No falta quien dice que esta película es la mejor de este año. Paul Thomas Anderson, el ex niño prodigio del cine estadounidense, el creador de filmes como Boogie Nights, Magnolia o Embriagado de amor, se atreve con el western y lo hace con la confesa intención de darle la vuelta al género como un calcetín. En este sentido, Pozos de ambición es fiel a su título y es una propuesta con grandes pretensiones, una de aquellas películas que, al estilo de Ciudadano Kane, quieren hablar de forma "grandiosa" sobre las pasiones humanas: la codicia, el poder, la pasión, la traición o la soledad. Cuenta la historia de Daniel Plainview (interpretación por la que Daniel Day Lewis ganó el Oscar), un mísero buscador de petróleo en California a finales del siglo XIX que acaba enriqueciéndose hasta límites insospechados, ganando en posición pero perdiendo en valores humanos. Pozos de ambición es un filme sobre el nacimiento de una nación y sobre las decisiones morales que acaban marcando nuestra vida. Con una duración de casi tres horas, la excelente fotografía y música aderezan este filme apasionante.