Alex Brendemuhl interpreta a Amadeo de Saboya. Foto: Archivo

Luis Miñarro se encuentra inmerso en la posproducción de su debut en la ficción, 'Estrella Fugaz', película que aborda el efímero reinado de Amadeo de Saboya | "De haber establecido sus ideales hubiese cambiado la historia de España"




Hay momentos en la vida que pueden parecer mínimos pero nos llevan, de manera quizá imperceptible pero sin duda irremediable, a sendas que tarde o temprano tenemos que recorrer. Esto es lo que le sucedió a Luis Miñarro cuando su abuela le regaló a la edad de 10 años un duro de plata antiguo, de los buenos, de los que rebotan contra el pavimento. El recién "acaudalado" chaval poco podía imaginar que este acontecimiento alumbraría con el paso de los años una película y, menos aún, que ésta trataría la figura de Amadeo de Saboya. Pero es que esa moneda, con rango de tótem sagrado de la infancia, tenía impresa la efigie del rey al que no quiso nadie en España.



De esta manera, el hoy veterano productor, comenzó a interesarse por el efímero monarca español. Interés que finalmente, muchos años después, ha desembocado en Estrella Fugaz, película que supone su primera incursión como director de ficción. "Yo ya había rodado dos documentales (Blow Horn y Family Strip) pero es diferente porque se suele hacer con un equipo muy reducido", comenta Miñarro. "Sin embargo, durante el rodaje de esta película no me enteré de nada de lo que pasaba en el mundo. Estaba completamente absorbido por tantos aspectos y el proceso tiene tantas implicaciones personales que ahora entiendo perfectamente la fascinación que produce".



Cuesta creer, pese a la novedad, que los secretos de un rodaje le sean ajenos a este cruzado del cine independiente. Luis Miñarro (Barcelona, 1949) es, además de director, uno de los productores más prolijos del cine español y puede que de los menos conocidos. Normal pues sus propuestas no miran directamente al interés del público sino al discurso de autor y a la calidad, siendo uno de los principales valedores del talento más singular de nuestro país e incluso de fuera de él. Isabel Coixet, Marc Recha, Albert Serra, Manoel de Oliveira, Apichatpong Weerasethakul y Javier Rebollo son algunos de los directores con los que ha trabajado Miñarro. "Yo tengo una manera propia de entender el cine", comenta el productor."El cine más tradicional no me interesa. Lo que pretendo, más que trasladar a imágenes un determinado guión, es transmitir sensaciones".



Àlex Brendemühl, Lorenzo Balducci, Lola Dueñas y Luis Miñarro durante el rodaje de Estrella fugaz



- Y, ¿qué sensaciones le produce la figura de Amadeo de Saboya?

- Amadeo fue muy controvertido y casi nadie lo quería en España, más aun tras el asesinato de su principal apoyo, Prim. Sin embargo, él cobra conciencia de este rechazo. Algo que todos hemos experimentado alguna vez. Me interesa la perspectiva más personal del monarca, como intenta establecer sus ideales de belleza, su visión de como debería ser el mundo. Sin embargo no hay un receptor adecuado, a la sociedad no le interesa.



Estrella Fugaz cuenta con Alex Brendemühl en el papel de este monarca masón y voyeurista que pretendía separar el poder eclesiástico del civil y del que Miñarro opina que "de haber establecido sus ideales hubiese cambiado la historia de España pues fue capaz de identificar con precisión, en su discurso de despedida, los males atávicos del país: los propios españoles y su incapacidad para reconciliarse". Lola Dueñas, Bárbara Lennie y Francesc Garrido acompañan a Brendemühl en un filme rodado en el mágico castillo de Federico II en Bari y en un par de localizaciones de Barcelona que ya contaban con decoración de la época, lo que facilitó un importante ahorro a la producción.



Otro de los factores que contribuyeron a que el proyecto saliera adelante fue el doble rol de director/productor desempeñado por Miñarro. "Rodar una cinta de época es complicado con un presupuesto reducido", comenta el barcelonés. "Se echa mano a los amigos, gente que has conocido a lo largo de tu carrera y arrima el ascua. Pero el resultado, pese a lo que pueda parecer, no va a ser minimalista, tiene los elementos necesarios para la narración. Y no es una película aburrida, explica cosas pero tiene momentos divertidos".



Barbara Lennie en una escena del film



- ¿Es el presupuesto el único motivo para que en España las películas no vayan más allá del 36?

- Nunca ha habido interés por el cine histórico en España. Desde luego no al mismo nivel que en otras cinematografías como la italiana o la francesa. A priori tampoco hay interés por parte del espectador pero es necesario saber que ocurrió en el pasado para mirar al futuro. Además tenemos una historia de una gran riqueza. Solo hay que atender a lo convulso que fue, por ejemplo, el siglo XIX. Pero no me extrañaría que esta película tuviera más repercusión en otros países que en España.



Miñarro se encuentra en este momento en la difícil y dolorosa pero a la vez necesaria tarea de sacrificar parte de lo rodado para aligerar el primer montaje de la película. En noviembre espera tenerla terminada para que comience su carrera en festivales y, si hay suerte, se produzca ese impagable fenómeno de marketing que es el boca-oreja. Después, el estreno en salas. "Es lo que menos funciona en mis películas", comenta el director. "Siempre me tengo que buscar la vida para encontrar distribuidor. Nunca espero grandes números pero sí buena recepción de ciertas élites culturales que se que la apreciarán".



Estrella fugaz quizá no vaya a ser el taquillazo de la temporada que viene pero, a diferencia de Amadeo de Saboya, seguro que encontrará su público en España. O puede ser que, gracias a Luis Miñarro, también el monarca llegue a ser, después de todo, apreciado por el pueblo.  



Discurso de Despedida de Amadeo de Saboya

Dos años largos hace que ciño la corona y España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelaba... Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles; todos invocan el dulce nombre de la patria; todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cuál es la verdadera patria, y es más imposible todavía hallar remedio para tamaños males. Los he buscado ávidamente dentro de la ley y no los he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla.