Noel Gallagher

El documental Supersonic relata el fulgurante ascenso al estrellato del grupo de los hermanos Gallagher antes de que internet cambiara la industria discográfica.

En agosto de 1996 Oasis, una banda de Mánchester que tres años antes era absolutamente desconocida, logró reunir en un prado de Knebworht a nada más y nada menos que 250.000 personas para que vibraran con sus canciones. Por poner un ejemplo que dé muestra de la magnitud de tal logro, el Primavera Sound de Barcelona (que cuenta con grupos de todos los estilos, algunos de ellos los más seguidos y con más fans del momento) congrega en sus cinco jornadas a 200.000 asistentes en total y, por no salir de las Islas Británicas, el Festival de Glastonbury nunca ha sobrepasado los 153.000 abonos vendidos. Además se estima que dos millones de personas intentaron comprar entradas para aquel concierto, lo que significaría que un 4 % de la población de Inglaterra intentó acudir a la cita.



Oasis fue todo un hito en la historia de la música, probablemente el culmen y epitafio de los tiempos de las grandes industrias discográficas, que estaban a un paso de desmoronarse por obra y gracia de internet. Pero, ¿cómo fue posible que unos chavales que ensayaban en un inmundo sótano de su ciudad natal tres años antes lograran un éxito tan asombroso? El documental Supersonic de Mat Whitecross trata de desentrañar este misterio y, a la vez, ofrece un intenso relato sobre las dinámicas internas del grupo, que en este caso estaban basadas en la intensa relación entre los hermanos Gallagher, Noel y Liam. Ambos salpican el ingente material visual que conforma la película (vídeos caseros, grabaciones amateurs de conciertos, entrevistas, actuaciones en televisión, fotografías…) con declaraciones extraídas de sendas entrevistas realizadas en exclusiva para el propio documental (por separado, claro. Hace años que no se hablan).



La infancia de ambos, que ocupa buena parte del filme, estuvo marcada por la escasez de la vida en un suburbio de Mánchester y por la relación de ambos con su agresivo padre, que a veces recurría a la violencia física con Noel, el mediano de los tres hermanos, no así con Liam, que era el pequeño. Para evadirse, al tiempo que se volvía muy introvertido, Noel se refugiaba en la guitarra y en la música. En el documental dice que fue su padre quien le metió el talento a golpes. Seis años después de divorciarse, la madre de ambos se decidió a marcharse de casa llevándose a sus tres hijos con ella. La desestructuración familiar, unida a su volcánico temperamento, convirtió la adolescencia de Liam en una concatenación de gamberradas que a veces pasaban a mayores. En estos tiempos ya era obvia la tensión y las diferencias de carácter entre Noel y Liam.



Sin embargo, tras ciertos avatares ambos convergieron en Oasis. Liam se limitaba a poner la voz y Noel hacía casi todo lo demás. Sin embargo, no había rastro de sometimiento en la actitud de Noel con respecto a su hermano menor y aparente líder en inicio. Era una relación en la que ambos trataban siempre de imponerse y cada uno tenía sus recursos. De esa tensión nacía el gran genio de la banda y esa tensión sería a la postre lo que acabaría con ella.



Un golpe de suerte haría que Alan McGee, el jefe de Creation Record, una de las discográficas independiente más punteras del momento, acudiera a un bolo de Oasis en Glasgow y se prendió la mecha. Les fichó al momento y de ahí hasta Knopwerth todo fue supersónico. Con los clásicos capítulos de autodestrucción y estupor ante éxito de las bandas de rock: un episodio a lo Benny Hill en un ferry que acabó con Liam en el calabozo, un actuación nefasta en el primer concierto en EEUU por culpa de la metanfetamina que casi provoca la deserción de Noel, renuncias por parte del resto de la banda, peleas en estudios de grabación, declaraciones incendiarias, acoso de los tabloides...



Sin embargo, todas estas peripecias son de sobra conocidas ya que el grupo siempre alardeó de ello. El documental acaba en el momento álgido de la banda y no menciona siquiera el declive posterior y también hay aspectos que se obvian, como su relación con otros grupos del Brit Pop. Aun así el documental funciona, principalmente por los recursos empleados por Whitecross para que no baje el ritmo y por la sinceridad, inteligencia y espontaneidad que imprime Noel a su análisis de toda aquella época. Y, por supuesto, por la banda sonora.



@JavierYusteTosi