Las pantallas de agosto no solo están reservadas para simios en armas, transformers, mercenarios o guardianes de la galaxia... Para quien busque todavía algo de calidad autoral y de sensibilidad cinematográfica este verano, proponemos aquí los estrenos ‘hipster' o ‘indies' del mes de agosto. Porque no todo van a ser blockbusters.

Llenar el vacio, de Rama Burshtein

Estreno: 25 de julio









Ahora que las bombas caen de nuevo sobre la población palestina, una película como la de Rama Burshtein adquiere una dimensión extraña, que bien puede invitar a la reflexión o al rechazo. El filme se ha paseado por festivales de pedigrí y ha cosechado numerosos premios, si bien en Israel es la película más comercial del año. El relato se centra en una comunidad de jaredíes, un núcleo religioso hermético, anacrónico y oscuro. Burshtein, cineasta de prestigio en su país, se acerca a las costumbres y creencias de los jaredíes jugando la baza del intimismo, con respeto y sin villanizar a nadie, pero poniendo en cuestión la vigencia de sus convicciones en estos tiempos, y sobre todo señalando las brutales distancias entre hombres y mujeres. Rica en detalles, la película sigue el crecimiento emocional y espiritual de Shira sin perderse en el contexto, avanzando al dramatismo y con una elegancia que desprecia los dogmatismos y deja las puertas abiertas a la interpretación.




Begin again, de John Carney

Estreno: 1 de agosto









Detestada por unos y convertida en inmediata película de culto por otros, hace ocho años Once provocó un pequeño tsunami en el cine indieamericano. Su ambición cinematográfica pasaba por redefinir el musical desde la experiencia y la improvisación, si bien la comedia romántica en juego no trascendía los lugares comunes, aunque tenía la habilidad de sustituir la tensión sexual con la tensión musical. Su director, John Carney, regresa ahora con Begin Again, o sea, "Volver a empezar", un título que no engaña, pues en gran medida el filme no deja de ser una variante del anterior: otra comedia romántica de dos almas perdidas y unidas por su pasión musical. Esta vez, la acción transcurre en Nueva York y no en Dublín, y la pareja protagonista está formada por grandes estrellas -Keira Knightley y Mark Ruffalo- en lugar de actores no profesionales.




El árbol magnético, de Isabel Ayguavives

Estreno: 1 de agosto









Como Reencuentro, de Lawrence Kasdan; como Beatiful Girls, de Ted Demme; como Las horas del verano, de Olivier Assayas... el debut de la gallega Isabel Ayguavives trabaja con las emociones reencontradas, con la nostalgia de unos tiempos perdidos y el desarraigo de volver a un hogar imposible. El árbol magnético del título ocupa el centro de las cosas, es un lugar mítico en el que se producen extraños fenómenos, y al que regresa un joven chileno (Andrés Gertrúdix) después de varios años de ausencia en España. El reencuentro familiar es también una despedida, pues los personajes dicen adiós a la casa familiar que han puesto en venta, espacio que atesora múltiples recuerdos, y aunque se pueda echar en falto algo más de tensión y dramatismo en el filme (básicamente, hay una ausencia de conflictos), lo cierto es que el diapasón emocional, el naturalismo de las conversaciones y el pequeño viaje a la memoria que emprende El árbol magnético está muy bien llevado.




Shirley. Visiones de la realidad, de Gustav Deutsch

Estreno: 8 de agosto









Pocos pintores han tenido tanta influencia y presencia iconográfica en el cine (y la televisión) como el norteamericano Edward Hopper. Esta película, que es tanto un ensayo pictórico como una cinta de carácter experimental, lleva esa influencia hasta la sublimación. Se trata de una mirada a Estados Unidos desde los años treinta a los sesenta a través de una serie de microhistorias inspiradas en los cuadros del pintor realista, en cuyas imágenes siempre se encuentra la promesa de un relato. El artista y cineasta austríaco Gustav Deutsch materializa esa promesa, reconstruyendo y reproduciendo en un estudio, a modo de tableux vivant, trece famosos cuadros de Hopper que reflejan sendos momentos en la vida de Shirley (Stephanie Cummings) a través de los años.




Mil veces buenas noches, de Erik Poppe

Estreno: 8 de agosto









El director noruego construye este filme en gran parte a partir de sus experiencias como corresponsal de guerra, solo que encuentra mayor tensión si el protagonismo lo ocupa una mujer. En este caso, Juliette Binoche, que interpreta a una prestigiosa fotorreportera cubriendo una especie de ritual en Oriente Medio, y que cuando descubrimos de qué se trata, las habituales cuestiones sobre la ética de su trabajo se disparan. Cuando regresa a su casa, en Iranda, con su marido y dos hijas, se encuentra con el escepticismo de la familia respecto a su trabajo. Mil veces buenas noches es un melodrama construido sin artillería lacrimógena pesada, un filme preocupado por ofrecer un complejo retrato de una mujer, una madre, determinada a marcar la diferencia en el mundo y tratando de explicar a su familia por qué hace lo que hace y los sacrificios que eso conlleva.




Una cita para el verano, de Philip Seymour Hoffman

Estreno: 14 de agosto









Antes de su trágica desaparición, el actor Philip Seymour Hoffman debutó detrás de la cámara con este filme, cuyo titulo original es Jack Goes Boating, un drama romántico en el que la cita a ciegas de un chófer de limusinas se convierte en un poderoso relato de amor, traición y amistad centrado en dos parejas de Nueva York. Cuatro personajes de clase trabajadora, de corte clásico que aportan todo el humanismo que la historia necesita. El protagonista, Jack, lo interpreta el propio Seymour Hoffman con su habitual talento para convertir en una persona cercana a cualquier personaje, por raro que sea, como sin duda lo es Jack. La premisa del film es conocida pero no por ello ineficaz. El guion es lineal y sencillo, escrito por Robert Glaudini, con la ambición de retratar la cotidianiedad de los personajes, que van creciendo en la pantalla con organicidad, sin sobresaltos, haciendo sencillo lo que es muy complicado. El reparto lo completan actores semi-desconocidos, como Amy Ryan, John Ortiz y Daphne Rubin-Vega.




Locke, de Steven Knight

Estreno: 22 de agosto









Con el tiempo pegado a los talones. Tantos y tantos thrillers se han construido a partir de la premisa de que la película es, en su conjunto, un contrarreloj. Los personajes y el espectador atrapados en una cuenta atrás y siempre al límite. El thriller británico Locke se suma a esa tradición. Y a otra más: la del huis clos, estos es, el relato encerrado en un solo espacio. Dirigida por el guionista de la obra maestra Promesas del este (David Cronenberg) y de la gran serie británica Peaky Blinders, Steven Knight confía el protagonismo de este relato adrenalítico en Tom Hardy, única presencia en la pantalla. En la piel de Ivan Locke, dedicado hombre de familia y director de la construcción, interactúa a lo largo del filme con varias voces / personajes al otro lado del teléfono cuando recibe una llamada justo antes de enfrentarse a su mayor desafío profesional. La interpretación de Hardy es una auténtica exhibición. Knight consigue extraer verdadera riqueza y un ritmo extraordinario de una narración minimalista, un verdadero ejercicio de estilo: toda la trama discurre en el interior de un BMW, con la cámara enfocando a una sola persona y a lo largo de una noche.




The Congress, de Ari Folman

Estreno: 29 de agosto









Hay una escena en este prodigio de film que oposita a ocupar una de las cimas más absolutas del cine reciente. De hecho, toda la película merece un lugar de honor en la cartelera no solo del verano, sino de todo el año (y algunos dirán que del siglo). En la escena intervienen ni más ni menos que Robin Wright (absoluta protagonista de la película), Harvey Keitel y... una sesión de performance capture. De hecho, la escena encierra el espíritu del relato, que más que una película, es un ensayo visual y filosófico sobre el futuro de las imágenes, del dispositivo cinematográfico en la era virtual y del arte de la interpretación. Un paraíso para cinéfilos y entusiastas. Robin Wright se interpreta a sí misma, una popular actriz en decadencia enfrentada a la difícil disyuntiva que le plantea un gran estudio cinematográfico: convertir su rostro y su cuerpo en propiedad virtual del estudio para transformarla en el futuro en cualquier personaje que se les antoje, para cualquier tipo de producción. Pero para ello debe dejar de actuar para siempre. En un futurible no muy lejano, cuando el hiperrealismo de las imágenes generadas por ordenador ya no es una utopía, el cine ya no necesita actores, sino moldes en forma de códigos binarios. El director de Vals con Bashir vuelve a hibridar imágenes de carne y hueso con el cine de animación para entregar un milagro fílmico, que presentó en la Quincena de Cannes, que no dejará a nadie indiferente y que toma una clara posición respecto a las perversas potencialidades del cine virtual. Esta sí es, sin duda, una película imprescindible.




El niño, de Daniel Monzón

Estreno: 29 de agosto









Terminamos las recomendaciones con cine español. Del bueno. Se trata del regreso del director de Celda 211, al mando de un thriller sobre un traficante de poca monta en Gibraltar. Esta vez, Luis Tosar da vida a un policía antidroga encargado de acabar con el hábil traficante interpretado por Ian McShane, el prodigioso actor que encarnó a Al Swearengen en la serie Deadwood. Escrito junto al propio monzón por Jorge Guerricaechevarría, el guionista habitual de Álex de la Iglesia, El niño se hace eco de la actualidad y de una complicada situación en torno al negocio de la droga en el Peñón gibraltareño, con el retrato de unos personajes que se mueven en un mundo enfrentado y dividido, haciéndose eco de la vida diaria en el Estrecho. Completan el reparto Bárbara Lennie, Sergi López y Eduard Fernández entre otros.