La ciudad hispalense se convierte del 6 al 14 de noviembre en la capital cinematográfica del cine europeo. Más de 200 títulos componen la rica, diversa y exquisita programación del XII Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF). Para abrirnos paso en su amplia selección, que aglutina títulos del cine de autor más revulsivo del Viejo Continente, destacamos quince películas (y varios ciclos) esenciales para tomarle la temperatura a la creación continental más rompedora.

Sangue del mio sangue, de Marco Bellochio (Competición Oficial)

El maestro italiano Bellochio regresa con una anomalía fuera de toda catalogación, que nos invita, como en un juego muy serio, a buscar resonancias entre sus partes, a ver doblemente. Dos mitades diferenciadas, casi como dos bloques autónomos, que transcurren en Bobbio. La una en el siglo XIX, con el relato de una joven monja juzgada y torturada por pactar con Satán; la otra en la actualidad, cuando el convento es una decrépita prisión habitada por un conde que un millonario ruso quiere comprar. La parábola se refleja en la sátira y viceversa, el pretérito en el presente, mientras la mitología vampírica se despliega en el relato como nunca lo hemos visto antes. Quizá la vida contemporánea no se diferencia tanto del oscurantismo de la Edad Media.



L'ombre des femmes, de Philippe Garrel (Competición Oficial)

El título del último trabajo del gran Philippe Garrel, que inauguró la Quincena de Realizadores, podría dar nombre a toda su filmografía, tan esencial para el cine europeo, que sin duda se ha forjado bajo la sombra de las mujeres. Retratista de la belleza y poeta del desencanto, las introspecciones del corazón femenino que habitan su cine transforman esta vez el desgarro en un humor vorazmente autocrítico. Un hombre, cineasta, atrapado entre dos mujeres, es retratado en crudo blanco y negro como un ser esencialmente egoísta y responsable exclusivo de las sucesivas crisis de amor y desamor que le consumen. Su adulterio y el de su mujer, en venganza, ocupan las dos partes de un filme que parece enmendar a Truffaut para acercarse a Baumbach, pero sin dejar de ser un puro Garrel.



Kommunisten, de Jean-Marie Straub (Las Nueva Olas)

Una de las incógnitas del festival pasa por descubrir qué nos ofrece el magisterio de Jean-Marie Straub en su primer largometraje (ha hecho múltiples cortos) desde el fallecimiento de su compañera de vida y de cine Danièle Huillet. Las imágenes de Kommunisten, nos advierten, contienen desde luego un tributo a su esposa desaparecida, pero sobre todo se ofrecen como una reflexión sobre el sentido del comunismo, aunque no desde su faceta histórica y política, sino desde la noción humanista del pensamiento utópico. Mediante el recitado de textos de Malraux, Fortini, Vittorini y Hölderin, y con una visión expansiva de 40 años por diversos países, la ambición del filme pasa por condensar la historia de las ideas y los hombres del siglo XX. Serge Daney tenía muy claro que cada película de Straub y Huillet es "la crónica de una forma de resistencia". No caben dudas de que Kommunisten se sumará a esa estirpe.



Las mil y una noches, de Miguel Gomes (Competición Oficial)

El autor de Aquel querido mes de agosto y Tabú sigue abriendo fisuras en la cinematografía lusa, celebrado ya como un digno heredero de Manoel de Oliveira. Con sus arabian nights mediterráneas fabuladas a partir de la crisis económica, Gomes se propone reformular la mitología alrededor de Scherezade. Por muchas extenuaciones y salidas de tono que genere una propuesta tan radical (375 minutos fraccionadas en tres películas), es acaso la clase de filme que muchos querríamos para el cine español: convierte las historias de desesperación colectiva de un pueblo cada vez más empobrecido en parte de un nuevo imaginario. Su absurdo nos habla con el idioma de los tiempos oscuros y deplorables, su honestidad sin límites puede acaso redimirnos como seres humanos que arruinaron su destino, y su poesía nos recuerda que en las más acuciantes dificultades el gran arte es una llama inextinguible.



O futebol, de Sergio Oksman y Carlos Muguiro (Competición Oficial)

Un cineasta regresa a Sao Paulo para reencontrarse con su padre, 20 años después, coincidiendo con el Mundial de 2014. El plan es hacer aquello que les une, su pasión por el fúbtol. El plan es filmar sus encuentros viendo cada partido juntos. Pero los planes se truncan ante un hecho inesperado, irreversible. Esta magnífica película se construye a partir de varias tensiones, las del padre y el hijo, las del hogar y el desarraigo, las de dos generaciones distantes... pero sobre todo las que colisionan en la necesidad de atrapar la vida mediante el formalismo de la puesta en escena. La aparente distancia hacia lo que filma Oksman penetra en el corazón de las cosas, hasta que el mismo azar parece algo organizado.



Mia madre, de Nanni Moretti (Selección EFA)

Su herida emocional no es tan directa como la de La habitación del hijo, ni su drama tan transparente, pero el maestro italiano parece regresar con Mia madre a ese universo en el que los sentimientos internos se contradicen con los acontecimientos externos. El dolor de una hija, directora de cine (interpretada por la gran Margherita Buy), ante la inminente desaparición de su madre enferma, que aún no es capaz de aceptar, entra en colisión con el rodaje de una película de raíz política con la participación de una estrella americana (John Turturro), desde cuya figura surge el humor y el absurdo. Algunos momentos oníricos, filmados con extraodinaria sensibilidad, nos sumergen en el convulso mundo interior de la protagonista.



One Floor Below, de Radu Muntean (Competición Oficial)

Hay que vivir y dejar vivir. Los probelmas de los demás no son los míos. Este mundo es un sálvese quien pueda. Pareciera que este tipo de consignas son la que gobiernan en la sociedad moderna. El protagonista del último filme de Radu Muntean, padre de familia de clase media, prefiere hacer la vista gorda cuando su vecina de abajo aparece muerta, pese a haber sido testigo de las trifulcas con su pareja que se produjeron justo antes del incidente. Con el mismo tratamiento hiperrealista de la magnífica Martes, después de Navidad, rayano en la obsesión cotidiana hasta convertirse en una observación perturbadora, seguimos la rutina del hombre que calla, con la policía y con su familia. El relato acumula una clase tensión que lo convierte en un thriller costumbrista, hasta un climático final en el que todas las tensiones se desatan.



From Caligari to Hitler, de Rüdiger Suchsland (Las Nueva Olas)

Con el cine como centro de confluencias, el crítico alemán Rüdiger Suchsland emprende en este documental una investigación de raigambre académica (Siegfried Kracauer ni más ni menos) sobre el estudio del cine de Weimar. En el periodo de entreguerras, los cineastas alemanas parecían prefigurar lo que estaba por llegar, la barbarie del nazismo, con las pesadillas y los terrores que Murnau, Lubitsch, Lang o Siodmak llevaron a la pantalla expresionista. El recorrido que plantea la película se detiene en las escenas más brillantes y reveladoras, con comentarios de cineastas alemanes en activo. Como perfecto complemento del filme, el festival ha programado el ciclo "Weimar oculto: más allá del Expresionismo", repleto de tesoros ocultos de aquel fascinante periodo del cine alemán.



Rabin, The Last Day, de Amos Gitai (Competición Oficial)

Entre la recreación ficticia y el empleo de valiosas imágenes de archivo, Amos Gitai se propone reconstruir en su último trabajo el asesinato de Isaac Rabin. En entonces Primer Ministro israelí fue asesinado en Tel Aviv un 4 de noviembre de hace veinte años por un joven fanático sionista. Gitai, sionista confeso y sin duda uno de los cineastas más apreciados y relevantes del Estado isrealí, siempre ha introducido la autocrítica en sus trabajos -Kadosh (1999), Kippur (2000), Kedma (2002), Free Zone (2005), etc.-, que de nuevo aparece en esta reconstrucción de las horas previas a la muerte de un estadista que se empeñó, contra viento y marea, en lograr una paz duradera entre Israel y Palestina.



The Event, de Sergei Loznitsa (Las Nueva Olas)

En la extraordinaria, impactante Maiden, su anterior trabajo, el rigor del plano fijo se ofrecía como el punto de vista atento y estupefacto de Loznitsa en el registro de la revolución popular ucraniana. Ahora viaja a los tres días que en el año 1991 sacudieron los cimientos de la Unión Soviética, en un montaje de found footage y material de archivo que nos recuerda al retrato de la caída de Caecescu en Rumanía que Harum Farocki retrató en Videogramas de una revolución (1992). El director ucraniano, maestro del documental y no menos incisivo constructor de ficciones -En la niebla (2012)-, vuelve a demostrar por qué es uno de los historiadores fílmicos y una de las voces de la conciencia política europea que con más atención merece la pena escuchar.



Cemetery of Splendour, de Apichatpong Weerasethakul (Special Screening)

La contradicción que anida en el último trabajo del tailandés Weerasethakul, ganador de la Palma de Oro con Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas (2010), es que su película en apariencia menos fantástica es la que se propone convocar más magia y misterio en la pantalla. Más cercana a Syndromes and a Century (2006) que a cualquiera de sus otros trabajos, de nuevo ubica el relato en un hospital, esta vez poblado de soldados que padecen la misteriosa enfermedad del sueño. Han sido puestos en cuarentena y una médium ayuda a sus familiares a comunicarse con ellos. Esta vez, el tailandés exige del espectador que ponga todo de su parte para que la dimensión fantasmagórica de su cine haga aparición, pues es nuestra imaginación la que debe hacer el trabajo de volcar en la pantalla los sueños de los soldados a través de la filmación de lo real y sus evocaciones.



The Childhood of a Leader, de Brady Corbet (Competición Oficial)

Llama poderosamente la atención la inclusión de este filme en Competición Oficial, ópera prima de un actor norteamericano -Funny Games, Melancholia, Martha Marcy May Marlene...- que adapta la novela corta de Jean-Paul Sarte La infancia de un jefe. Recordemos que el extraordinario relato del escritor francés relataba la educación sentimental de un joven estudiante tras la Primera Guerra Mundial, prefigurando los fascismos del siglo XX, pues de hecho se inspiraba levemente en las infancias de los grandes dictadores. Protagonizada por Robert Pattinson, esta escalofriante fábula nos cuenta la historia de un niño americano en la Francia de 1918, cuyo padre trabaja para el Gobierno de Estados Unidos en la articulación del Tratado de Versalles. Desde la novelización histórica, el drama familiar o el género del terror, nos preguntamos qué nos ofrecerá este relato en torno a la emergencia del mal.



No Home Movie, de Chantal Akerman (Las Nueva Olas)

La cineasta belga, que se suicidó el pasado 5 de octubre, se despidió con esta película, en la que armonizaba con su madre, piedra angular de su filmografía. Con en sus filmes domésticos Là-bas (2006) o News From Home (1977), No Home Movie se inscribe en los registros diarios de la intimidad de la ecléctica cineasta, que pone el centro de atención en su madre, superviviente de Auschwitz, para retratarla confinada en su apartamento de Bruselas durante las semanas previas a su muerte. Si en el filme de los años setenta, Akerman revelaba el carácter manipulativo de su progenitora, No Home Movie ofrece un emotivo retrato materno-filial lleno de devoción, afecto y comprensión. A partir de la esfera íntima, en todo caso, el filme plantea cuestiones asociadas al desarraigo del pueblo judío o la imposibilidad de un hogar, sin duda uno de los temas mayores en la filmografía de la belga, pues no en vano esta película establece un fructífero diálogo con su obra precedente, incluida su obra canónica Jeanne Dielman.



La Loi de marché, de Stéphane Brizé (Selección EFA)

Salió reforzada en el Festival de Cannes con el premio al Mejor Actor a Vincent Lindon en el papel de Thierry, un desempleado de cincuenta años enfrentado a un dilema moral cuando por fin encuentra trabajo como guardia de seguridad de unos grandes almacenes. El verismo documental de La ley del mercado transmite una sensación de realidad reforzada por un reparto de actores no profesionales rodeando al célebre protagonista, todos ellos en papeles cercanos a sus genuinas profesiones, y con el documentalista Eric Dumont fotografiando su primera película de ficción. Las escenas transcurren en tiempo real, sin cortes ni contraplanos, menteniendo en el centro del plano a Thierry, cuyo carácter contenido es el equivalente del filme. La propuesta busca destellos de humanismo en el contexto de la depredación laboral, sin deslizarse hacia el panfleto ideológico o el efectismo dramático. Un filme, cuanto menos, tocado por la generalmente esquiva honestidad.



Hitchcock/Truffaut, de Kent Jones (Special Screening)

Es el encuentro entre cineastas más famosos de la historia: las conversaciones que Hitchcock y Truffaut mantuvieron en los años sesenta y que se convirtieron en un libro seminal de la política de autor y esencial para los estudios cinematográficos. El crítico norteamericano Kent Jones, redactor jefe de Film Comment, dirige este documental, co-escrito con Serge Toubiana, que expande y comenta el alcance de estas conversaciones, ilustradas con imágenes, reforzadas por los audios y ampliadas con la correspondencia que mantuvieron ambos creadores. El carácter del documental no es tanto pedagógico como tributario, y acaso su intención primordial pasa por regresar a las enseñanzas del maestro del suspense bajo la luz del cine del siglo XXI. En este sentido, las intervenciones de cineastas como Arnaud Desplechin, David Fincher, Olivier Assayas, Wes Anderson o Martin Scorsese dejan clara la vigente llama de Hitch. La película se detiene especialmente en analizar Vertigo y Psicosis, como muestras no ya canónicas, sino perpetuas, de cómo el clasicismo dio paso a la modernidad.



El cine español más heterodoxo...

La academia de las musas de José Luis Guerin

Como en anteriores ediciones, Sevilla sigue apostando fuerte por las propuestas más inclasificables y audaces del cine español. En su sección a concurso estará el nuevo trabajo de José Luis Guerín, estrenado en Locarno, La academia de las musas, en la que el autor de En construcción propone un intrincado juego de espejos entre el documental y la ficcion a partir de las relaciones de un profesor con sus alumnas. Fuera de concurso se estrenará El tiempo de los monstruos, de Félix Sabroso, que se adentra en los procelosos caminos de la metaficción con un reparto de lujo, mientras que en la sección Nuevas Olas podrán verse los trabajos de Pablo Hernando (Beerserker) y Mauro Herce (Dead Slow Ahead): el primero promete llevar la crónica negra a lugares intransitados, como hiciera Carlos Vermut con Magical Girl, mientras que el segundo se embarca con sentido apocalíptico en un carguero para completar un relato fantasmal que se alzó con el Premio Especial del Jurado en Cannes.



El grueso de la producción española estará concentrado, en todo caso, en la sección "Resistencias", término que ya de por sí anuncia la naturaleza independiente y periférica de las propuestas. Autores como Norberto Ramos del Val (Amor tóxico), Ramón Lluís Blande (El nombe de los árboles) o Guillermo G. Peydró (La ciudad del trabajo) han mostrado anteriormente cómo no necesitan pactar con la industria para que sus discursos personales cristalizen en obras rabiosamente audaces y preocupadas por forzar las tensiones del cine español. También presentarán aquí sus trabajos Miguel Ángel Blanca (La extranjera), Elo Domínguez Serén (No Cow on the Ice), Luis Aller (Transeúntes) y Víctor Hugo Seoane (Verengo).



...dos cineastas por descubrir...

L'Étrangleur de Paul Vecchiali

En el arte de la espeleología cinéfila, la cita sevillana propone este año sumergirnos en las filmografías del francés Paul Vecchiali y la alemana Birgit Hein. El primero es una de las figuras menos conocidas en surgir en la explosión de modernidad de los años sesenta, probablemente debido a la singularidad de una filmografía que gira alrededor de las pasiones del deseo. Fue productor de las primeras películas de Jean Eustache y autor de películas que abordan diversos géneros desde un enfoque sui generis: el psico-thriller en L'Étrangleur, el drama intimista en Encore, el cine de espías mezclado con el porno en Change pas de main... Además, en la sección oficial fuera de concurso se presenta el último trabajo de Vecchiali, realizado este año, C'est l'amour.



Birgit Hein es una auténtica desconocida en España a pesar de ser un referente del cine de vanguardia alemán. Como si fuera la versión punk y descarnada de Margarithe Von Trotta, ha ejercido el activismo cinematográfico de la representación de la mujer en la pantalla desde los años setenta. Además de las seis emblemáticas obras que se proyectarán, entre cortos y largos, de su filmgorafía, la directora analizará los principios teóricos de su cine en una master class en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla.



...y un ciclo contracómico.

Es difícil, y probablemente infértil, tratar de encasillar películas como Down Terrace de Ben Wheatley o Le Roi de L'Évasion de Alain Guiraudie en los compartimentos estancos de la comedia tradicional. Para empezar, y a pesar de su desprendida informalidad y tratamientos sin complejos, ¿estamos realmenta hablando de comedias? No son películas hechas para reírnos, o quizá sí, aunque no sin antes incomodarnos. Se le ha llamado neo-comedia, post-humor o anti-comedia, lo mismo da. El ciclo "Contra-comedia" programado en el SEFF ofrece varios ejemplos de "comedias concebidas a la contra", sobre todo por "su doble capacidad de romper las expectativas de la comedia clásica y abordar asuntos cruciales del presente". Entra la selección, también encontramos varios títulos españoles, objetos fílmicos no identificados como 12+1, Una comedia metafísica de Chiqui Carabante, Ilusión de Daniel Castro o Taller Capuchoc de Carlo Padial.