Cine

Los Lumière y otros directores bicéfalos

27 marzo, 2015 01:00

Auguste y Louis no solo inventaron el cinematógrafo hace 120 años, por lo que se les rinde tributo desde hoy con una completa exposición en el Gran Palais de París, sino que inauguraron una manera peculiar de hacer cine: la fraternal. Repasamos a los hermanos cineastas más célebres de la historia del cine.

El Grand Palais de París inaugura hoy una exposición que rinde tributo al legado de los hermanos Lumière cuando se cumplen 120 años de la invención del cinematógrafo. Comisariada por Thierry Frémaux, director del festival de Cannes, la muestra presenta toda la producción fílmica de estos pioneros del séptimo arte, casi 1.500 cintas que han sido restauradas y se pueden disfrutar íntegramente. Además profundiza en las particularidades de la familia Lumière e incluye la reconstrucción de la Sala India del Grand Café de París en la que tuvo lugar la primera proyección comercial de la historia. Pero Auguste y Louis no solo inventaron el cine sino que inauguraron una manera muy peculiar de crear imágenes en movimiento: la fraternal. Repasamos a los hermanos cineastas más celebres de la historia del cine.

Los Lumière

Hace 120 años, el 19 de marzo de 1985, los hermanos Lumière probaron por vez primera un aparato que habían desarrollado para trascender los límites de la fotografía y capturar el movimiento. No fue un invento estrictamente personal pues desde hacía años investigadores como Marey, Muybridge o Edison venían incidiendo en tecnologías parecidas de las que Louis y Auguste tomaron buena nota. Sin embargo, tuvieron una intuición que sería definitiva para el desarrollo de la industria: el consumo de estas imágenes cinéticas debía de ser compartido en la oscuridad de una sala, tenía que ser una experiencia colectiva y no individual, como había considerado Edison con el kinetoscopio.

Los Lumière bautizaron a su creación como el cinematógrafo y con él se fueron a la puerta de la fábrica de fotografía de su familia en Lyon donde filmaron a los obreros dirigiéndose a casa tras finalizar la jornada de trabajo. La proyección de tan modesta película (apenas 46 segundos) pocos días más tarde en la Sociedad Francesa de Fomento de la Industria Nacional causó un enorme revuelo. No era para menos pues hasta ese momento nadie había presencia un espectáculo semejante. Cuando varios meses después, en diciembre, se proyectó en el Salón Indio del Grand Café de París de manera comercial, ante un público que pagaba su entrada, las reacciones fueron desde la estupefacción hasta el pánico y durante meses el establecimiento colgó el no hay billetes en cada una de las sesiones. Los Lumière rodaron cerca de 1500 películas muy rudimentarias, principalmente de carácter documental, pero inventaron técnicas como el montaje o el travelling. Sin embargo, Thierry Fremaux, comisario de la exposición de París, ha querido reivindicar a los hermanos no solo como inventores y genios de la técnica sino por sus méritos artísticos, de los que se beneficiaron posteriormente cineastas como Méliès o Griffith para desarrollar el lenguaje cinematográfico.

Los Taviani

Vitorio Taviani (San Miniato, 1929) y Paolo Taviani (San Miniato, 1939) resurgieron de sus cenizas, siendo ya octogenarios, con un film notable, Cesar debe morir (2012), con el que consiguieron el Oso de Oro de Berlín. En esta inclasificable cinta el docudrama y la adaptación teatral se mezclan con un gran alarde de libertad a partir de la preparación y representación del Julio César de Shakespeare por los presos de la cárcel romana de Rebiabbia para obtener una metáfora de la Italia de Berluscuni. Sin embargo esta dupla llevaba toda su carrera incidiendo en este camino, en la ruptura del relato dramático convencional a través de una ilusión de la realidad. Grandes admiradores de Rosellini, sus dos películas más recordadas son Padre Padrone, un drama social que se hizo con la Palma de Oro de Cannes en 1977, y Las noche de San Lorenzo, un maravilloso y emotivo reflejo del horror de la Segunda Guerra Mundial que obtuvo cinco premios David Di Donatello.

Los Coen

Quizás los más célebres tras los hermanos Lumière. Joel (Mineapolis, 1954) normalmente aparece en los créditos como director y Ethan (Mineapolis, 1957) como productor, sin embargo, según quienes han trabajado con ellos, son un único director de mente bicéfala con una visión del mundo perfectamente idéntica. Comenzaron a finales de los 60 a jugar con una Super 8 y en la actualidad cuentan con una Palma de Oro por Barton Fink y el Oscar a mejor película por No es país para viejos. Su filmografía es una carta con infinidad de sabores que comienza con el film noir de Sangre fácil, Fargo y Muerte entre las flores; continua con comedias disparatadas, surrealistas y psicodélicas como El gran Lebowski y Arizona Baby; e incluso epopeyas musicales como O Brother!. Pero todo con un aliño marca de la casa: un humor negrísimo capaz de voltear el sueño americano con la facilidad con la que Ferra Adría le da una vuelta a una tortilla. La dilatación de su prestigio no parece tener límites.

Los Dardenne

Si los Taviani y los Coen se pelean entre ellos por la custodia de la Palma de Oro, los Dardenne no tienen ese problema. En 1999 se llevaron la primera por Rosetta y en 2005 repitieron con El niño así que es de suponer que Jean-Pierre (Engis, 1951) tendrá una en su casa y Luc (Awirs, 1954) guardará la otra. Estos hermanos belgas tampoco saben dónde empieza uno y acaba el otro. Dirigen, escriben y producen a cuatro manos películas de tono realista que viran sin ambages hacia el lirismo. Las relaciones paterno-filiales suelen ser el motor de unas historias que se narran con la cámara a escasos centímetros de los actores. A menudo plantean situaciones morales complejas que atañen a las clases más bajas. En su último filme, Dos días y una noche, colocan a Marion Cotillard en la difícil tesitura de convencer a sus compañeros de trabajo de que pierdan una bonificación de 1000 euros para que ella no pierda su trabajo. Puro neorrealismo contemporáneo.

Otros hermanos célebres del mundo del cine

Pedro y Agustín Almodovar. Foto: Bernabé Cordon

La lista de hermanos que trabajan en el cine siempre en compañía no acaba aquí. En España tenemos una dupla muy notable pero en este caso con roles bien diferenciados. Se trata de Pedro y Agustín Almodovar que en estos momentos se encuentran finalizando los preparativos de una nueva película, Silencio. Como bien sabrá el lector, Pedro se encarga de la parte artística de las películas mientras que Agustín lleva el peso de la producción al mando de El Deseo. Entre ambos han logrado el Oscar a mejor película de habla no inglesa por Todo sobre mi madre, Globos de oro, Goyas, Baftas, Cesars… En el terreno de la comedia políticamente incorrecta nos encontramos con los hermanos Farrelly, un dúo muy compenetrado que ha entregado películas como 2 tontos muy tontos y Persiguiendo a Amy. Por su parte, Andi y Lana (anteriormente conocido como Larry) Wachowski, tras el éxito de la trilogía de Matrix, continúan entregando blockbuster a cada cual más disparatados. Un claro ejemplo es su última película, El ascenso de Júpiter. Por último, en el apartado de la animación europea (a pesar de ser americanos) destacan los hermanos Quay, gemelos idénticos que llevan años dando forma a pesadillas gracias a la sofisticación técnica, el sentido musical de sus imágenes y la minuciosa puesta en escena. Hace poco se pudo ver en España parte de su trabajo en la exposición Metamorfosis.