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Enamorada de Jesús
Thérèse, de Alain Cavalier.
Las pantallas españolas recuperan hoy, 25 años después de su sonado triunfo en Cannes, la obra maestra Thérèse, de Alain Cavalier, en torno a la corta vida de Santa Teresa de Lisieux.
Por cortesía de Karma Films, las pantallas españolas recuperan ahora, un cuarto de siglo después de su estreno en Cannes -donde fue aplaudida durante veinte minutos, ensalzada como un "filme milagroso" y galardonada con el premio del Jurado-, esta obra sin parangón, una joya oculta del cine contemporáneo. El filme condensa en noventa minutos los nueve años de enclaustramiento de la joven Thérèse Martin (Catherine Mouchet) en el convento del Carmelo. Enamorada de Jesucristo -en su rito de "investidura", las carmelitas visten de novia y celebran una boda con Jesús-, la joven ingresa en la orden con apenas 15 años y fallece de tuberculosis con 24, dejando un diario, Historia de un alma, que se convierte en un best seller de la literatura religiosa. Canonizada en 1927, Thérèse compartió su vida en el convento con sus tres hermanas, sujeta a todo tipo de privaciones y disciplinas arcaicas (basadas en la sublimación del dolor), y enfrentando el despertar de su sexualidad con su desbocado amor espiritual.
Aunque el cine francés ha tratado en más de una ocasión la figura de Santa Teresa de Lisieux, nunca lo ha hecho de este modo tan bello y decisivo. El ascetismo en la breve vida de Thérèse (1873-1897) es el que Cavalier, que pasó su infancia en un colegio religioso, invoca estéticamente en la película, filmada enteramente en estudios. Planos frontales, fondos neutros, espacios abstractos, luz minimalista, en la escena sólo comparecen los objetos necesarios para darle sentido, de modo que la atención recae siempre sobre el rostro humano, el gran tema del cine de Cavalier. La devoción pura de Thérèse -que nunca pierde la sonrisa a pesar de las precarias condiciones en las que vive- es retratada de tal modo que no podemos saber nunca lo que el director piensa sobre ella. Sea con ironía o comprensión, el filme muestra las contradicciones del amor espiritual y la clausura religiosa con una delicadeza que siempre privilegia el sentimiento femenino de las monjas sobre el fervor piadoso de sus decisiones.