Natalie Portman y Colin Firth, premiados en la categoría de interpretación en drama

En su imparable carrera cosechando éxitos y reconocimientos a lo largo de los últimos meses, se cumplió el guión esperado y la vencedora indiscutible de la noche de los Globos de Oro fue La red social. La película de David Fincher se acerca así a la gala de los Oscar -que se celebrará el próximo 27 de febrero- con mayor confianza, pues el destino de los Globos de Oro suelen ser fiables indicadores sobre el destino de los Oscar. Por esta regla de tres, también habría que pensar que Javier Bardem ya no es el favorito para llevarse la estatuilla dorada por su memorable participación en Biutiful, pues anoche el Globo al Mejor Actor Dramático fue a parar a manos de Colin Firth por su brillante participación como el rey tartamudo (y ya sabemos que lso papeles con minusvalías parten con ventaja en estos repartos) en El discurso del Rey.



Como viene siendo habitual en anteriores premios, sin ir más lejos los de la crítica de Hollywood, La red social se fue con las manos vacías en el apartado de las interpretaciones (si bien Jesse Eisenberg y los otros cachorros del reparto se merecen cualquier galardón), pero sí disfruto de los de mayor relevancia, esto es: mejor película dramática, mejor director y mejor guión. La guinda a su triunfo absoluto en un año que, ciertamente, podría haber estado más reñido dada la calidad de las películas participantes, fue el premio a la mejor banda sonora, que recogieron sus responsables Trent Reznor y Atticus Ross.



En una gala presentada, por segunda vez consecutiva, por el cómico británico Ricky Gervais, creador de The Office y Extras -que prácticamente no dejó títere con cabeza repartiendo furibundas bromas contra el reparto de Sex and the City, contra los cienciólogos gays que no salen del armario, contra Cher, Angelina Jolie, Mel Gibson o Johnny Depp-, el premio a la mejor comedia o musical fue a parar a The Kids Ara All Right, comedia familiar dirigida por Lisa Cholodenko que también se llevó el premio a la mejor actriz en el apartado cómico, que fue a caer a manos de la excepcional Annete Bening imponiéndose a la no menos gloriosa Julianne Moore, que también forma parte del impresionante elenco del filme.



En el apartado dramático a la mejor interpretación femenina, el premio sólo tenía un dueño, Natalie Portman, a cuya impresionante encarnación de una bailarina enfermizamente perfeccionista y competitiva en El cisne negro, de Darren Aronofsky, sólo le podía hacer algo de sombra la Jennifer Lawrence en Winter's Bone. Sin duda, ahí va otro Oscar cantado, como acaso también lo sea el de Christian Bale como mejor actor de reparto por su papel en The Fighter, de David O. Russel, donde como ya hiciera en El maquinista (Brad Anderson), el actor adopta otra de sus impactantes y excesivas transformaciones al ponerse en la piel de una vieja gloria del boxeo devenida en esquelético yonqui. The Figher, que llegará en breve a salas españolas, se alzó con también con el premio a la mejor actriz revelación, Melissa Leo.



El drama de Alejandro González Iñárritu tampoco tuvo suerte en la categoría a mejor filme extranjero, que fue a parar a manos de la danesa En un mundo mejor, de Susanne Bier, que se estrenará en España en el mes de abril. Toy Story 3 se llevó el Globo al mejor largometraje de animación, perpetuando así el dominio de Pixar de esta categoría, pues ha ganado cada uno de los Globos desde su creación.



En el apartado televisivo, hubo algunas más sorpresas que en el cinematográfico, como el premio al francés Olivier Assayas por la mini-serie Carlos, que fuera de toda expectativa (aunque con total justicia) se impuso sobre series como The Pacific y Temple Grandin en la categoría a mejor TV movie o mini-serie. Otros grandes triunfadores de la noche fueron la serie de Martin Scorsese Boardwalk Empire (mejor serie dramática y mejor actor, Steve Buscemi) y Glee, que obtuvo tres premios.