Image: Nuestro cine, en la periferia

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Cine

Nuestro cine, en la periferia

Rosales y Medem, los españoles más destacados en Cannes

11 mayo, 2012 02:00

La tentación de Cecilia, cortometraje dirigido por Julio Medem que se incluye en 7 días en La Habana.

Más allá de las incursiones de Pedro Almodóvar, y alguna que otra licencia concedida a Isabel Coixet, el cine español ha permanecido en las últimos años muy alejado de los gustos de Cannes. Las formas y fondos de nuestro cine no suscita grandes intereses entre sus programadores, no al menos como lo hacen otros países periféricos -tanto en términos industriales como estéticos-, como puedan ser Filipinas, Corea, Argentina o Tailandia. Quizá hay que tomárselo como síntoma de que el cine español más normativo, a diferencia de aquéllos, ni exhibe la diferencia local, ni señala tendencias creativas, que son básicamente las dos grandes funciones que desempeña el festival francés como espejo del cine de autor mundial.

Las presencias españolas este año son o bien periféricas o bien anecdóticas. La más destacada será la de Jaime Rosales, el único cineasta español que puede presumir de haber presentado tres de sus cuatro filmes en el certamen francés, aunque de momento sin opciones a la Palma de Oro. Este año regresa a la Quincena de Realizadores -la cita paralela e independiente que nació en 1968 como reacción a lo que los cineastas consideraban el aburguesamiento de la sección oficial-, donde tuvo lugar su deslumbrante debut con Las horas del día (2003), que obtuvo entonces el premio FIPRESCI de la crítica internacional. Asegura el cineasta barcelonés que regresa a Cannes "con más ilusión que nunca", con un drama, Sueño y silencio, rodado en Francia y Barcelona, alternando las estéticas del blanco y negro y el color, en torno a la vida de un matrimonio radicalmente transformado tras un accidente de coche. Habrá que esperar a ver si Rosales ha tomado el relevo experimental de su anterior filme, Tiro en la cabeza (2008), o si regresa con Sueño y silencio a las coordenadas autorales de sus primeros trabajos. De momento, el nuevo delegado de la Quincena, Edouard Waintrop, ha declarado que Sueño y silencio es un viaje emocional que le ha hecho saltar las lágrimas. La gran línea de debate abierta este año en la Quincena son los nuevos nombres del cine latinoamericano, entre los que se cuenta el argentino Benjamín Ávila, cuyo debut con Infancia clandestina es una coproducción entre Argentina, España y Brasil. También en régimen de coproducción española, junto a EEUU y México, competirá en la Semana de la Crítica el filme Aquí y allá, de Antonio Méndez Esparza, un debutante de origen madrileño que sin embargo se ha formado profesionalmente en la Universidad de Columbia de Nueva York. El filme relata la historia de un hombre que vuelve a su pueblo natal en México después de varios años trabajando en Estados Unidos.

Otra figura destacada de la industria española en Cannes será el productor Juan Gordon, al frente de Morena Films. Su nombre destacará en los créditos de dos películas presentes en la prestigiosa sección Un Certain Regard. Por un lado, como coproductor del largometraje colectivo 7 días en La Habana, compendio de siete cortometrajes con el escenario común de la capital cubana. Uno de ellos, La tentación de Cecilia, lo ha dirigido Julio Medem. Asimismo, Gordon también participa con la coproducción latinoamericana Elefante blanco, de Pablo Trapero, uno de los nombres más destacados del Nuevo Cine Argentino. No menos estimulante será en todo caso el estreno en Cannes de Drácula 3D, del maestro del terror Dario Argento, que participará en la lúdica sección Midnight Screenings, y que cuenta con financiación española del productor Enrique Cerezo, en colaboración con las cinematografías italiana y francesa.