Sarajevo, 5 de abril de 1992. Comienza el asedio más largo de la historia de la guerra moderna. Por delante, casi cuatro años en los que el miedo y el peligro se instalan en la vida cotidiana. Francotiradores apostados en las montañas se encargan de que salir de casa sea para los bosnios una ruleta rusa -o mejor dicho, serbia-. Sejla Kameric (Sarajevo, 1976) vivió aquello. Y así fue como perdió a su padre. Ese bagaje traumático y la búsqueda de identidad nacional y social están presentes en su trabajo artístico, como en el de muchos creadores balcánicos.



Kameric y el albanés Anri Sala han revivido el sitio de Sarajevo en 1395 Days without Red, un proyecto audiovisual conjunto formado por dos películas hermanas, coproducidas por el Museo d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y la institución artística londinense Artangel, además de otras ocho firmas internacionales. El proyecto se llama así porque evitar las prendas de color rojo disminuía las posibilidades de la población bosnia de ser alcanzada por las balas serbias. Se calcula que más de 10.000 personas murieron durante el asedio y unas 35.000 fueron heridas.



Maribel Verdú protagoniza ambos filmes, acercándose de esta manera al videoarte. "Me apetecía experimentar con cosas nuevas y meterme por caminos

desconocidos", ha dicho la actriz durante la presentación del proyecto en el MACBA. Asimismo, se ha mostrado sorprendida por el resultado final de las dos películas porque en la etapa de rodaje, ha asegurado, el desarrollo completo de la historia sólo estaba en la cabeza de los artistas.



La elección de Verdú se debe a que Kameric quedó "hechizada" por la interpretación de la actriz en la película mexicana en Y tu mamá también. El contacto entre ambas se produjo durante la estancia de la española en el Festival de Cine de Sarajevo.



"El proyecto pertenece a lo que antes se conocía como cine de arte y ensayo, a medio camino entre el cine experimental y el de la gran pantalla", asegura Bartomeu Marí, director del MACBA. "Las dos películas tienen un montaje muy diferente", continúa. "En la de Kameric hay una referencia más directa a la memoria personal de la artista y la tragedia de la muerte de su padre. La de Anri Sala es más lírica, basada en la tensión entre la acción humana y la música que acompaña al film".



Las dos películas carecen de diálogos, salvo el que se produce, como apunta Marí, entre el ritmo de la caminata de la protagonista y las imágenes de la Orquesta Sinfónica

de Sarajevo mientras ensaya la Sexta Sinfonía (la Patética), de Chaikovski. El proyecto cuenta además con la participación del compositor neoyorquino Ari Benjamin Meyers.



Las obras han sido presentadas en diversos museos y eventos internacionales, como el Festival de Cine de Locarno (Suiza), y en el de Sarajevo. Como coproductora del proyecto, la Fundación MACBA se quedará con una copia de las películas, que pasarán a formar parte de la colección del museo.