Joachim Lafosse
La cercanía de la familia y la compleja relación de los hijos con sus padres vuelve a ser uno de los motores del "minoritario" director belga Joaquim Lafosse. Hablamos con él sobre Después de nosotros, una crónica de las tensiones de una pareja en plena ruptura.
Lo cierto es que el realizador belga ya ha estrenado varios de sus títulos en nuestra cartelera, algunos de ellos respaldados con premios que le han sido otorgados en certámenes patrios. En 2009 se hizo con el Luna de Valencia al Mejor Largometraje por Élève libre, y el año pasado, en San Sebastián, se alzó con la Concha de Plata al Mejor Director por Los caballeros blancos. Su nueva propuesta, el drama psicológico Después de nosotros, que se estrena hoy, carga de nuevo las tintas en la relación de los menores con sus progenitores.
En su versión original, la película lleva por título La economía de la pareja, una definición más acertada del argumento. El director invita al espectador a la inmersión en el hogar de un matrimonio al borde del divorcio y, sin embargo, forzado a cohabitar por la falta de ingresos del marido. Las tensiones, la mezquindad, la ira contenida y la nostalgia de lo que fue se despliegan frente al espectador en esta crónica realista de una ruptura, donde las miradas pesan más que las palabras. El director, especialista en malestares, radiografía el fin del amor frente a dos víctimas colaterales e impotentes, las hijas gemelas de la pareja rota.
Pregunta.- ¿Por qué ha decidido reincidir en el retrato de una pareja rota y enclaustrada en el mismo hogar, como ya hizo en su ópera prima, Folie privée?
Respuesta.- La pareja es algo relevante en mi vida. Tengo un gemelo, y mi padre tiene una melliza. Hace tiempo que quería rodar una película sobre una pareja que se separa. Soy un gran fan de ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966) y quería hallarme en una posición como director en la que sólo tuviera que ocuparme de la puesta en escena y de mis actores. De ahí la idea de no abandonar el espacio de la casa que comparten los personajes. Tenía ganas también de realizar una película sobre mi generación, la de los 30 y 40 años. Quería que la esposa tuviese más dinero y medios que el marido, porque es una realidad social que, afortunadamente, cada vez es más común, pero no se trata de una situación sencilla ni para las mujeres ni para los hombres. Y luego había un último deseo, que era filmar a unos niños gemelos y a una pareja adulta, y asistir a cómo la pareja se separa mientras los críos se juntan. El guión me ha permitido combinar todo eso.
P.- ¿Ha sido compleja la planificación de los planos-secuencia en la puesta en escena?Farhadi y Maurice Pialat me gustan por su manera de filmar. Gus Van Sant por su fluidez y los Dardenne por la dirección de actores"
R.- Ha sido duro. De hecho, hemos trabajado seis semanas en un mismo decorado, pero fue necesario, porque hemos filmado mucho. Hemos llegado a repetir una misma toma 40 y 50 veces. Y no quería perder la espontaneidad de las niñas. Al mismo tiempo, a los críos no se les puede dirigir, hay que ponerlos en situación. De modo que la pareja de intérpretes protagonistas, Bérénice Bejo y Cédric Kahn, y yo teníamos que esperar el momento idóneo en el que estuvieran a punto. Lo que no sucedía a menudo. Ha sido el rodaje más feliz que he vivido.
P.- ¿Cuáles han sido sus referencias en el terreno cinematográfico para esta película tan claustrofóbica?
R.- Formalmente no tengo una referencia. ¿Claustrofóbica? Es mi estilo, pero es cierto que hay directores que me han hecho reflexionar, como Asghar Farhadi y Maurice Pialat en la manera de filmar una situación. También Gus Van Sant, por su fluidez, y Mike Nichols. En el aire desasosegante puede ser Haneke. En lo que se refiere a los planos-secuencia y a la dirección de actores me he mirado en los hermanos Dardenne. Hay películas como Propiedad privada o Élève libre, en los que fui muy dogmático, poniéndome como meta limitar la película a 81 planos. Y había cierto orgullo en conseguir hacer un filme así. Antes era más estricto. Pero después de rodar Perder la razón he evolucionado y lo que me interesa es filmar la escena de la manera más precisa.
Actores duros y emocionales
Una imagen de Después de nosotros
P.- Ha nombrado a Farhadi y eso me lleva a preguntarle si eligió a Bérénice Bejo como protagonista por su interpretación en El pasado.R.- No era mi elección inicial, pero estoy muy orgulloso del reparto. Lo que me gusta de Bérénice es que propone. Es una intérprete que improvisa muy bien. También Cédric, pero era más obvio porque es autor y cineasta. Bérénice me ha sorprendido mucho. En primer lugar porque no es nada complicada, no tiene actitud de estrella. Y luego hace algo muy complejo: es dura, pero uno puede sentir su emoción, su dificultad.
P.- A diferencia de alguno de sus filmes previos, aquí no incide en la pérdida del libre albedrío. ¿Ha dejado de interesarle como motor dramático?
R.- Acabo de terminar la preparación de un filme que rodaré en primavera y de nuevo aborda este concepto. Trata sobre un chico con un padre muy poderoso, abogado, que descubre la desviación de su progenitor y lo confronta. Es fundamental llamar la atención a la gente para que no pierda jamás la libertad en la toma de decisiones.
@BegoDonat