Fotograma de Selma
Semanas después de la publicación de la novela de Antonio Muñoz Molina sobre la figura de Martin Luther King, el eminente doctor que lideró la rebelión de los afroamericanos durante los vibrantes años 60, la película Selma rescata su figura en tiempos en los que los altercados de Ferguson han vuelto a poner el foco sobre la (aún muy precaria) situación de los negros en Estados Unidos. A ritmo de hip hop, la directora Ava DuVernay (Los Angeles, 1972) construye una película tan convencional como disfrutable, tan pedagógica y clara en su mensaje como emocionante que pretende trascender la categoría de película histórica para contarnos una historia que nos concierne y dar voz a un mensajero cuyas palabras resuenan hoy con la misma fuerza que entonces.Dabid Oyelowo da vida de forma convincente al líder, un Martin Luther King que duda, tiene miedo y se pelea con su mujer pero al que la película trata con rendida admiración. Vemos al magnífico orador, pero también al estratega y al audaz político capaz de transformarse según la persona que tenga delante. Selma sigue una estructura clásica del cine americano por la que uno debe "luchar por los sueños" y no dejarse arredrar por las dificultades. La fórmula funciona y Selma está construida de forma impecable hasta llegar a ese discurso-catarsis final concebido para crearnos un nudo en la garganta, cosa que logra. Ha habido mucha polémica sobre el desprecio de los Oscar, donde solo obtuvo dos nominaciones, pero aunque Selma nos emociona también es cierto que es absolutamente convencional en su planteamiento y la película funciona mucho mejor cuando nos muestra al doctor King que en la parte política con un Lyndon Johnson, presidente de la época, un tanto caricaturesco.
Centrada en la gran marcha por el derecho a voto celebrada en Selma, una localidad de Alabama con una vieja tradición racista, la película cuenta el pulso de King con las autoridades (Johnson, poco dispuesto a atender sus ruegos, y un gobernador de extrema derecha) para lograr con éxito marchar de Selma a Montgomery, la primera vez acaba en tragedia con la policía cargando contra los activistas y la segunda con el épico discurso de un doctor King convencido de que la lucha por los derechos civiles de los negros no puede fracasar. Hábil combinación entre el retrato de la vida íntima del gran personaje histórico y película épica con un claro mensaje que transmitir, Selma no evita los trucos de la grandeza y busca sin descanso la empatía del espectador mostrándonos, por ejemplo, la brutalidad policial en todo su esplendor. No es una película extraordinaria, sí una buena película con un mensaje inspirador.