Stuart Murdoch
Fundador y líder de los míticos Belle and Sebastian, Stuart Murdoch (Ayr, Escocia, 1968) lleva en nuestras vidas desde 1996, año en el que superó una larga enfermedad que lo mantuvo encerrado en casa toda su juventud y fundó el grupo de pop que le daría fama en el mundo entero. Los escoceses, radicados en Glasgow, epicentro de una vibrante escena musical, revolucionaron el indie de los 90 con una serie de preciosas canciones en las que el pop se convertía en la vía para expresar los más delicados e íntimos sentimientos. Ahora Murdoch debuta como cineasta con God Help the Girl, en la que firma la banda sonora y nos cuenta la historia de una chica con problemas psicológicos traumatizada por una infancia que adivinamos turbulenta y sus esfuerzos por montar una banda y triunfar en el mundo de la música en un Glasgow arty en el que los protagonistas descubrirán qué significa que a uno le rompan el corazón. De paso, Stuart nos cuenta su búsqueda constante de la belleza y qué opina sobre la independencia de Escocia.- God Help the Girl recrea el universo que asociamos a Belle and Sebastián y a la estética del grupo, una suerte de melancolía indie.
- Para mi primera película era muy natural que fuera una extensión del sonido de Belle and Sebastian. Hace mucho tiempo que le daba vueltas a esta película, poco a poco el personaje de esta chica cantante se fue convirtiendo en algo real para mí, como si fuera alguien que conociera.
- Esa chica neurótica es un personaje de lo más ambiguo, no sabemos si amarla o detestarla.
- Ella es egoísta, está centrada en sí misma, es ambiciosa, no es la mejor amiga del mundo... Creo que pasa con muchos chicos que han tenido infancias difíciles, cuando llega la edad adulta no saben hacer las cosas bien porque acumulan demasiados problemas.
- Los protagonistas sueñan con ser estrellas, ¿es este un filme sobre lo peligroso que es hacerse fantasías respecto a la música?
- La música es una bonita ilusión, esa fantasía forma parte de la música, es un sueño en el que es divertido vivir. Cuando ella canta todo se transforma porque la música lo cambia todo. El otro día estaba pensando que la música para mí es como una religión, es algo a lo que me dedico con absoluta devoción, una búsqueda constante de la belleza. De todos modos, nunca he estado en peligro por la música.
- El filme tiene un tono muy parecido al de sus canciones, hay alegría y vitalismo pero también tristeza.
- No creo que God Help the Girl sea una película triste, de hecho es lo peor que me pueden decir sobre ella porque trabajé duro para que no lo fuera. Todo lo contrario, quería que fuera jovial y transmitiera energía. Es una película sobre la juventud, sobre esa juventud que nunca tuve porque la pasé enfermo y lo que me imaginaba que les pasaría a otras personas que la estarían viviendo, durante muchos años solo pude mirar a los demás, no participar de su vida.
- La juventud aparece en la publicidad y muchas películas como una etapa de gran felicidad, usted ofrece un punto de vista distinto.
- He intentado ser honesto, hablar de los sentimientos verdaderos de los personajes sin filtros. La juventud está muy manipulada por la propaganda y el marketing porque hay muchas empresas que quieren sacar su dinero y es una edad en la que uno es muy influenciable. Después, tendemos a ser nostálgicos y recordar nuestra juventud mejor de la que fue, eso es humano.
- Refleja una certeza, por muy culturetas que sean algunas chicas, al final se acaban marchando con el guapo, no con el listo.
- Es curioso lo que sucede con el actor que da vida al personaje del chico guapo (Pierre Boulanger) porque tiene algo que vuelve locas a las mujeres. Tiene la capacidad de tocar alguna membrana del género femenino porque todas al final te acababan diciendo que les encanta. Hay hombres con ese poder.
- ¿Cómo fue el proceso de componer las canciones del filme?
- Las canciones se escribieron solas. Cada canción tiene una función diferente. Algunas sirven para explicar el estado emocional de los personajes, otras tienen una función narrativa. La música también puede servir para que los personajes se atrevan a decir cantando algo que no se atreverían a decir de otra manera. Cuando la protagonista habla con James utiliza las canciones para expresar lo que no sabría decir con una conversación.
- Se plantea un dilema muy habitual en bandas jóvenes y en cualquier grupo de amigos a esa edad, cuando uno debe decidir entre la lealtad o seguir el propio camino.
- Esa es una cuestión compleja sobre la que no quiero tener una opinión rotunda. En una vida perfecta, podrías ser exitoso y al mismo tiempo mantenerte fiel a las personas que quieres pero todo el mundo experimenta en determinado punto que debe decidir entre su carrera o sus amigos. No hay una respuesta buena a ese dilema porque cada situación es distinta. Incluso la mejor persona del mundo en algún momento no tiene más remedio que hacer daño a los demás si quiere seguir su propio camino.
- Sigue creando maravillosas canciones de pop, ¿qué significa el pop para usted?
- Amo el pop más que a cualquier otra cosa. El pop te brinda infinitas posibilidades, puedes aspirar a las mayores alturas artísticas sin dejar de ser popular y accesible. El pop es un reto, es hermoso y puede ser el género más emocional de todos. Cuando pienso en los grupos que me gustan, como los Beatles o Abba, y hasta dónde fueron capaces de llegar con el pop me siento inspirado. De hecho, creo que eso empieza mucho antes, hay una línea que conecta a Bach, a Mozart y Betthoven con el mejor pop.
Olly Alexander, Emily Browning y Hannah Murray en una escena de la película.
- La búsqueda de la belleza es lo que inspira el arte y lo que inspira a la gente del arte. Es lo que hace que me levante de la cama todas las mañanas. Si no fuera por esa belleza no tendría el coraje de expresar mis sentimientos más profundos, no sería posible.
- Después de su larga enfermedad Belle and Sebastian se convirtió en un grupo de enorme éxito mundial. ¿Qué siente al mirar atrás?
- Nunca pensé que fuera a vivir de la música. Yo solo quería hacer un disco, la intención jamás fue seguir una carrera. Cuando lo pienso ahora me sorprende porque fue totalmente inesperado. El hecho de que haya tanta gente en el mundo que le guste me da fuerzas para seguir adelante, me da confianza.
- ¿Cuándo pensó que quería dirigir películas?
- Es algo que me lleva rondando toda la vida. La música es muy abstracta, todo el mundo puede darle interpretaciones muy diferentes. Una película es mucho más directa y mucho más clara, puedes controlarla mejor. Siempre entendemos las emociones del cine y no las de la música porque tiene otra manera de comunicar, puedes ser más personal y pragmático.
- ¿Cómo se ha sentido por primera vez detrás de una cámara?
- Si lo volviera a hacer sería como aprender de nuevo. Tuve mucha suerte porque contaba con un ayudante de dirección y un director de fotografía maravillosos que me ayudaron mucho.
- ¿Cuáles han sido sus influencias?
- Siempre me ha gustado el cine de Mike Leigh y Ken Loach. Me inspira también el cine independiente americano de Richard Linklater y Hal Hartley. Por supuesto, también siento el enorme impacto de la Nouvelle Vague y la sombra de Truffaut y Godard. También hay un director escocés que me encanta, Bill Forsyth, particularmente la película Gregory's Girl (1981).
- Su película tiene a su ciudad, Glasgow, como protagonista. ¿Sigue habiendo una escena musical tan vibrante como en los 90 y principios de siglo?
- Glasgow es una ciudad en la que la música siempre jugará un rol crucial, muchísima gente sigue yendo allá a convertirse en músico. Ahora hay una nueva generación, con nuevos valores y nuevas maneras de hacer música en la que me siento un poco perdido, la verdad es que no salgo mucho.
- Como escocés la pregunta es inevitable, ¿está a favor de la independencia de Escocia?
- Tradicionalmente siempre he estado a favor de la unión porque detesto el nacionalismo en sí mismo. Por otra parte, para la gente de izquierdas del resto del reino va a ser terrible si nos marchamos porque esto los condenará a tener gobiernos derechistas toda la eternidad. Finalmente creo que lo mejor es marcharse porque sí somos diferentes y queremos crear un Estado distinto, desde los tiempos de Thatcher Inglaterra ha abrazado un capitalismo neoliberal con el que no me siento identificado.