El director adapta el best- seller El abuelo que saltó por la ventana y se largó con una mezcla del humor gamberro de la reciente Turistas y el hilarante revisionismo histórico de Forrest Gump.

Best seller europeo con tres millones de ejemplares vendidos, es posible que alguno piense que El abuelo que saltó por la ventana y se largó es una apología políticamente correcta sobre la vitalidad de la madurez y etc. No lo es. Lo más sorprendente de la película, así como la novela, es precisamente su condición de artefacto hooligan al tener como protagonista a un vejete que efectivamente huye del asilo el día de su 100 cumpleaños pero solo para encadenar una barbaridad detrás de la otra. La película es una mezcla entre el espíritu gamberro de la reciente Turistas y Forrest Gump, con la que comparte un protagonista corto de luces que se las apaña para estar en los momentos más relevantes de la historia, de la victoria de Franco pasando por el nacimiento de la bomba atómica o las purgas estanilistas. El abuelo que saltó… es sobre todo una comedia tan punki como surrealista sobre la mediocridad en la que la expresión "a la vejez viruelas" cobra una nueva dimensión. Hablamos con el director, Felix Herngren, de una adaptación cinematográfica que ya es la película más taquillera en la historia de Suecia.



- ¿Cómo llega a dirigir una versión de un libro tan famoso?

- Cuando comenzamos con el proyecto la novela había sido un pequeño éxito pero no era aún un best-seller tan grandioso en toda Europa. Yo no la conocía y fue el productor que había comprado los derechos quien me propuso que la leyera. Confieso que en un principio no lo veía nada claro porque no me resultaba muy atractivo un personaje tan mayor ni lo que intuía que podía ser. Después de leer las diez primeras páginas me di cuenta de que se podía hacer una película extraordinaria.



- Es una historia muy cinematográfica, ¿ha sido muy fiel a la novela?

- La película tiene muchas semejanzas con el libro, tiene el mismo tono, el mismo ambiente, pero el libro dura catorce horas de lectura y una película no puede pasar de dos. Había que quitar mucho, no solo comprimir y eso implica cambios. Hay diferencias entre una buena novela y una película. La literatura puede describir pero el cine es visual, hay que verlo. Técnicamente un libro funciona enlazando ideas pero un filme tiene otra narrativa.



- Juega con la idea de lo inverosímil constantemente, ¿dónde estaba el límite para que no resulte demasiado fantasioso?

- El libro tiene una mezcla estupenda de humor negro y absurdo, en la novela hay muchos escenas de este estilo y era complicado mantener un equilibrio para que no pareciera un disparate. Hay una intención de darle una buena patada al siglo XX y el personaje es perfecto porque es alguien que asiste a los hechos pero tiene una actitud distante, imperturbable. A sus cien años ha vivido todo eso pero de manera aséptica, nunca critica ni enjuicia lo que pasa.



- Su distancia con los hechos es también inmoral, es un hombre incapaz de sentir ninguna empatía.

- Para poder sobrellevar 100 años de vida y haber visto tantas barbaridades es imprescindible ser un idiota políticamente. Es un personaje que también representa como se comporta muchas veces el ciudadano medio, sin profundizar en lo que sucede a su alrededor. Él ha decidido que no va a dirigir su vida. Muchos tratamos de controlar la vida y no lo logramos. Es una decisión suya de dejarse llevar. La parte positiva de esa idiotez es que a pesar de su sufrimiento nunca se queja, él vive sin más. Yo mismo he tratado de emular esa filosofía, pasamos mucho tiempo trabajando duro para tener algo en el futuro que quizá no vaya a llegar. Es fantástico ese vivir sin darle a todo tantas vueltas.





Una imagen de El abuelo que saltó por la ventana y se largó



- Surgen ecos claros de Forrest Gump.

- El escritor estuvo 25 años pensando en esta novela y cuando vio Forrest Gump entró en estado de shock al ver que alguien había creado un personaje muy parecido al suyo. A pesar de eso, la sensación que deja esta película es muy diferente.



- ¿Qué grado de corrección respecto a los hechos históricos cree que era imprescindible observar?

- A veces cuando veo una película basada en hechos reales y el director dice que no se hace responsable de la veracidad absoluta de lo que cuenta, me hace reír. Tenemos que poder hablar de personajes históricos como Stalin sin complejos, y podemos hacerlo sin enjuiciar. Creo que es mucho más útil mostrar las cosas de forma sutil y apelar al sentido común del espectador para que juzgue sobre lo que es bueno y es malo.



- Vemos un episodio terrible, las prácticas de eugenesia en clínicas suecas a principios de siglo.

- En el libro no se profundiza mucho en ello pero yo quería resaltarlo porque es una página negra de la historia de Suecia. Hubo grandes científicos suecos en esa época que cayeron en esa trampa y pensaron que las personas eran como las plantas y podían clasificarse de diversas maneras. En mi país nunca se ha hablado mucho de esto y muchos espectadores se lo han encontrado por primera vez.



- No es muy habitual ver una comedia sueca, tienen fama de serios.

- El humor suele ser más local y se exporta menos. En Suecia se hacen muchas cosas de humor. Los demás solo ven los dramas o las novelas de terror. Tenemos esta imagen de serios por Ingmar Bergman.