Antonio Banderas y Elena Anaya en La piel que habito, de Pedro Almodóvar.

Sumario: Lo mejor del año

Almodóvar es un valor seguro del cine español pero la película que nuestros críticos han votado como la mejor del año, La piel que habito, ha incorporado no pocas dosis de riesgo: por su cruce de géneros y sus referencias postmodernas. También han arriesgado las otras cuatro elegidas, desde el viaje a Mali de Isaki Lacuesta a los trabajos de Enrique Urbizu, Pedro Aguilera y Juan Cavestany.

La piel que habito

Director: Pedro Almodóvar

Actores: Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes

La piel que habita Almodóvar es la piel del celuloide. Lo volvió a dejar claro este 2011 con el estreno de su nuevo filme, una intensa y excéntrica crónica de venganzas, en clave fantástica, con la que el manchego logró de nuevo (y ya van cuatro) reivindicar su personal y audaz mirada en el Festival de Cannes.También se ha colocado entre las favoritas de los próximos Globos de Oro. Almodóvar construye en La piel que habito un singular universo plástico a partir de un guión inteligentemente estructurado (basado en la novela Tarántula, de Thierry Jonque), dosificando tensiones y privilegiando el drama sobre la comedia (aunque en ocasiones se confabulan), y en el que convoca varias de sus constantes temáticas: la perversión moral, el transexualismo, la locura pasional... 2011 trajo esta película de un creador que se resiste a pisar terrenos acomodaticios, que sigue caminando sobre el delicado alambre que separa lo sublime de lo ridículo, y que, en esta película, llega intacto al otro lado del trapecio.



El centro de la trama lo ocupan el investigador y cirujano plástico Robert Ledgard (Antonio Banderas, que da lo mejor de sí en un sustancioso papel de villano) y su paciente Vera Cruz (intensa y bellísima Elena Anaya). En el alambicado cruce de géneros del filme -thriller criminal, ciencia-ficción, terror, melodrama, etc.-, Almodóvar hace acopio de referencias cinéfilas de todo tipo, con sus equivalencias estéticas, desde la serie B, el terror de la Hammer, el ‘giallo' italiano y el folletín, pasando por Hitchcock, William Wyler, Georges Franjou y Fritz Lang, hasta los dispositivos posmodernos de Brian de Palma y David Cronenberg.



Los pasos dobles

Director: Isaki Lacuesta

Actores: François Augiéras, Miquel Barceló, Alou Cissé

Una película absolutamente atípica pero bellísima, premiada con la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Los pasos dobles, de Isaki Lacuesta, es un ejercicio cinematográfico deslumbrante. No es sólo una celebración del acto de fabular y fabricar leyendas, sino un verdadero festín para los exploradores de rarezas. Lacuesta rescata la peripecia del escritor y pintor francés François Augiéras, un explorador que realizó una suerte de Capilla Sixtina en Mali y la clausuró para que los hombres del futuro pudieran disfrutarla. A partir de aquí, con la complicidad de Miquel Barceló, Lacuesta realiza un filme mutante que salta sin solución de continuidad de una pieza tributaria de Jean Rouch y Jacques Tourneur a una road-movie o un spaguetti-western, de un romance homosexual a una fábula ancestral, una comedia musical, un biopic fantasioso, un ensayo sobre la figura del dopplegänger o un estudio del acto pictórico.



No habrá paz para los malvados

Director: Enrique Urbizu

Actores: José Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miquel

Desde La caja 507 (2002), aún hoy su mejor película, Enrique Urbizu ha encontrado en el rostro de José Coronado el icono con el que se identifica su cine tan auténtico como reconocible. En No habrá paz para los malvados, un thriller con mayúsculas, ambos componen una insólita redefinición del (anti)héroe contemporáneo, el expolicía aclohólico Santos Trinidad, un ser moralmente despreciable que se convertirá en héroe inconsciente tratando de limpiar sus crímenes. El recuerdo doloroso del 11-M acaba conformando la música del filme, pero no su letra. Tras una meticulosa investigación de la acción terrorista más devastadora de Europa, Urbizu toma los atentados en Madrid sin la intención de reconstruirlos documentalmente, sino como un ficticio catalizador para explorar la trastienda (el narcotráfico) y el fermento de la barbarie terrorista de Atocha. Un retrato, en definitiva, del Madrid decadente y corrupto filmado con gran sobriedad y un ritmo electrificante.



Naufragio

Director: Pedro Aguilera

Actores: Solo Touré, Kándido Uranga, Iñake Irastorza

Los mimbres de Naufragio son de sobra conocidos por el cine español. Un subsahariano exhausto en una playa, trabajadores ilegales en los invernaderos de Almería y en las fundiciones del País Vasco... Aguilera subvierte los tópicos del filme de inmigrantes, entierra lugares comunes para extraer fragmentos de cine alegórico, valiente y exclusivo. No es Naufragio un relato de supervivencia realizado desde cierta "conciencia" política, sino un viaje espiritual que parte de la joven sabiduría de un cineasta que entiende su oficio a partir de un profundo compromiso con las formas y los simbolismos del cine que le precede.



Dispongo de barcos

Director: Juan Cavestany

Actores: Antonio de la Torre, R. Álamo, D. Paris, A. Lima

Dispongo de barcos no recurre a máscaras de ningún tipo, sino que se ofrece completamente limpio y transparente en sus intenciones. El dramaturgo y cineasta Juan Cavestany convoca en esta película un genuino humor surrealista a través de una historia de cuatro hombres de destinos entrecruzados deambulando por una ciudad extraña. Hay en este filme pequeño -rodado sin presupuesto, entre amigos de la profesión y con una handycam a lo largo de un año-, huidizo y enigmático, que se complace en el absurdo, una meritoria búsqueda de atmósfera, un sentimiento particular y percutiente que navega entre el exceso y el vacío.