Noche, oscuridad, calor. Cine de verano en la plaza del pueblo. Una de tiros, de amores prohibidos, de aventuras míticas... De Jamón, Jamón a Lawrence de Arabia, escritores, artistas, cineastas, músicos, actores y directores teatrales recuerdan aquí aquella película que vieron en plena ola de calor.

El verano pasado vi dentro del ciclo Lo mejor del año de los Cines Renoir La Grande Bellezza, de Paolo Sorrentino, una de las películas que más me ha fascinado a lo largo de toda mi vida cinéfila. Tanto me sublimó, que volví a verla tres veces más en el cine, y después otras tantas en DVD. Creo que es una de las mejores películas europeas que se han estrenado en los últimos años. Y, sin duda, una de las cintas que más me ha emocionado sentado en una butaca a oscuras.



Tengo grabado a fuego en mi cabeza el primer dialogo que dice el protagonista de la película, Jep Gambardella, un escritor y periodista frustrado y melancólico, mientras baila al ritmo de la canción Mueve la colita en una fiesta multitudinaria por su sesenta y cinco cumpleaños: "A esta pregunta, cuando éramos jóvenes, mis amigos siempre daban la misma respuesta: `Coños´. Mientras que yo contestaba `El olor de las casas de los viejos´. La pregunta era ¿Qué es lo que de verdad te gusta más en la vida? Estaba destinado a la sensibilidad. Estaba destinado a convertirme en escritor". Sin duda, una obra maestra, bellissima.

Daniel de Vicente (Madrid, 1990) debutó como dramaturgo y director escénico con tan solo 22 años, cuando publicó su obra de teatro Cordón umbilical, estrenada en la Sala Triángulo y posteriormente en el Teatro Lara de Madrid en 2013. Ha trabajado como ayudante de dirección de Miguel del Arco en Misántropo en el Teatro Español y de David Serrano en La Venus de las pieles en el Matadero, además de en la 37° edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Este verano rodará su primer cortometraje como guionista y director y en 2016 publicará su primera novela.