Tony Leblanc.
Un clásico de las películas de sobremesa, recibió el Goya de Honor en 1993 en reconocimiento a toda su carrera. Sus primeros pasos los dio sobre el escenario, con Paloma, palomita, palomera, Te espero en Eslava y Ven y ven al Eslava. En su salto al cine se consolidó como galán cómico, muchas veces mano a mano con Concha Velasco, quien ha dicho de él que "tenía tanta luz que no necesitaba chupar foco para quitárselo a los compañeros". Historias para la televisión y Una vez al año ser hippy no hace daño marcaron la década de los 60.
Tony Leblanc y Concha Velasco
Su rostro se transformó en un habitual de las pantalla televisiva con Cuéntame cómo pasó, en la que encarnó durante 177 episodios al entrañable quiosquero Cervan. En 2002 fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, un reconocimiento muy merecido a quien representó "todo el casticismo y la gracia de Madrid", como ha recordado el director Carlos Iglesias.
Tony Leblanc nos deja, rodeado de sus ocho hijos y su mujer, Isabel, a quien adoraba. "Yo no quiero sobrevivir a Isabel", solía decir. Tras una rotura de cadera en julio y un tumor detectado en el pancreas que no dejaba espacio al optimismo, el corazón de este cómico luchador, como le ha calificado uno de sus hijos, dejó de latir. Tony va a reunirse con Miliki y con Borau.