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Cine

Saber mirar

La coreana Poetry restituye el melodrama

26 noviembre, 2010 01:00

Poetry, del coreano Lee Changdong.

Poetry, del coreano Lee Changdong, bascula de lo bello a lo siniestro en su original retrato de una anciana con Alzheimer. Un relato clásico y humanista que adopta las formas de la modernidad cinematográfica.

Un cineasta, un país y una anciana. El cineasta, Lee Changdong, que alcanza con Poetry su madurez creativa. En sus anteriores trabajos -de A Single Spark (1995) a Secret Sunshine (2007)-, ya caminó confiado sobre los peligrosas aguas en las que el melodrama convive con la extravagancia autoral, haciendo del sufrimiento de los discapacitados y del dolor femenino su particular territorio poético. Un país, Corea del Sur, del que Changdong fue ministro de Cultura en 2003, una de las naciones tecnológicamente más desarrolladas del mundo, pero donde la violencia y el miedo empapan su médula social. Y una anciana, Mija, que emerge en Poetry como uno de esos personajes excepcionales en su riqueza de matices (interpretado por Yoon Jeong-hee), que tratará de aferrarse a la belleza del mundo cuando la vida le muestra su rostro más negro, entre la enfermedad más destructiva y el crimen más abyecto.

El horror y la belleza
Arranca Poetry desde el horror: el hallazgo del cadáver de una adolescente flotando en el río. Y la película trazará su desafío en el intento de conciliar el terror con la belleza, lo monstruoso con lo mundano, el humor con el desgarro. Hay tanta negrura como luminosidad en Poetry, porque ese es también el trayecto interior de Mija, que desde que descubre que su nieto y sus amigos han violado repetidamente a una chica de su edad (el cadáver en el agua), se debate a lo largo de todo el filme entre la protección de su familia y la responsabilidad moral. A Mija le paraliza la idea de reunir una gran cantidad de dinero para pagar el silencio de la madre de la joven víctima, si bien el encuentro final entre ambas mujeres oposita como uno de los momentos más hermosos en llegar este año a las pantallas.

La trama nos recuerda inevitablemente a la reciente Mother, del también coreano Bong Joon-ho, en torno a la devota madre de un discapacitado mental que se convierte en detective para salvar a su hijo de una acusación de asesinato. Pero lo que en el autor de Host era un relato cuyo poética se enredaba en un estirado drama criminal, el lirismo de Poetry se conjuga con el melodrama en un ejercicio de alta precisión formal, manejando las elipsis con verdadera maestría, hilvanando con delicadeza el tempo de las escenas y el impacto de las gestos. El hecho de que Mija se apunte a clases de poesía cuando se manifiestan en ella los primeros síntomas del Alzheimer es la hermosa metáfora de esa disputa entre lo bello y lo siniestro sobre la que discurre el filme. Tanto desde su visión humanista como creativa, Poetry explora los orígenes de la belleza a partir de moldes clásicos pero con un tratamiento de estricta modernidad. "Para escribir poesía, hay que saber mirar", dice el profesor de poesía a su clase. Esa es la lección de Changdong, su mirada sobre el mundo y sobre el cine.