Nadie se había atrevido hasta ahora a plasmar en una película de ficción la vida de Juan Ramón Jiménez, uno de nuestros poetas más universales. La luz con el tiempo dentro, que se estrena este viernes en las salas españolas, es la primera. Está dirigida y producida por Antonio Gonzalo y cuenta con un reparto encabezado por Carlos Álvarez-Novoa y Marc Clotet, que encarnan al autor de Platero y yo -uno de los libros en español más leídos en el mundo- en diferentes épocas de su vida. Tamara Arias, actriz gaditana afincada en Los Ángeles, interpreta a Zenobia Camprubí, la esposa y musa del escritor que mantuvo viva su llama poética.



Gonzalo tuvo la idea de hacer esta película hace años y ha dedicado mucho tiempo a moldear el proyecto, cuyo guión ha sido escrito por Teresa Calo. Este se basa en textos autobiográficos del propio Juan Ramón, de modo que el escritor ejerce de narrador de su propia vida, que acontece en la pantalla a modo de gran flashback. "Hemos trabajado durante dos años el guión. Lo empecé yo, pero llegué a acumular tanto material que me sentía incapaz de condensarlo y por eso llamé a Teresa, que ha hecho un trabajo de síntesis impresionante", explica el director y productor del filme.



La luz con el tiempo dentro se rodó entre junio y julio del año pasado en Sevilla, Jerez de la Frontera (Cádiz) y Moguer, la localidad onubense en la que nació el poeta. La película narra la vida de Juan Ramón desde su infancia, pasando por su carrera en Madrid, sus episodios de neurosis depresiva -algunos piensan que en realidad padecía la enfermedad de Crohn, entonces desconocida-, su contacto con los intelectuales de su tiempo, el cortejo de Zenobia, su boda en Nueva York y, después del estallido de la Guerra Civil en 1936, el exilio junto a su esposa en Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, donde murió en 1958, dos años de recibir el Premio Nobel de Literatura. Igual que en la vida del poeta, por la película desfilan una larga lista de importantes personajes secundarios: nada menos que Manuel Azaña, Federico García Lorca, Joaquín Sorolla, Antonio Machado, Rafael Alberti y Pau Casals, entre otros.







Reflejar la compleja personalidad de Juan Ramón Jiménez no ha sido tarea sencilla. "Es evidente que tenía trastorno bipolar, de igual modo que amaba la vida y el amor y emprendía iniciativas sorprendentes, en determinados momentos caía en unos pozos profundos que le llevaban a desear la muerte", explica Gonzalo. Esto ha supuesto un reto para los actores que se han metido en su piel. "Ha sido una experiencia muy especial. Interpretar a un personaje real es algo que te orienta y a la vez te asusta", explica Álvarez-Novoa. Para el veterano actor -que, curiosamente, sacó unas oposiciones a profesor con una disertación sobre el poeta de Moguer- hacer de Juan Ramón ha sido un reto muy intenso, "ya que hay visiones muy opuestas de su personalidad: la de quienes lo ven como un tipo amargo, pesimista y antipático, y la de quienes lo ven como un poeta encantador que vivía en las nubes". La solución fue bucear en los textos del poeta, que tan bien conoce, para encontrar su esencia: "En su honda poesía está el hombre. No sé si lo transmitiré en la pantalla, pero dentro de mí he sentido el latido de Juan Ramón".



Marc Clotet representa al Juan Ramón más joven, vitalista y enamoradizo. "Este papel ha sido un regalo. Ha sido un honor interpretar a un personaje tan importante como Juan Ramón y tan interesante a nivel interpretativo por su inteligencia y su riqueza de matices", explica el actor.



Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta del escritor, y la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez han expresado su entusiasmo por la película y, como no podía ser de otra manera, ya que es el propio poeta quien cuenta su vida, opinan que "las personalidades de los protagonistas quedan perfectamente reflejadas".



No es la primera vez que Antonio Gonzalo lleva al cine la vida de un personaje ilustre. En 2003 escribió, dirigió y produjo Una pasión singular, un biopic sobre Blas Infante protagonizado por Juan Diego. "A veces se piensa que hacer un producto cultural con una trama histórica o literaria está reñido con el entretenimiento, pero no es así. La vida de Juan Ramón Jiménez es tan interesante que esta película sirve a ambos propósitos, el de darla a conocer y el de entretener al público".