Image: Frank Miller

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Cine

Frank Miller

"'The Spirit' no puede tener la misma dureza que Sin City. Sé que muchos niños irán a verla”

18 diciembre, 2008 01:00

Gabriel Macht en la piel de The Spirit

Es un hombre de los de antes, con sombrero de cowboy, ni un atisbo de sonrisa y mirada al mismo tiempo pentrante e indiferente, como un pistolero del Oeste decidiendo en qué momento va a sacar la Colt. Frank Miller (Maryland, 1957), mito del underground, codirector junto a Robert Rodriguez de Sin City, creador del cómic en el que está basado el superéxito 300, se estrena como director en solitario con The Spirit, espectacular superproducción con la que rubrica su año de gloria, no en vano El caballero oscuro, la película más exitosa de 2008 en el mundo, está basada en su aproximación al personaje de Batman. Miller ha pasado en poco tiempo de ser un mito para unos pocos a contar con un presupuesto de decenas de millones y un reparto encabezado por Scarlett Johansson, Samuel L. Jackson o Eva Mendes para poner al día a uno de los superhéroes más populares del imaginario estadounidense: The Spirit.

- ¿Cómo se convierte un dibujante de cómics en cineasta?
- Muchas de las cosas que estaban en mis libros de cómic se encontraban constreñidas por el formato, la textura. En cambio, con las películas puedes hacer lo que quieres, la revolución digital ha ampliado las posibilidades de la imagen de una forma extraordinaria. Puedes darle un movimiento y una espectacularidad a las historias que la ilustración no te permite. Claro que en el libro puedes penetrar mejor en las mentes de los personajes, entender lo que les pasa y profundizar. Además, al ser un arte mucho más barato es más fácil la libertad. Con las películas, se oyendemasiadas opiniones. Por eso, trabajo en Austin y Nuevo México. Ni me acerco por Hollywood.

Un francotirador nato
Miller ha creado en The Spirit un artefacto realmente singular quizá no apto para todos los gustos, una película en la que se funden sin remedio tanto el mundo naïf del cómic original creado por Will Eisner a principios de los años 40 como el ambiente sombrío, adulto y sórdido afin al creador de Sin City. Claro que Miller opina que, desde su propia génesis, Spirit fue un héroe diferente a los más edulcorados Superman o Batman: "The Spirit siempre ha tenido un espíritu romántico y peligroso. Desde el principio se dirigía a todas las audiencias, no sólo a los niños. Muchas veces, las motivaciones del personaje eran sexuales. Y conceptualmente eran historias complicadas. Eisner reflexionaba una y otra vez sobre la noción del deber. Algunas veces, resultaba difícil incluso para un adulto".

- The Spirit, de todos modos, es una película de Hollywood pura y dura, para todos los públicos. ¿Ha traicionado sus ideales?
- Alguna gente se enfadó conmigo cuando dejé los cómics para trabajar en el cine porque temían que me prostituyera. Esta película no puede tener la dureza de algunos de mis cómics ni de Sin City porque soy consciente de que muchos niños irán a verla y no soy un pornógrafo ni tengo ninguna intención de corromper a los menores. He intentado ser creativo e ingenuo a la vez y hacer algo que pueda conectar en distintos niveles con gente muy diversa.

Desde luego, esa simbiosis entre el imaginario de Eisner y el de Miller (dominado por mujeres fatales, humo de cigarrillo, pasiones desatadas y violencia extrema) da lugar a un filme ciertamente curioso. Tiene un argumento deshilachado y a ratos delirante en el que Spirit lucha en un universo de fantasía donde Samuel L. Jackson (como malo malísimo Dr. Octopuss) y Scarlett Johansson (como su pérfida ayudante) pueden disfrazarse tanto de nazis como aparecer en pantalla un personaje tan sólo formado por... un pie y una cara. La productora ha obligado a todos los periodistas que han visto la película a no dar una opinión sobre la misma hasta tan sólo una semana antes de su estreno porque está claro que Miller ha apostado muy fuerte estéticamente y que ese riesgo puede conducir a lugares imprevisibles en el prefabricado y superplanificado universo hollywoodiense.

De hecho, esa discusión estética que hoy se traslada a la pantalla, comenzó mucho antes, cuando el propio Miller conoció a Eisner, fallecido en 2005: "Nos hicimos amigos 25 años antes de su muerte y comenzamos a pelearnos en seguida - ironiza-. El día que nos conocimos le enseñé una página que había dibujado y lo primero que me dijo fue que el pie de página era incorrecto. Siempre he sentido tanto respeto por su trabajo que mi primera reacción, cuando me ofrecieron hacer esta película, fue decir que no. Después cambié de opinión porque la idea de que alguien pusiera sus garras en un personaje tan querido me resultaba aun más insoportable".

- Como es habitual en su obra, vemos un mundo de fantasía inspirado en el cine negro.
- Un secreto que guardamos los dibujantes es que contamos las historias a partir de lo que nos gusta dibujar. A mí me seduce ese Nueva York de los años 50 con coches gigantes y mujeres hermosas. Hay un elemento fundamental y es la distancia temporal. Si yo hubiera vivido hace cincuenta años vería las cosas de otra manera, pero vivo en la actualidad y todo ese mundo surge como una evocación. Por ejemplo, solemos imaginar esa realidad en blanco y negro porque los cómics y las películas se rodaban así. Y para mí, el blanco y negro es mejor que el color.