Image: Márgenes, ecosistema de cine libre

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Cine

Márgenes, ecosistema de cine libre

4 diciembre, 2014 01:00

Una imagen de E agora? Lembra-me de Joaquín Pinto

Hoy arranca la IV edición del festival de cine que posa cada año su mirada en las películas que se sitúan en los márgenes de la industria

Algunas de las experiencias cinematográficas más gratas de los últimos años están vinculadas con nuevas formas de entender la creación, la producción, la distribución y la exhibición. Sin ir más lejos, El Cultural ha seleccionado películas como Diamond Flash (Carlos Vermut, 2012) o El señor (Juan Cavestany, 2012) entre lo mejor de 2012 y Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013) o Mapa (Leon Seminiani, 2013) como lo más destacado de 2013, un síntoma de que en la actualidad el cine de calidad no tiene que seguir el cauce de la oficialidad sino que puede encontrarse en los márgenes. Precisamente así, Márgenes, es cómo se llama el festival que ha trabajado con mayor ahínco porque el público pueda probar este cine autoral y libre, posible gracias a factores propios del siglo XXI como la democratización propiciada por la tecnología digital, el impulso de ciertos festivales especializados, las enormes posibilidades que ofrece internet o la labor formativa desarrollada por las distintas escuelas de cine en los últimos años.

La IV edición de Márgenes arranca este jueves y se prolongará hasta el último día del año a través de la plataforma online www.márgenes.com, en donde se podrán ver mediante streaming gratuito las películas españolas, portuguesas y latinoamericanas seleccionadas. "Son obras que rara vez llegan a las grandes pantallas, no se emiten en las televisiones, ni disponen de recursos para grandes campañas de promoción", explica Diego Rodríguez, director del festival. "Por ello queremos poner en valor estas obras que están revolucionando nuestro cine y que lamentablemente son ignorados por las instituciones, condenadas a un injustificable anonimato".

Además de la plataforma online, el festival cuenta con sedes físicas repartidas en dos continentes para visionar las películas. A las ya habituales sedes de Madrid (Cineteca Matadero), México DF (Cine Tonalá), Nuevo León (Cineteca), Montevideo (Cinemateca Uruguaya) y Córdoba (Filmoteca de Andalucía); ahora se incorporan el Cine ZumZeig de Barcelona y el Cine Tonalá de Bogotá. "Puede que ver las películas en la sala sea una experiencia superior pero que haya un streaming gratuito me parece un gran aliciente", comenta el director de cine Juan Cavestany, jurado en la presente edición del festival. "No sólo porque responde a una realidad de cómo se consume el cine a nivel global, sino porque creo que hay una diversidad de películas que se comprenden muy bien en este formato de distribución, por su duración o por su temática".

Basilio Marín Patino, cerrando el círculo

El octogenario director de cine Basilio Martín Patino repite protagonismo en el festival. Si en la pasada edición recibía el Premio Especial Márgenes a su trayectoria (símbolo de libertad e independencia), ahora se cierra el circulo con la proyección para inaugurar la cita de Basilio Martín Patino. La décima carta de Virginia García del Pino. "Basilio es un pensador y un poeta y su cine tiene un discurso y una manera de hacer que se aleja de lo que entendemos por cine comercial", comenta la directora de la película, digna sucesora del protagonista del filme en términos de libertad cinematográfica. "Hubo un tiempo donde este tipo de cine convivía dentro de la industria con películas más ortodoxas o comerciales y estaría bien que se volviera a hablar de cine y se pudieran quitar estas etiquetas que no benefician a nadie", puntualiza García del Pino.

Una imagen de Basilio Martín Patino. La décima carta

Como vemos, aunque ahora haya factores que propicien su desarrollo, siempre han existido francotiradores que han acometido su obra desde las orillas, desoyendo los dictados de la industria tradicional. El festival rinde homenaje a uno de los más destacados de todos ellos, el director Gonzalo Suárez, que sucede a Patino en el Premio Márgenes. Suárez demostró en los sesenta, una de las etapas más pobres del cine español, que era posible hacer un cine diferente, barato pero sobre todo muy libre, con sus cortometrajes y su primer largo, Ditirambo. Desde entonces su filmografía es un ejercicio de coherencia "La obra de Gonzalo Suárez demuestra que ya en los 60 había inquietudes acerca de otro cine y que ahora no estamos inventando gran cosa sino simplemente ahondando en nuestro momento igual que él lo hizo en aquél, con otras coordenadas", concluye Cavestany.

La mirada a Portugal

Márgenes potencia además la curiosidad de su mirada hacia nuestros vecinos peninsulares. "En Portugal están ocurriendo detalles maravillosos", explica Diego Rodríguez, director del festival. "Una nueva generación de autores está reinventando el cine portugués". Por ello, Márgenes dedica una sección al enigmático director Joaquín Pinto, un cineasta que había estrenado sus películas en los años 80 en prestigiosos festivales internacionales, que había trabajado con nombres míticos como Manoel de Oliveira, o Raul Ruiz, y que, de un día para otro, se había esfumado. Las respuestas a ese proceso de desaparición están en E agora? Lembra-me, una película que asombró al mundo y que se convirtió en uno de los grandísimos títulos del año, ganando en el Festival de Locarno el Gran Premio del Jurado y el premio Fipresci de la crítica internacional. Esta y otras cuatro cintas de Joaquín Pinto se proyectarán durante el festival en Casa de América donde el director impartirá una Masterclass el 12 de diciembre.

Encuentro de profesionales

En su afán por potenciar el cine ubicado en los márgenes, el festival también otorga un mayor protagonismo a las actividades destinadas a fortalecer el encuentro y debate entre los diversos actores que actúan en la periferia de la industria tradicional. "En Márgenes le damos mucha importancia a la interrelación con los autores", explica Rodríguez. "Queremos abrir debate y hablar de las películas y de la cultura y el cine en general. Vivimos momentos de cambio y tenemos que hablar". En próximas ediciones se pondrá en marcha el Laboratorio MargenesLab para tratar de ayudar a la producción de películas y para actuar de intermediarios entre autores y produtores. "Pensamos que es el futuro de los festivales, un papel que tendremos que asumir", puntualiza el director de Márgenes.