Brad Pitt en Babel

Clásicos y contemporáneos, norteamericanos y europeos, estrenos muy esperados y pequeñas joyas con capacidad de sorprender... son los alrededores del certamen que, con sus homenajes, retrospectivas y secciones especiales, dotan de personalidad propia al festival de San Sebastián. Los premios Donosti, encargados de poner la distinción y el glamour, recaen este año en dos actores fundamentales, tanto del cine europeo, el legendario Max von Sydow, como del norteamericano, Matt Dillon, que recogerá el premio en la madurez de su carrera. El festival donostiarra será el marco también en el que Pedro Almodóvar reciba el premio Fipresci, reconocimiento de la crítica internacional a Volver como Mejor Película del Año.

Si en ediciones anteriores el festival ha permitido profundizar en la obra de indiscutibles creadores como Michael Powell, John M. Stahl o Robert Wise, este año dedicará su retrospectiva clásica a la elegancia y afilada comicidad de Ernst Lubitsch, mientras que el acercamiento a la obra de un cineasta contemporáneo recae en el para muchos aún desconocido Barbet Schroeder, extraordinario cineasta francés, responsable de films tan singulares como El general Amin o Barfly. La retrospectiva temática, siempre pendiente de la actualidad inmediatada, echa un vistazo este año al fenómeno de la emigración tal y como lo ha recogido el cine desde 1960 hasta nuestros días, programando una treintena de películas de diversa nacionalidad y condición como America, America (1963, E. Kazan) o In This World (2002, M. Winterbottom).

Autoría y espectáculo
Pero sólo un recorrido por el menú de la sección Zabaltegi podría darnos una idea más precisa de las ambiciones de San Sebastián, que también en este prestigioso apartado busca el equilibrio entre autoría y espectáculo, entre el cine con público y el cine que aún tiene que encontrarlo. En el subapartado "Perlas", que programa películas procedentes de otros festivales, podrá verse la esperada Babel, cierre de la trilogía de González Iñárritu premiado en Cannes; así como la heterodoxia de Luis Buñuel vía Manoel de Oliveira, Belle Toujours; la película colectiva París, je t’aime, o la muy apetecible Neil Young: Heart of Gold, donde Jonathan Demme, como hiciera Jim Jarmusch en la pasada década, rastrea la música y personalidad del gran artista canadiense. El country y sus derivados asomará también en el documental Shut Up and Sing, en torno al grupo Dixie Chicks, última de las incorporaciones a la sección "Perlas" junto a El diablo viste de Prada, frivolidad llamada a clausurarla.

Otras propuestas atractivas de Zabaltegi, que viene a ser una mirada panorámica del cine actual, serán los cinco "Especiales", todos de carácter documental, entre los que se hallan una película de Fernando Méndez Leite sobre Elías Querejeta (El productor) y otra de David Trueba y Luis Alegre sobre Fernando Fernán Gómez (La silla de Fernando).

El cine español tendrá amplia presencia también en Zabaltegi-Nuevos Directores, este año de proyección claramente europea, que invita a realizadores españoles aún noveles como Judith Collel (53 días de invierno), Iñaki Dorronsoro (La distancia), Koldo Serra (Bosque de sombras), Fernando Bernués y Mirei Gabilondo (Kutsidazu Bidea, Ixabel) a presentar sus películas y competir por el premio Altadis de Nuevos Directores y el premio Montblanc de Nuevos Guionistas.

Por otra parte, dieciséis películas competirán en la seccion "Horizontes Latinos", inmejorable ocasión para hacer un recorrido por el cine que se está produciendo de Mar de Plata a México, pasando por Bolivia, Brasil, Venezuela, Argentina o Uruguay. Cinematografías más populares, no necesariamente más interesantes, serán las encargadas de amenizar las noches del Velódromo, como la proyección especial de World Trade Center de Oliver Stone.