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El cine al aire libre, una programación alternativa a los estrenos comerciales

22 julio, 2011 02:00

Cine en la terraza de La Casa Encendida de Madrid

No todo van a ser superhéroes, alienígenas y magos. Las pantallas se llenan de taquillazos veraniegos, pero hay otro tipo de cine que se proyecta en espacios alternativos a las salas comerciales, ideadas para disfrutar del cine al aire libre. Bien sean programas de reposición, muestras de cine clásico o ciclos más experimentales, la oferta de cine no se limita a Hollywood. La cinefilia no descansa en verano.

La terraza de La Casa Encendida de Madrid (LCE) ha sido desde su fundación un lugar de destino para los cinéfilos que pasan el verano en la capital. Todos los sábados del verano, en este espacio, con un aforo de 150 personas, se proyectan filmes que forman parte de un ciclo temático programado por Beatriz Navas, responsable del Departamento de Audiovisuales de LCE: "Tratamos de programar un cine de carácter popular, aunque sin perder nuestra línea editorial, su contemporaneidad y su visión crítica, de modo que realizamos una selección de cine moderno, hecho a partir de los años sesenta". Si en otras ediciones ha programado muestras como ‘Invasiones en la terraza', de filmes de ciencia-ficción, o ‘A través del espejo', que repasaba cintas influidas por el universo de Lewis Carroll, este año la opción es el ‘Cine de detectives', con una selección que acoge desde Cliente muerto no paga, de Carl Reiner (mañana a las 22 horas) hasta Private Eye, del coreano Park Dae-Min.

Películas de época
"La idea es hacer un repaso oblicuo de este género tan peculiar en los últimos cuarenta años con películas que sean a su vez muy paradigmáticas de su época", explica Navas. De este modo, la política de autores de los sesenta asoma en El largo adiós (Robert Altman), el desencanto de los setenta en La noche se mueve (Arthur Penn), el manierismo de los ochenta en El corazón del ángel (Alan Parker), la crueldad de los noventa en Homicidio (David Mamet) y la posmodernidad de esta última década en Brick (Ryan Johnson). "Siempre que haya una buena copia existente, tratamos de que todas las proyecciones se hagan en 35 milímetros, si bien a veces están en tal mal estado que es preferible proyectar el filme en DVD o Blu-Ray", añade Navas.

Autores comerciales
Pueden disfrutarse de otras experiencias de cine al aire libre en prácticamente cada municipio, la mayoría financiadas públicamente, si bien muchos de los programas de ‘cines de verano' son extensiones de la red comercial de estrenos, como el lujoso cine Kinépolis Marina Real de Valencia. Al frente de la compañía Cine Proyecto, dedicada a la exhibición cinematográfica en circuitos culturales, Miguel Ángel Rodríguez lleva cuarenta años dedicado a recorrer la península para llevar el cine a pueblos con menos de diez mil habitantes y a más de veinte kilómetros de un centro comercial. "Empecé con 16 años proyectando de pueblo en pueblo una copia en 16mm de Viridiana, y ahora seguimos fieles al celuloide, pues la digitalización todavía es muy cara para los cines al aire libre", explica Rodríguez. "Para muchas zonas, nuestra llegada sigue siendo prácticamente el único contacto que sus habitantes pueden tener con un cine distinto al que ven en la televisión", sostiene. Entre las numerosas muestras itinerantes de verano que organiza, muchas de ellas desde la iniciativa privada -"y que tuvieron su origen en Jaén, pues en general es Andalucía oriental donde mejor funcionan estas proyecciones", señala-, destaca el Festival de Cine de Ciudad Lineal (Madrid), que se celebra en el parque El Calero, con un aforo para 800 espectadores. "Hacemos una selección de las treinta películas más importantes del año, entendiendo por importante un equilibrio entre el cine de calidad y las películas con mayor repercusión, de modo que programamos tanto Pa negre como La red social", sostiene Rodríguez. "Pero en general las que más público congregan son ese tipo de películas de autor comercial que no tuvieron demasiado recorrido en su estreno, como El pianista de Polanski, que nos trajo más espectadores que Avatar".

Ritos cinematográficos
Los parques madrileños Tierno Galván, La Bombilla y Paco Rabal se transforman también en zonas de rito cinematográfico en estas fechas. Operas prima españolas como la comedia romántica Bon Appetit, de David Pinillos, y el experimento Sin límites, de Xavi Giménez, tienen una segunda oportunidad en el Open Air Madrid del Tierno Galván, mientras que el Fescinal de La Bombilla (Festival de Cine al Aire Libre) programa una heterodoxa selección de reestrenos de más de doscientos títulos, que van desde la radical autoría godardiana de Film Socialisme a la muy popular El discurso del Rey. El Fescinal (hasta el 23 de septiembre), que se celebra en el marco de las actividades culturales de los Veranos de la Villa, cumple en esta edición su 25 aniversario y acompaña las proyecciones, de jueves a domingo, con coloquios y mesas redondas.

También el ciclo ‘Otro cine de verano' en el Museo Reina Sofía (todos los miércoles y viernes hasta el 5 de agosto) complementa sus proyecciones con un coloquio entre cineasta y público, que tendrá lugar en los jardines del claustro del museo. "Los encuentros con los directores tras la proyección nos parece un valor añadido imprescindible, y forma parte de la política del museo de integrar el cine y las audiovisuales con las artes plásticas", sostiene la programadora Berta Sureda.

En colaboración con el ICAA, Sureda ha seleccionado ocho largometrajes españoles de producción reciente que, "debido a que son proyectos de riesgo", no han encontrado un fácil acomodo en el engranaje de las salas comerciales a pesar de su destacado paso por festivales como Cannes (Todos vos sodes capitáns), Toronto (La mitad de Óscar) o Venecia (Guest). "No buscamos una selección temática, pero todas las películas se disputan en la periferia, en espacios geográficos y sentimentales al margen, tanto por sus formas de producción como por sus contenidos", añade Sureda.

El gran inconveniente que generalmente acompaña a las proyecciones en espacios abiertos es la dificultad de controlar el sonido, que se ve deformado por ecos y retardos, debido a un precario acondicionamiento de altavoces. "Pero no siempre es un problema técnico o de falta de presupuesto -explica Miguel Ángel Rodríguez-, sino de la localización, que no cumple unas condiciones acústicas favorables". Es el problema al que se enfrenta el ciclo del Reina Sofía, que este año se proyectará en el auditorio (aunque los coloquios sean en el exterior). "El año que viene, cuando hayamos resuelto los problemas de acústica, intentaremos que todas las proyecciones sean en el claustro", explica Sureda.

Cuestión de acústica
Las proyecciones en el castillo de Montjuic de Barcelona, sin embargo, son ejemplares al respecto, pues aprovechan la disposición del foso y las paredes del castillo para que el sonido llegue al mismo tiempo y con la misma intensidad a todos los puntos de la zona acondicionada para espectadores. Distintas capitales de provincia, desde Madrid y Barcelona a Sevilla, San Sebastián (parque Cristina Enea), Valladolid (Patio de la Hospedería de San Benito) o Zaragoza (plaza San Pedro), acondicionan lo mejor que pueden algunos de sus espacios públicos para disfrutar de otros programas de cine alternativos.

La capital andaluza es una de las ciudades donde el cine de verano ha adquirido mayor popularidad. Aparte de las proyecciones diarias que organiza la Diputación de Sevilla en la Avenida Menéndez Pelayo -reservando los lunes para el cine clásico, los martes y miércoles para el cine español, de jueves a sábado para reposición de grandes estrenos y los domingos para el cine en VOS-, la Universidad de Sevilla propone la muestra ‘21 Grados', que ofrece hasta finales de agosto una selección de clásicos y otra de cine independiente, de manera que podrán verse tanto títulos de Houston, Fellini y Visconti como las posmodernas Un cuento de Navidad, de Desplechin, o Chungking Express, de Wong Kar-wai.

Otra de las citas estivales que va ganando adeptos cada año es el ‘Ciclo de Cine Europeo de Verano', que tiene lugar desde 2005 en el paseo de la Castellana de Madrid, donde todos los miércoles hasta septiembre se proyecta gratuitamente al aire libre (en una pantalla de 14x7 mts.) un filme de producción europea, no necesariamente contemporáneo. Organizado por el Parlamento Europeo de Madrid, este año ofrecen, siempre en su versión original, desde el filme islandés Reyjavik Rótterdam (2008), de Oskar Jónasson (27 julio), hasta el gran clásico de Fritz Lang El testamento del doctor Mabuse (10 de agosto).

Un encuentro social
La Muestra de Cine al Aire Libre de la Sala Montjuic (Barcelona) se inspira en el concepto "cine-picnic" que su coordinadora, la francesa Natali Modigliani, exportó hace nueve años de La Villete Open Film Festival, en el parque parisino de La Villete. En las faldas del castillo de Montjuic, el "patio de butacas" es una gran extensión de césped sin sillas donde los espectadores, una media de 2.500 por sesión, pueden ver el cine en posición horizontal o celebrando un picnic. "Nuestra idea original fue incorporar el concepto de encuentro social con la idea de acercar a determinado público, de turistas a residentes, un tipo de cine que generalmente no ve", explica Modigliani. Conviven en su parrilla, en versión original subtitulada y en proyección de 35 mm, tanto clásicos del cine mudo (Nosferatu) como indispensables del cine moderno (Al final de la escapada), cine clásico americano (Charada), la periferia contemporánea (la iraní A propósito de Elly) y apuestas de grandes autores actuales (Still Walking, del japonés Koreeda), en un conjunto de títulos que "pretende mezclar géneros y épocas con cine de autor perfectamente accesible a todo tipo de espectador". Al precio de entrada de cinco euros, todas las proyecciones van precedidas por un concierto de jazz y un cortometraje español.

En el interior del gigantesco complejo de L'illa Diagonal de Barcelona, sobre los jardines de San Joan de Deu, los jueves estivales se proyectan por la noche algunos títulos en VOS. Es la muestra llamada ‘Cinema a la Fresca', que recupera para la gran pantalla producciones de gran éxito como Gran Torino, de Clint Eastwood (28 de julio) o El concierto, de Radu Mihaileanu (4 de agosto). En espacios como estos el cine sólo lo puede detener la lluvia. "En nueve años -asegura Natali Modigliani- no hemos tenido que suspender la proyección ni un solo día. Cruzo los dedos para que este verano tampoco".

Almodóvar, en Londres

Antes de su estreno en España (el 2 de septiembre), los londinenses podrán ver la última película de Pedro Almodóvar, La piel que habito, en la inauguración del festival al aire libre Film4 Summer Screen. Del 27 de julio al 7 de agosto, este certamen proyecta todos sus filmes -una mezcla de clásicos y estrenos-, seguidos de sesiones de DJ, en el patio de la Somerset House. Otra cita imprescindible del cine en exteriores es el Festival de Locarno. Con un capacidad para 8.000 espectadores, la Piazza Grande de la ciudad es el corazón y el escaparate del prestigioso certamen. En su pantalla gigante, de una calidad de proyección excepcional, se proyecta parte de la sección oficial del certamen, que este año, en su 64 edición (del 3 al 13 de agosto), incluye la producción española Buenas noches, España, un filme experimental dirigido por el joven filipino Raya Martin y protagonizado por Pilar López de Ayala.