Una imagen de Inquilinos de Inés de León (primera por la izquierda).

Más de 500 ficciones españolas se emiten en internet y muchas de ellas copan los galardones más importantes en festivales internacionales. Hablamos con algunos creadores sobre presente y futuro de las webseries.

El pasado 7 de junio Malviviendo emitía su último capítulo, poniendo el punto final a una exitosa andadura en internet de tres temporadas con las que han logrado más de 42 millones de visitas en su canal de Youtube. El Negro, el Zurdo, el Kaki y el Postilla, los habitantes más descerebrados del barrio sevillano de Los Banderilleros, se despedían con un capítulo de casi dos horas, un ambicioso broche final para la ficción que ha revolucionado el mundo de las webseries españolas a base de grandes dosis de gamberrismo en los guiones y talento para paliar la falta de presupuesto. "Fue todo casualidad", explica David Sainz, actor, guionista y director de la serie. "Habíamos terminado realización y pensábamos que nadie nos llamaba para trabajar por falta de experiencia. Por eso, hicimos un piloto falso y, como no teníamos dinero para CDs, lo subimos a internet para poner el vínculo en el Currículum. Sin embargo, la repercusión del piloto falso nos animó a seguir adelante".



Con las peculiaridades propias de cada caso, la práctica totalidad de las webseries españolas comparten con Malviviendo su punto de partida: las ganas de trabajar en aquello que a uno le apasiona frente a la imposibilidad de meter cabeza en el mercado laboral. Por ello, la autofinanciación es una constante en estas producciones que se han expandido a medida que empezaron a sentirse los efectos de la crisis. Pau Serracant, director de Lavida.es, trabajaba en una productora antes de la recesión económica y de repente se vio con la carta de despido en la mano. "A nosotros la crisis, pese a perder el puesto de trabajo, nos ha brindado la oportunidad de desarrollar proyectos personales que por el ritmo de la jornada laboral pueden que se hubieran quedado en el cajón. El paro nos dio el tiempo para poner en marcha nuestras propias ideas", explica Serracant que con su webserie de microrrelatos en lenguaje 2.0 ha sido premiado en el Baja Web Fest de Tijuana.



Precisamente, el 13 y el 14 de junio tuvo lugar en Madrid la primera edición del FEW, Festival Español de Webseries, otro síntoma más de la importancia que está acaparando la ficción seriada de emisión por internet. Según datos del propio festival en España habría en la actualidad unas 500 webseries, situándonos como la primera industria mundial de este formato. "La nota para esta primera edición es un notable", comenta Julio Garma, director del festival. "Hemos tenido problemas con el patrocinio y lo cierto es que no hubo gran afluencia de público en las proyecciones, algo que seguro que irá mejorando. Pero la gala quedó bordada y conseguimos entregar premios en metálico".



¿Cómo financiamos nuestra webserie?



David Sainz (segundo por la derecha) en una imagen de Malviviendo.



Garma es, junto a Alex Otero, el padre de Freaklances, webserie de animación sobre el mundo del marketing y el diseño. "Empezamos a finales de 2009 cuando todavía no se había acuñado el término de webserie sin ningún objetivo de negocio". Con el paso de los capítulos Freaklances permitió a sus creadores montar una productora. "Al principio nos autofinanciábamos pero la serie tuvo rápidamente una gran repercusión y empezaron a llegar patrocinios", comenta Garma. "Como nuestro target procedía del mundo del marketing comenzaron a llamar empresas del sector, jóvenes que necesitaban hosting, pequeños CEOs para poner publicidad... No teníamos por objetivo montar una productora pero hubiésemos sido tontos si no aprovechamos la oportunidad". Un camino similar recorrió David Sainz con Malviviendo, a partir de la cual nació la productora Diffferent que ha desarrollado videos musicales, series para Canal Sur e incluso la película Obra 67. "En un primer momento la inversión corría de nuestra parte. A partir de ahí utilizamos un método de donaciones por pay pal y después llegaría el crowdfunding. Pero el punto de inflexión fue la entrada de un patrocinador en el proyecto que nos permitió a cinco personas vivir de la serie en la última temporada".



Las marcas parecen que empiezan a entender las webseries como un buen lugar en el que posicionarse. El caso de Malviviendo es modélico. Aunque en un principio parecía que el elevado número de referencias al consumo de cannabis en la serie podía ser la mayor dificultad para encontrar patrocinador, en realidad fue el reclamo para Canna, empresa de productos para el cultivo de marihuana. Jorge Cassinello, director de Entre pipas, una de las series del momento, vivió una experiencia similar. "Nuestra webserie es una producción independiente de financiación de ‘amigos y familiares'... No obstante, la creamos con la idea de poder colaborar con marcas que buscan una forma diferencial de llegar al consumidor". Finalmente lo consiguieron en la tercera temporada con un acuerdo de branded content con Matutano (Pepsico).



Sin embargo, no todos están dispuestos a que una marca se incorpore a su producto pues para muchos la libertad es el factor clave de estos formatos. Es el caso de Inés de León, directora de la webserie Inquilinos, probablemente la serie con la factura más original y cuidada del género. "Para mí era un proyecto muy personal y no quería cambiarlo de ninguna manera, con lo que lo financié con mi ahorros y con los de mi maravillosa madre, que me ayudó tanto económicamente como trabajando en la serie. Cuando tuvo éxito me llegaron ofertas de sponsors y televisiones, pero siempre pidiendo cambios en la forma, y preferí no hacerlo". Algo similar opina Pau Serracant. "Parece que la única forma directa de hacer dinero con contenidos online es a través de anunciantes que muchas veces acaban corrompiendo ese espíritu libre de las webseries a cambio de cuatro chavos". Para el director de Lavida.es es preferible que tu webserie sirva de escaparate para que te encarguen otros contenidos independientes de la serie".



Hacia una industria de la webserie



Una imagen de Entre pipas de Jorge Cassinello.



Ilusión, talento, esfuerzo y determinación son valores incuestionables del panorama de las webseries españolas pero, ¿se pueden transformar en una industria que dé de comer a los realizadores? "Esta industria ya se está creando", opina Julio Garma. "Desde nuestra productora estamos apoyando webseries para que generen ingresos y aparecen canales modernos como tribo.tv que va a operar en TDT y se va a nutrir de contenido de internet. Y luego están los festivales como FEW que están dando poso a la industria aunque todavía queda camino por recorrer".



A favor de las webseries está el hecho de que, cada vez más, el público migra hacia internet. "Estamos en el momento de hacerse fuerte. Las marcas se dan cuenta de que internet es el lugar para posicionarse", explica David Sainz de Malviviendo. "Además, el espectador de internet está acostumbrado a lo gratuito por lo que lo más fácil es que el dinero entre por patrocinadores". Por su parte Pau Serracant cree que en el futuro la gente se ganará la vida, y bien, con las webseries porque la frontera entre tele e internet se va difuminando pero, desde su punto de vista, es necesaria la creación de una buena plataforma de distribución. "Está claro que público y buenos productos tenemos. Así que, en vez de regalar dinero a YouTube (que se forra a través de los contenidos que todos colgamos y nos da unas pocas migajas a cambio), lo que sería interesante sería la aparición de un canal alternativo potente para las webseries", puntualiza el creador de Lavida.es.



Jorge Cassinello, el creador de Entre pipas, es también optimista con la industria. "Creo que las webseries en el futuro serán simplemente series y lo que las definirá será el género, la duración... Y el contenido: al final lo importante son las historias". Las webseries, como algunos creen, no son una moda de jóvenes que no tienen nada que hacer. Parece que tarde o temprano se va a convertir en una industria potente. Si no solo hay que atender al canal Netflix y a algunos de sus productos como House of Cards y Orange is the New Black, dos webseries que compiten de tú a tú con los productos televisivos de mayor prestigio y cuya experiencia sirve para convencernos de que la calidad en la ficción por capítulos en nuestro país se aleja cada vez más de los canales de televisión.

¿Cuál es el secreto para que una webserie consiga posicionarse bien en la red?

Julio Garma (Freaklances): "No existe una formula de la Cocacola, no hay factores mágicos. Lo principal es hablar de algo que te gusta, sentirlo tuyo. Creo que hay que usar factores de marketing como el horario. Siempre se dice que tienen que ser cortos. Aparte hay que huir del formato televisivo e ir rápido al contenido. Y, muy importante, una buena campaña de redes sociales".



David Sainz (Malviviendo): "Básicamente consiste en conectar con el público. Nosotros tuvimos la suerte de hacer la serie que queríamos ver y resultó que a mucha gente le gustaba lo mismo. Nos esforzamos por tener la mayor calidad o al menos aparentarla. Captar al público de internet, aunque se piense que es menos exigente, es muy difícil porque no tiene horario y hay mucha oferta. Por eso es importante conectar con un segmento determinado".



Pau Serracant (Lavida.es): "El secreto es que este bien hecha, que tenga gracia y que enganche, que tenga un punto original... La democratizacion de internet consiste en que todo el mundo puede lanzar una serie por lo que la competencia es enorme. El público en la red tiene poca paciencia por lo que es importante que tenga un ritmo que enganche. A partir de ahí juega el factor suerte y que tengas algún amplificador en plan twitteros o páginas de referencia".



Jorge Cassinello (Entre pipas): El éxito consiste en saber combinar contenido, formato y canal de forma coherente y relevante para una audiencia online muy selectiva y con poco tiempo. Teníamos claro que "lo bueno si breve, dos veces bueno". Y por último, la propia comunicación: en la red, un capítulo tiene que ir más allá del contenido. Se genera una conversación con la audiencia que hay que alimentar y saber gestionar de formar activa, con una capacidad de reacción rápida y efectiva".