Borgman, de Alex van Warmerdam
El festival de festivales no da mucho de sí. Más cerca de una sesión de media noche de Sitges, han entrado en la competición las películas del holandés Alex van Warmerdam y del japonés Takashi Miike. Pero a
Tatsuya Fujiwara y Takao Osawa en Shield of Straw, de Takashi Miike
El gran cine lo encontramos en la sección paralela "Una cierta mirada". No es una novedad. Rithy Panh perdió a los trece años a toda su familia en el espacio de pocas semanas, barridos por la crueldad de los Jemeres Rojos de Camboya. Sin familia y sin nombre, después de que la locura de Pol Pot asesinara a cerca de dos millones de habitantes (casi la mitad de la población camboyana), el niño se convirtió en un cineasta de prestigio. En el escalofriante, imprescindible documental S-21. La máquina roja de matar filmaba a los verdugos, décadas después, en los mismos espacios del horror repitiendo los mismos gestos con los que torturaron y masacraron sistemáticamente. A ese niño que durante cuatro años sufrió aquel indescriptible horror es al que trata de regresar Rithy Panh en The Missing Image. Dice que es imposible, que falta la imagen -la que no contó la propaganda de la dictadura, la de las deportaciones masivas y los campos de trabajo-, y evoca la memoria de su infancia con figuras de arcilla, ecos y efectos sonoros, una voz en off lírica... recuerdos traumáticos que probablemente nosotros tampoco podremos olvidar. Su dolor encoge el corazón, su lucidez y sensibilidad para volcar las imágenes petrificadas en su memoria y las palabras que ha mascullado durante tantos años, expresan todo el espanto de la ignominia. Panh esculpe sus hombres de barro como Spiegelman dibujó a los ratones de Maus, y exorciza su historia de supervivencia como si fuera una plegaria elegíaca, proyectando la memoria histórica a partir de su memoria personal. Cine hermoso a pesar del horror, una película que trasciende cualquier debate cinéfilo desde su irrebatible valor histórico.