Image: Cristophe Farnarier: La naturaleza es medicina, un lugar donde reconstruirse

Image: Cristophe Farnarier: "La naturaleza es medicina, un lugar donde reconstruirse"

Cine

Cristophe Farnarier: "La naturaleza es medicina, un lugar donde reconstruirse"

El director de cine francés estrena El perdido, donde vuelve a tratar la relación del hombre con la tierra

2 diciembre, 2016 01:00

Christophe Farnarier

Cristophe Farnarier (Marsella, 1963) es un director francés afincado desde hace mucho años en nuestro país que comenzó a llamar la atención como operador de cámara de Albert Serra en aquella Honor de cavalleria (2006) que supuso el lanzamiento al estrellato del cineasta catalán. Desde entonces, Farnarier ha emprendido una trayectoria en solitario en la que la naturaleza ha adquirido un papel protagónico. En El somni (2008) veíamos el vagar de un pastor trashumante con sus ovejas por el Pirineo en una de las películas visualmente más hermosas de la última década. La primavera (2012) volvía a plantear la relación del ser humano con la naturaleza en estado puro a partir de una familia que vive aislada en el campo, cuya existencia discurre imbricada con los ciclos de la naturaleza. En El perdido, de nuevo vemos la relación entre el hombre y la naturaleza aunque vista de una manera más problemática. Aquí el protagonista es un joven "perdido" no tanto geográfica como espiritualmente que encuentra en la conexión con lo salvaje un camino a la redención con ecos claros del filósofo estadounidense Henry David Thoreau.

Pregunta.- Quizá desde Thoreau o quizá mucho antes, no deja de ser un clásico la búsqueda de la paz interior en la naturaleza por parte del hombre urbano. ¿Es un viaje sanador al origen?
Respuesta.- Es una historia de superación, hay una crisis muy profunda y vemos la resolución. Hay una propuesta formal muy clara, muy definida; desde el arranque del proyecto comenzamos a quitar diálogos y yo decidí que quería filmarla como he hecho mis documentales, con un equipo un poco más numeroso pero con los mismos parámetros. Al principio yo estaba filmando la primavera y tenía en mente el Walden (la obra de Thoreau) y pensaba que el mundo estaba hecho un desastre y que la solución es irse al bosque. Al actor (Adri Miserachs) lo conozco porque somos vecinos en un pueblo de veinte habitantes y al principio simplemente nos fuimos al bosque a rodar. Iba a ser un documental sobre cómo construye una cabaña, lo cual nos lleva a ese mundo de Thoreau. Y de repente apareció un productor de Madrid con la idea de hacer una película sobre la historia real de un hombre andaluz que había estado catorce años viviendo perdido por el monte lo cual era como si me hubieran adivinado el pensamiento. El personaje real era un tipo medio ladrón y los paisajes son preciosos pero yo no los acababa de ver, así que finalmente lo ambientamos en Gerona.

P.- ¿Vemos el reverso de Hacia rutas salvajes (2007), la película de Sean Penn?
R.- Son historias muy distintas. Yo pensaba que la mía empieza donde acaba esa porque el personaje de la película de Penn, que me gustó, se muere. También se puede establecer otro paralelismo con La próxima piel, de Isaki Lacuesta, que arranca cuando el "perdido" regresa a la civilización y la mía empieza cuando se pierde. No he trabajado pensando en las películas de los otros pero hay toda una parte en esta película que no estás viendo que es lo que le ha pasado antes al protagonista para llegar a esa situación. Cada uno se puede imaginar lo que ha pasado antes. Todos conocemos gente que se ha suicidado o sabemos muy bien lo que es una depresión, agarramos al personaje a nivel del suelo y poco a poco se va levantando. Primero vemos sus intentos de suicidio pero en cuanto recoge la leña y hace el fuego empieza la reconstrucción. Y este gesto es el primer gesto de la humanidad porque es la diferencia con el animal, hacer fuego. Poco a poco va apareciendo el hombre.

 


P.- No deja de ser un poco la historia de Robinson Crusoe...
R.- Robinson Crusoe se pasa toda la novela esperando al barco, en este caso es voluntario. La única vez que aparece un barco huye otra vez porque no espera volver, se construye un paraíso en el que va construyendo su espacio vital. Es un poco la historia de los tres cerditos, al principio tiene una casa de paja, después de madera y finalmente de piedra. Y es como Walden, al final llega a un estado de satisfacción personal y autonomía. En 2010 hice un documental sobre el primer rastafari que se estrenó en Francia en la que vemos esa frase de los rastas: "Self reliance", que podría traducirse como la capacidad para hacerlo todo uno mismo sin la ayuda de nadie.

P.- ¿Nos hemos olvidado en el mundo moderno de la naturaleza?
R.- La naturaleza es medicina. Mucha gente ha vivido ese momento de estar abajo del todo, apartarse del follón del mundo moderno y reconstruirse. Esta es una historia eterna. Por eso es muy difícil saber en qué epoca transcurre la película. Lo mismo pasa cuando llega al autoconocimiento y comienza a leer y escribir. Hay un momento en el que comienza a ser conectado con lo que es la propia vida. 

@juansarda