Lorena González Olivares

Según fuentes del ministerio de Cultura, la decisión ha sido tomada por el nuevo secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, como primer paso para renovar a su equipo más cercano.

Lorena González Olivares ha sido cesada como directora del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales por el nuevo secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo. Según fuentes del ministerio, esta decisión no responde más que a un habitual cambio de fichas en el equipo más cercano del nuevo secretario, que querría a alguien de su confianza para un cargo vital en la cinematografía española, que además deberá afrontar importantes retos.



González Olivares, licenciada en Geografía e Historia, llegó a la dirección del ICAA en julio de 2014 tras la dimisión de Susana de la Sierra por discrepancias con el Gobierno de Mariano Rajoy sobre las ayudas al cine. González Olivares, cuyo cese se hará efectivo en fechas próximas una vez que se designe un nuevo director, llegó al cargo desde la secretaría general del ICAA y prácticamente sin experiencia previa en la gestión cultural. Antes había desempeñado cargos en el Ministerio de Hacienda y en Asuntos Sociales, Sanidad y la Comisión Nacional de la Competencia.



Durante la gestión de Lorena González Olivares el ICAA sacó a la luz un informe que aireaba irregularidades en la obtención de las subvenciones que otorga el ministerio de Cultura y que habrían cometido productoras, en connivencia con distribuidoras y salas de cine y que llevo a los tribunales a pesos pesados del cine español como el productor y ex Presidente de la Academia de Cine Enrique Gonzalez Macho. También salió adelante la nueva Ley del Cine durante su estancia al frente de la institución. "Casi todo el mundo estaba de acuerdo en que era necesario un cambio", comentaba Lorena González en una entrevista a El Cultural respecto a la Ley.



El nuevo director del ICAA tendrá que enfrentarse a importantes retos. El principal será la situación que atraviesan tres de las filmotecas españolas (de la que ya informaba Carlos Reviriego en El Cultural en julio de este mismo año), presas de la precarización cultural, la ineficacia administrativa y la escasa voluntad política de los últimos tiempos. Algunos trabajadores hablan de procesos de tecnocratización y desmantelamiento (los apocalípticos), mientras que otros (los integrados) no son tan catastrofistas, si bien alertan de varios males sistémicos.



En el caso de la sede central de Filmoteca Española, un amplio informe elaborado por especialistas y extrabajadores en el centro ha denunciado y detallado los desarreglos y complicaciones de la situación actual de la filmoteca madrileña, y que se han visto agudizados tras la sucesión de jubilaciones de los titulares de varios puestos de responsabilidad y especialización -entre ellos la propia dirección del centro-, que de momento no se han cubierto o se ha hecho con funcionarios sin especialización.



Además, trabajadores, sindicatos y usuarios de la Filmoteca de Galicia-CGAI (Centro Galego das Artes da Imaxe) denuncian desde hace meses el abandono que sufre el centro gallego, que ha visto su presupuesto reducido en un 70% desde el año 2010, así como su personal, y atraviesa su mayor crisis en sus 25 años de vida.



La situación del IVAC (Filmoteca de Valencia) también ha entrado en alerta roja, y varios de sus empleados manifiestan su preocupación al entender que la institución fílmica ya no puede ofrecer con garantías la función social, cultural y pública para la que fueron creadas: la conservación, investigación y promoción del cine español.



Otro de los retos a los que tendrá que hacer frente el nuevo director del ICAA es la paralización que desde hace cinco meses sufren las ayudas a cortometrajes y a películas que participan en festivales internacionales.