El director Isaki Lacuesta, presidente del Jurado del certamen Fundación Telefónica Documenta, durante el rodaje de Los condenados.
La cita quiere huir del típico documental "lacrimógeno y centrado en la queja" para proponer un discurso constructivo
Se trata de un concurso online de creación audiovisual dirigido a realizadores de todo el mundo, tanto profesionales como amateurs, que premiará los tres proyectos que mejor planteen la dirección de un documental. En cada edición del certamen, la temática sobre la que versan los documentales es diferente. Este año, los tres directores ganadores realizarán un documental en Latinoamérica sobre el trabajo infantil en general, o asociado a alguna de las actividades que la Fundación Telefónica desarrolla en este terreno. El galardón consiste en el pago por parte de Fundación de los costes de realización de la película (hasta 6.000 euros). Además cada realizador recibirá un premio de 3.000 euros y su trabajo se emitirá en Televisión Española.
Para Lacuesta, que actualmente trabaja en la comedia negra Murieron por encima de sus posibilidades (rodada sin subvenciones, en torno a la crisis y con un reparto coral con nombres como Sergi López, Enma Suárez, Joseph María Pou, Raúl Arévalo...), vistos los recortes de las ayudas al cine, es vital que las instituciones privadas entren en escena. Especialmente si lo que está en juego son cuestiones sociales, como es el caso de este certamen. "Lo más importante es la concienciación, llamar la atención sobre cosas que hoy hemos acabado viendo como normales", argumenta.
Hasta el 21 de marzo, los cineastas de cualquier parte de mundo que quieran participar pueden entregar su proyecto resumido en dos páginas. Se primará el carácter constructivo que tenga el trabajo, su pertinencia, su valor y también su innovación artística, enurmera el director de Los pasos dobles, que insiste en la idea de que los proyectos no se reduzcan a una lista de quejas: "Es importante la idea de que no sean ese documental social lamentable, de una obscenidad terrible y basado en la queja, esas imágenes que ganan el World Press Photo de gente con cámaras muy caras filmando a personas muy pobres". Su consejo para los participantes es que se centren en lo que tienen delante de la cámara y no en ideas preconcebidas que tuvieran ellos.
Cree además el presidente del jurado que tanto en España como en Latinoamérica hay muchos profesionales interesados en el documental, escuelas solventes y, en general, una buena red de intercambio de contactos. Esto a pesar de la alarmante desaparición o transformación de festivales dedicados a esta materia, denuncia. "Está sucediendo esto a pesar de que las cifras de público hablan de interés hacia ellos. Lo que el mainstream margina, plataformas como Documenta Madrid, por ejemplo, lo compensaban", protesta. Por eso la necesidad de iniciativas como esta que se presenta hoy en Madrid.