Julie Depardieu y Emmanuelle Béart (derecha) en Los ojos amarillos de los cocodrilos

Inspirada en una popular novela de Katherine Pancol que ha vendido millones de libros en toda Europa, Los ojos amarillos de los cocodrilos propone una fábula contemporánea sobre la obsesión moderna por el éxito y la fama a través de la clásica historia de dos hermanas, como quiere el canon una guapa sin talento y la otra fea pero lista. Todo un estándar narrativo que sumado al 'sospechoso' éxito de ventas podría hacer pensar que nos encontramos ante una película sin mayor interés que el de los números, o sea ninguno salvo que uno sea el productor.



No es que Los ojos amarillos de los cocodrilos, el título se las trae, sea o pretenda ser cine con mayúsculas y de hecho esa ligereza es parte de la virtud de un filme con la extraña cualidad de ser mejor de lo que a primera vista parece pretender. La historia dirigida por Cécile Telerman nos cuenta lo que le sucede a una madre divorciada con dos hijos (Julie Depardieu) y un ex marido desastroso emigrado a Sudáfrica cuando debe afrontar infinitas deudas y para ello se ofrece a escribir una novela histórica para su bella y glamourosa hermana (Emmanuele Béart), ansiosa por obtener algún tipo de reconocimiento como artista.



El cine francés hace tiempo que produce todos los años un número importante de comedias ligeras con 'mensaje' que funcionan muy bien entre el público, ahí están sin ir más lejos La elegancia del erizo (2006), Pequeñas mentiras sin importancia (2010) o las muy recientes 20 años no importan, Guillaume y los chicos... ¡a la mesa! y 9 meses de condena. Muy deudoras de la fórmula hollywoodiense (buenos sentimientos, tramas amables, moraleja final, actores guapos etc) Los ojos amarillos de los cocodrilos se ajusta al canon como un guante con sus ambientes burgueses y conflictos mundanos que, como el cine americano, pretenden ofrecer respuestas morales a debates de hoy. En este caso, como se ha dicho, las miserias y grandezas del sistema de celebridades en el que vivimos.



Es fácil reprochar a la película su indisimulado buenismo, la sencillez casi esquemática (aquello de que lo entienda todo el mundo) con la que presenta las situaciones o su realización absolutamente convencional. Pero el filme plantea, de forma inteligente, esa especie de mal mortífero que ataca a personas sin talento que sufren en silencio por la falta de un don del que creen ser merecedores. Esa fantasía mediática actual que se construye alrededor de los artistas y que los no artistas confunden con el trabajo de artista en sí mismo, como si escribir novelas o componer baladas consistiera no en trabajo duro sino en promocionarlas. Vemos también cómo hay gente que sabe jugar muy bien el juego del show business mientras otra es incapaz de ello al tiempo que sí puede crear cosas. La estupidez cada vez mayor de personajes con éxito sin nada que contar y personas a las que se confunde con grises por no tener sabiduría mediática. Hay algo terrible, y muy real, detrás de la aparente ligereza de una película en la que muchos quizá no querrán verse identificados.

El éxito de la Trilogía animal

Con motivo de la adaptación de la novela a la gran pantalla, La Esfera de los Libros publica una nueva edición del bestseller Los ojos amarillos de los cocodrilos, de la escritora francesa Katherine Pancol. Es la primera entrega de la llamada Trilogía animal, que se completó con El vals lento de las tortugas y Las ardillas de Central Park están tristes los lunes, y que ya ha seducido a más de un millón de lectores españoles.



Katherine Pancol es autora de más de una decena de libros pero el éxito le llegó con la publicación en 2006 de la primera entrega de la historia de Joséphine Còrtes, la protagonista de la Trilogía animal, de la que La Esfera ha publicado 23 ediciones desde 2010. Acaba de publicar en Francia Muchachas, otra trilogía de novelas que está arrasando en Francia y que llegará a las librerías españolas en septiembre, también de la mano de La Esfera.