Los siete protagonistas de Los siete magníficos

Antoine Fuqua estrena Los siete magníficos, remake del clásico de Akira Kurosawa, que funciona como un poderoso alegato a la convivencia y la aportación de las minorías al acervo común de Estanos Unidos.

El director afroamericano Antoine Fuqua (Pittsburgh, 1966) saltó a la fama en 2001 cuando su película Día de entrenamiento se convirtió en un éxito mundial que le dio un Oscar a su protagonista, Denzel Washington. Desde entonces, Fuqua ha actuado como un caballo de Troya en Hollywood. Al mismo tiempo que maneja con pericia los códigos del cine de género de Hollywood, sus películas suelen ser artefactos explosivos en el sentido literal de la palabra, es un hombre tan aficionado a las escenas de acción y violencia, como a lanzar moralejas suvbersivas de forma soterrada. Los siete magníficos, una película magnífica, vuelve a ser un ejemplo.



Remake de Los siete samuráis (1954) de Kurosawa que a su vez tuvo un famoso remake en clave de western dirigido por John Sturges en 1960 con ese mismo título de Los siete magníficos. La historia, original de Kurosawa, se ha convertido en un estándar narrativo. Un pueblo vive acosado por unos malhechores que los tienen aterrorizados y explotan sus recursos y para defenderse contratan a siete hombres de acción (samuráis en el caso del japonés, vaqueros en el de Sturges) para que se los quiten de encima. Es el conflicto eterno entre la virtud y el Mal con mayúsculas, un combate a dos en el que está muy clara la distinción entre unos y otros pues no deja de ser un cuento épico sobre el valor y la virtud.



Denzel Washington, el actor fetiche de Fuqua y al que vimos hace poco en la también estupenda The Equalizer (2014) encabeza a esos magníficos, hombres de pasados no siempre perfectos pero con el suficiente honor como para jugarse la vida por los indefensos. Fuqua logra al mismo tiempo un filme de aire clásico con un ritmo moderno y una planificación extraordinaria que convierte a la película en un espectáculo de primera clase. Con actores como Ethan Hawke o Chris Pratt en los papeles principales, la cosa solo mejora. Y ese final glorioso en el que son esos "otros" que demoniza Donald Trump quienes salvan la función tiene una fabulosa retranca. Bajo el mejor western, se esconde un poderoso alegato a la convivencia y la aportación de las minorías al acervo común de Estanos Unidos. Estos siete magníficos vuelan alto.



@juansarda