Unax Ugalde en Baztán



La historia "oculta" de los agotes llega a las pantallas españolas con la película Baztán. Los agotes eran un pueblo de origen desconocido que sufrieron una atroz persecución durante ocho siglos. Vivían en los remotos valles de Baztán y Roncal en Navarra y se les prohibía entrar en la iglesia o casarse con los cristianos. Esta historia de brutalidad y discriminación es la que cuenta Baztán, película narrada en dos tiempos en la que vemos una ficción historiada de la persecución de uno de ellos (interpretado por Unax Ugalde) y el rodaje de la propia película que estamos viendo ambientada en el siglo XVII, en plena inquisición, con los actores interpretándose a sí mismos. Dirigida por Iñaki Elizalde, Baztán es una puerta abierta a uno de los episodios más oscuros y desconocidos de la historia de España. Hablamos con el protagonista, Unax Ugalde (Vitoria, 1978), uno de los actores jóvenes con más talento de nuestro país y quien hace doblete en algunas ciudades con su reciente estreno Somos gente honrada. Se le nota "cabreado" y combativo con la situación actual del país.



Pregunta.- Usted es de Vitoria y Baztán le quedaba cerca, ¿conocía su historia?

Respuesta.- No, la verdad es que no y creo que la mayoría de la gente tampoco. El valle del Baztán lo conocía de oídas, tenía algunas nociones sobre su historia, su mitología o su euskera, muy particular. Es una zona muy marcada por su situación geográfica, es un valle bastante escondido con un clima muy concreto. Todo ello hace que sea un lugar muy especial.



P.- Vemos la discriminación de los agotes pero es una historia universal que puede aplicarse a la persecución que han sufrido muchos colectivos a lo largo de la historia.

R.- La película habla de la discriminación racial y eso, efectivamente, es algo que ha sucedido en todas partes. Los agotes sufrieron ocho siglos muy duros y el origen de esta marginación siempre es el mismo, el miedo a lo desconocido. Lo vemos por ejemplo en Africa con los albinos. Se decía de los agotes que provenían del diablo o que por donde pasaban no volvía a crecer la hierba. Tenían ciertas características físicas como que eran más bajitos o no tenían lóbulo en la oreja que acentuaban esa diferencia. Es una historia aberrante. Era una época de gran fanatismo religioso y veían diablos o brujas por todas partes.



P.- ¿Cree que en España o en el País Vasco somos especialmente racistas o prejuiciosos?

R.- No suelo generalizar, habrá de todo en todas partes. Dicen que la religión es la principal causa de las guerras en todo el mundo.



P.- ¿Cómo se interpreta a un personaje de un pasado tan lejano más cuando apenas quedan documentos que los retraten?

R.- Cuando me entero que es un chico que tiene que robar madera del monte para sobrevivir y que ese monte pertenece a otra persona no tengo que hacer un gran esfuerzo por entenderlo, hoy mismo la mitad de Andalucía pertenece a la misma familia.



P.- Baztán es una película que trata de escapar de las convenciones.

R.- Yo diría que es atípica. Su manera de contar es diferente porque sucede en dos tiempos o los actores nos interpretamos a nosotros mismos, tampoco hay nudo ni desenlace. Para mí son aspectos que hacen mucho más interesante la película.



P.- ¿Cree que esa "rareza" la aboca a un público más minoritario y cinéfilo?

R.- Esa es la pregunta del millón. Hay veces que hago películas pensando que funcionarán con el gran público y luego no es así. Desde luego no se adscribe a esas grandes fórmulas que parece que funcionan pero estoy seguro de que hay mucha gente que si le diera una oportunidad la disfrutaría.



P.- Usted ha vivido algunos éxitos de taquilla desde aquella Báilame el agua hasta la reciente Bon appetit, ¿ha llegado a alguna conclusión sobre por qué algunas películas funcionan y otras no?



R.- Muchas veces hay errores de cálculo con el estreno. A veces hay un buen producto, pero si lo vendes mal y lo colocas mal no funciona. Después tienes esos tomates de Wisconsin que saben igual pero están hechos con mucho más dinero y valen lo mismo. Mi padre trabajó en altos hornos y me contó una historia muy interesante. En Estados Unidos no tenían industria del acero y lo importaban desde Europa. Cerraron el mercado unos años y al principio los coches se hacían con un acero muy malo pero al cabo de un tiempo construyeron una de las industrias más poderosas del mundo. Me parece buena idea proteger a un mercado hasta que se refuerce.



P.- Acaba de participar en Gran reserva y antes estuvo en Cuéntame. ¿La televisión es el mal menor cuando el cine no funciona?

R.- Hace seis meses que dejé la televisión. Desde luego, en estos tiempos aún se mantiene como una fuente de ingresos. Llevaba varios rodajes muy duros en unas condiciones complicadas y de vez en cuando te apetece trabajar con tranquilidad. Actualmente hay una serie de productoras que se están planteando la televisión desde unos parámetros muy interesantes de innovación.



P.- ¿Le deprime la situación del cine?

R.- Este país está viviendo un desastre. La situación económica es terrible, ha bajado la taquilla y la industria está al borde del abismo. Nunca hemos tenido una gran industria pero más o menos funcionaba. El IVA del 21%, que convierte a la cultura en un artículo de lujo, ha sido el golpe final. Entiendo que la sanidad y la educación están en primer lugar pero la cultura debería ser lo siguiente. Por desgracia no es así.



P.- ¿Es peor la piratería o el IVA?

R.- Piratear piratean los piratas. Lo que es increíble es que el propio Gobierno de un país se dedique a destruir puestos de trabajo en uno de esos sectores.



P.- Se le nota cabreado.

R.- Todos estamos cabreados.



P.- En Baztán se le ve hablando en inglés. Ha tenido algunas experiencias fuera de España, ¿está pensando en hacer las maletas?

R.- Yo ya me he ido muchas veces, tengo más ofertas fuera que dentro. Sería una tragedia que en España no se pudieran contar más historias de nuestro país, ya sean de la guerra civil o de hoy mismo. Esta es nuestra cultura y deberíamos defenderla. A mí, como a la inmensa mayoría de jóvenes de nuestro país, me gustaría quedarme en mi país. Claro que tal y como están las cosas quizá no queda más remedio que irse.



P.- ¿Qué siente cuando escucha determinados comentarios sobre el cine español?

R.- Lo más parecido a un prejuicio y mucho desconocimiento. Cuando hablas con actores extranjeros siempre dicen que tienen muchas ganas de trabajar con directores españoles. Talento no falta. Yo he trabajado en una película sobre la historia del Opus Dei con Roland Joffe y he hecho de cura rojo. No es un posicionamiento sino una exposición de la complejidad de la realidad y nuestra historia. El cine puede tener un papel en la evolución de la sociedad.