aquello con lo que me identifico, sea mediante comentarios sobre la realidad o reflejándolo de una forma distintiva, desde un punto de vista fresco, en ningún caso "mejora" la realidad.

-La traducción en España convierte el título en Pregúntale al viento en lugar de Pregúntale al polvo, que sería lo correcto. Teniendo en cuenta que la traducción de la novela respeta el título original, no entiendo por qué se ha modificado el título de la película. ¿Qué opina usted al respecto?
-No tenía noticia sobre ello y no tengo ni idea de cómo ha podido ocurrir. Pero desde luego la palabra "viento" me suena a una traducción ciertamente desafortunada.

-Dos semanas después del estreno de su película, llegará también a nuestras pantallas la película Factotum, basada en el libro de Bukowski. ¿Significa esto que ambos escritores, generalmente asociados al universo de los perdedores y los outsideres, han sido finalmente aceptados por el gran público?
-No necesariamente. Sólo significa que dos de nosotros, por lo menos, hemos convencido a los ciertos financieros para que se involucren en proyectos que generalmente se consideran comercialmente marginales.

-Algunos críticos y cineastas de cierta trascendencia aseguran que, debido a los avances técnicos en el medio, vivimos uno de los periodos más interesantes en la historia del cine. ¿Está de acuerdo?
-Todos los avances tecnológicos traen consigo desventajas, Con la impresión de la Biblia de Gutenberg, las aptitudes que los estudiosos y monjes desarrollaron en el arte de los manuscritos, fue gradualmente decayendo. Incluso la caligrafía ha sufrido las consecuencias de la máquina de escribir y del ordenador, y la forma de contar historias está peligrosamente amenazada por la sabiduría tecnológica, que generalmente se emplea para ocultar deficiencias narrativas en lugar de para subrayar sus virtudes. No estoy necesariamente de acuerdo con esa afirmación.

-Por otro lado, en Europa se tiene la percepción de que en Hollywood hay escasez de guionistas o de al menos buenas ideas (muchas secuelas, adaptaciones, remakes...). ¿Qué opina al respecto?
-En lo que respecta a la calidad de los guiones, no sé muy bien qué decir. Creo que hay una fractura esquizofrénica entre las grandes películas a las que los estudios arrojan millones de dólares para proporcionar resultados desiguales, y películas "independientes" como Pregúntale al viento que tiene que pelear con exiguos presupuestos y apoyos. No creo que sea una situación sana.