Knights of Cups de Terrence Malick
La 65 edición del Festival de Berlín deja de lado el cine europeo (aunque con alta presencia alemana) para poner el foco en creaciones hispanoamericanas, anglosajonas y asiáticas. Leyendas como Terrence Malick, Werner Herzog, Wim Wenders o Peter Greenaway competirán por el galardón.
Olvidada vieja europa
Queen of the desert de Werner Herzog
Berlín llega este año con mucho cine estadounidense y británico, con varias superproducciones altamente ambiciosas que recrean grandes episodios históricos del siglo XX. El gran "olvidado" es el cine de la vieja Europa, aunque inaugura Isabel Coixet con su Nadie quiere la noche y veremos lo nuevo del francés Benoit Jacquot, tres películas alemanas y cuatro de los países del Este. Pero la mirada se dirige sobre todo al mundo anglosajón. Malick, el más impredecible de los grandes maestros contemporáneos, concursa con Knight of Cups, prolongando su ensoñadora reflexión en torno el sentimiento amoroso y la búsqueda de la pasión emprendida en To the Wonder. En esta ocasión, se adentra en las pasiones de un triángulo formado por Christian Bale, Natalie Portman e Imogen Poots. Werner Herzog presenta Queen of the Desert con Nicole Kidman y James Franco como protagonistas, recreando la vida de la británica Gertrude Bell, legendaria viajera, escritora, arqueóloga y cartógrafa de principios del siglo XX. Es el filme de producción más ambiciosa del cineasta en años y en él retoma el asunto del colonialismo que ya trató en aquella mítica Fitzcarraldo. Bill Condon resucita con Mr. Watson al muy vivo personaje de Conan Doyle, retratado en su vejez, tratando de resolver un antiguo caso en la piel Ian McKellen.Wim Wenders lleva casi una década entregado al documental y regresa a la ficción con otra superproducción, Everything Will Be Fine, con Rachel McAdams, Charlotte Gainsbourg y, de nuevo, el hiperactivo James Franco, interpretando a un escritor traumatizado por un accidente de coche en el que muere un niño. El siempre excéntrico y original Peter Greenaway homenajea a un grande del cine con Eisenstein en Guajanato, donde refleja el impacto que tuvo la sensualidad mexicana en el aclamado cineasta de El acorazado Potemkin durante la errática segunda parte de su filmografía, cuando recaló en América del Sur tras ser rechazado por Hollywood. Kenneth Branagh sigue instalado precisamente en Hollywood y después de Thor o Jack Ryan: Operación sombra estrena Cenicienta, película de Disney con Cate Blanchett que revive con personas de carne y hueso el famoso cuento infantil. Otro británico, Andrew Haigh, obtuvo un enorme éxito con la pequeña producción Weekend y ahora nos cuenta, en connviencia con Charlotte Rampling, la historia de un matrimonio aparentemente idílico.
En una Berlinale muy poco francesa (como si Cannes agotara todos los cartuchos del cine galo), el veterano Benoit Jaquot (Villa Amalia) concursa con Diary of a Chambermaid, nueva versión de una novela que ya adaptaron Renoir y Buñuel en la que vemos las peripecias de una ambiciosa sirvienta que trabaja en una casa burguesa a finales del siglo XIX, con Léa Seydoux y Vincent Lindon como protagonistas. Además de los proyectos americanos de Herzog y Wenders, la Berlinale se convierte en escaparate de la vibrante cinematografía del país y apuesta por Elser de Olivier Hirschbiegel, sobre el carpintero que trató de asesinar a Hitler y fue ejecutado pocos días antes de la liberación. Otro clásico germano, Andreas Dresen, concursa con As We Were Dreaming, donde retrata las ilusiones de jóvenes del lado comunista tras la caída del muro. Y habrá presencia española en Victoria, de Sebastian Schipper, donde la actriz Laia Costa protagoniza un filme que muestra en tiempo real dos horas trascendentales en la vida de una joven en el barrio berlinés de Kreutzberg.
Everything Will Be Fine de Win Wenders