Noche, oscuridad, calor. Cine de verano en la plaza del pueblo. Una de tiros, de amores prohibidos, de aventuras míticas... De Jamón, Jamón a Lawrence de Arabia, escritores, artistas, cineastas, músicos, actores y directores teatrales recuerdan aquí aquella película que vieron en plena ola de calor.
En un pueblo muy próximo al mío, en la pequeña plaza delante de la iglesia, de vez en cuando montan un cine al aire libre. Por la noche refresca y sopla una agradable brisa que hace que la pantalla, una sábana nunca lo suficientemente tensa, ondule de vez en cuando y con ella la película. Tienen las imágenes algo de vaivén marino, de profundidad oceánica. Esa sala de cine bajo las estrellas sería la ideal para ver la que para mí es la película que mejor recoge el espíritu del verano: Avanti! (que aquí retitularon como ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?), un romance de Billy Wilder con sabor a sal y a dolce far niente.La isla de Ischia, donde transcurre la historia, ya invita de por sí a disfrutar de todos los placeres. Y el personaje que interpreta Jack Lemmon, ese ejecutivo que va hasta allí para ocuparse del cadáver de su padre y acaba aprendiendo a pasárselo de maravilla, es toda una lección de vida. La escena en la que Juliet Mills y él se bañan en el mar se convierte para Lemmon, y también para mí cada vez que veo la película, en una verdadera revelación.