Juan Luis Galiardo

Estuvo trabajando hasta el final en la televisión y con El Avaro, su último proyecto teatral

El pasado mes de enero, cuando Álex de la Iglesia presentaba La chispa de la vida en compañía del reparto de la película, Juan Luis Galiardo, el secundario estrella del filme, tomó la palabra. Se levantó de su silla y, como quien interpreta un Shakespeare, hilvanó un soberbio discurso en defensa del teatro en el que condenó los impagos de algunas administraciones. Impulsivo, potente, con su vozarrón inconfundible, regaló a los presentes una auténtica escena, cómica e indignada. El actor ha fallecido apenas seis meses después y la noticia no puede sino estremecer. Sobre todo porque, como se sabe, había trabajado hasta el final tanto en la serie Gran Hotel como en el cierre de El Avaro, su último proyecto teatral. "Hay que estar ocupado en la vida, sobre todo cuando haces lo que te gusta", declaró en su última entrevista en elcultural.com. En aquella charla también prometió lo siguiente: "Moriré con la dignidad del trabajo hecho, como decía mi pobre padre". Así ha sido.



Según confirman las agencias, Galiardo, uno de los actores más queridos de nuestra escena y también de los más carismáticos, ha fallecido a última hora de la tarde del viernes en la clínica de la Zarzuela de Madrid. Había padecido, según su representante, "una rápida y devastadora enfermedad". La familia, en un comunicado, ha agradecido las muestras de cariño recibidas en los últimos días y ha rogado a amigos y periodistas que se respete su decisión de celebrar el sepelio en la intimidad.



Galiardo nació el 2 marzo 1940, en San Roque, Cádiz. Y dedicó toda su carrera profesional a la actuación, convirtiéndose en uno de los principales galanes del cine español. De hecho, debutó con un papel de galán en 1960, tras dejar sus estudios de Económicas e Ingeniería Agrónoma en Madrid una vez hubo entablado amistad con los alumnos de la Escuela de Cinematografía. La Chispa de la Vida fue su última película pero entre esta y su debut median 170 papeles más, entre cine, teatro y televisión. En el año 2000 mereció el Goya al Mejor Actor Protagonista por Adiós con el corazón.



Mientras cursaba los estudios de interpretación en la Escuela Oficial de Cine, empezó a ha hacer teatro y fue uno de los fundadores del T.E.I. de Narros. Su ascenso como galán en la cinematografía española le llevó a interpretar multitud de papeles en México. Fundador de Penélope Films, también destacó por su faceta de productor. Algunas de sus películas más representativas son El disputado voto del señor Cayo (1986), Soldadito Español (1988), Don Juan, mi querido fantasma (1989), Todos a la cárcel (1993), Familia (1996), Pajarito (1997) y Adiós con el corazón (1999).



Galiardo, que se consideraba "una promesa" de sí mismo, confesó también a elcultural.com que desembarcó en la profesión para encontrar su subjetividad. Una profesión, la de actor, que le ayudó a superar sus traumas "de Edipo" y a relacionarse con las mujeres. Según confesaba, lo consiguió: "Estoy contento, con mi profesión y conmigo, y me llevo bien con ellas".