Padre e hijo, Will y Jaden Smith, en After Earth
El estadounidense M. Night Shyamalan completa en 'After Earth' un calculado plan hacia el suicidio artístico. Creador del 'El sexto sentido' y de 'El bosque' se entrega aquí al ritual del ‘blockbuster' con la intención de desnudarlo.
No, lo que llamaba la atención en Airbender, el último guerrero y lo hace ahora en After Earth es la consciente vocación por el vacío, la fría sensación de vértigo, el suicidio.Todo en esta fantasía distópica de tintes espirituales rechina. Duelen los dientes. Nada encaja. Y eso antes que un descuido o una equivocación en los cálculos tiene por necesidad que formar parte de un plan preestablecido. Aunque sólo sea por coherencia (quizá respeto) con la filmografía de un hombre en la que lucen títulos como La joven del agua, por citar uno de los más controvertidos, no queda otra que leer una estudiada ruta de viaje hacia el desastre.
En la película citada, Shyamalan se arriesgaba a desmontar las claves propias de la narración, cualquiera de ellas, en un cuento de hadas disfuncional, extraño, sencillamente memorable. De alguna manera, esta cinta constituye el secreto mejor guardado de una carrera dedicada toda ella a desmontar los resortes más elementales de la propia posibilidad del relato.
Desde la sorpresa de El sexto sentido a la extrañeza calculada de El protegido, Señales, El bosque o El incidente, todo el trabajo del cineasta consiste en acotar las tensiones y localizar los puntos de fuerza en los que el cuento se constituye en materia común, compartida, casi mítica. Como si formara parte del mismo trabajo de análisis y desmontaje, ahora se trata de dibujar exactamente la imagen contraria de todo lo anterior; de recorrer el camino inverso. Como si de repente sintiera la necesidad de pasar a limpio todos los errores previamente descartados para la obra original y previa, Shyamalan compone ahora un majestuoso error. El horror. Lo que los artistas cultivados llaman adefesio. Pues eso es After Earth, un deplorable y brillante, todo a la vez, adefesio.