Las amigas de Àgata, sensibilidad y talento
Las cuatro protagonistas de Las amigas de Ágata
Las amigas de Àgata, debut cinematográfico de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, versa sobre el difícil paso de la adolescencia a la madurez, ese momento en el que uno deja de ser un niño definitivamente para enfrentarse a lo que será el resto de su vida.
Protagonizada por cuatro actrices noveles con las que las cineastas colaboraron de forma estrecha durante el rodaje, la película tiene como protagonista a la Àgata del título y lo que vemos es su progresivo sentido de alienación respecto a sus amigas de toda la vida cuando entra en la Universidad. Algo ha cambiado dentro de Àgata, pero ni ella misma sabe exactamente lo que es y lo que vemos y sentimos es ese proceso en el que comprende que sus afectos han cambiado y que no volverán los días de felicidad adolescente porque además, tampoco quiere que vuelva. Se debate Àgata entre la que fue y la que adivina que comienza a ser, entre sus viejas lealtades y la lealtad a sí misma y todo esto lo cuenta el filme de forma sutil, extrayendo fascinantes actuaciones de sus actrices, y atenta a los detalles convirtiendo los silencios en torrentes de elocuencia.
No todo es perfecto pero incluso su propia imperfección colabora en que nos guste la película. La cámara muchas veces no está donde debería, el sonido es mejorable y hay algunos defectos obvios de fotografía. Pero en un entorno de películas sin alma primorosamente realizadas, Las amigas de Àgata tiene la virtud inapelable de lo directo y veraz. Hay mucha belleza en este filme que merece un gran éxito a su paso por las salas.
@juansarda