La mirada de los niños es la protagonista en Nacido en Siria

Numerosos documentales, desde Nacido en Siria de Hernán Zin, hasta Lampedusa in Winter, Jakob Brossman, retratan desde su propia perspectiva el drama de los refugiados que asola Oriente Medio y también Europa.

Nadie sabe cuántos muertos ha provocado la guerra de Siria pero no son menos de los 312 mil que calcula el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y los 400 mil que dice la ONU. En cualquier caso, es sin duda la mayor tragedia de nuestros días. Hoy se estrena Nacido en Siria, dirigida por el reportero argentino afincado en España Hernán Zin, en la que recorre el destino de varios niños refugiados que huyen despavoridos de la guerra para encontrarse con una Europa que los acoge en barracones y los enfrenta a una burocracia infinita que en los mejores casos termina con el acogimiento y en muchos otros con la expulsión.



Nacido en Siria es solo uno, sin duda de los mejores, documentales que tratan la guerra de Oriente Medio desde la perspectiva de los refugiados, un drama humanitario que ha provocado el desplazamiento de casi cinco millones de personas, según cifras de ACNUR. En la película de Zin vemos el drama a través de los ojos de los niños, como también en la danesa Un hogar en el mundo, de Andreas Koefoed, que está más centrada en el asunto de la integración de esos jóvenes cuando llegan a los nuevos países. Los campos de refugiados son los protagonistas de District Zero, dirigida por los españoles dirigida por los españoles, Pablo Iraburu, Jorge Fernández y Pablo Tosco, en la que adopta un tono naturalista.



Y antes de ir por partes, una joya: Siria: Una historia de amor, una película asombrosa de Sean McCallisterm seguramente la mejor de todas ellas.



District Zero muestra el día a día de un campo de refugiados

Hernán Zin ya nos contó la última guerra de Gaza partiendo de la mirada de los niños en Nacido en Gaza, donde esa mirada infantil traumatizada en la que el juego se combina con la tragedia adquiría gran fuerza dramática. Nacido en Siria es una muy buena película en la que Zin sigue el rastro a varios niños continuando el mismo recorrido desde su huida del país pagando a traficantes de personas para recorrer una peligrosísima ruta por mar en la que solo el año pasado murieron 4.500 personas. A partir de allí, en el filme vemos esos paupérrimos campos de refugiados en los que se hacinan miles de personas para empezar un peregrinar geográfico y burocrático que divide familias y destruye vidas. Historias que no acaban tan mal e historias que acaban muy mal en las que Zin logra impactantes imágenes del interior de los campos, donde la pobreza y la incertidumbre generan violencia y caos, para conmovernos con esas miradas infantiles truncadas.



La danesa Un hogar en el mundo, de Andreas Koefoed, disponible en Filmin como todas salvo Lampedusa in Winter, tiene un planteamiento aparentemente más sencillo y menos ambicioso que Zin, que documenta cada una de las fases de la odisea los refugiados, para centrarse en las dificultades que encuentran los niños sirios para adaptarse a su país de acogida. En una escuela de un centro de la Cruz Roja se juntan refugiados con niños con problemas daneses y la película muestra tanto los conflictos entre ellos como la entereza de los profesores que luchan para que los niños se sientan a gusto. Niños con pesadillas de guerra que no duermen bien porque tienen miedo de que entren a matarlos enfrentados a una sociedad tan nueva como desconocida.



Un campo de refugiados en Jordania es el escenario de District Zero, documental dirigido por los españoles Pablo Iraburu, Jorge Fernández y Pablo Tosco, en colaboración con Intermón Oxfam ofrece una mirada entre lo costumbrista y lo poético de la vida de un refugiado sirio, Maamun Al-Wadi, que tiene una pequeña tienda de reparación de móviles. A partir de una pequeña anécdota, la compra de una impresora de fotos del móvil que permitirá a los refugiados imprimir sus recuerdos y liberar memoria del móvil, sirve a los cineastas para construir un minúsculo pero conmovedor retrato de la cotidianeidad de un lugar inhabitable en el que la vida lucha por hacerse paso aún en las más terribles circunstancias.



Dos mundos en peligro se unen en Lampedusa in Winter

Siria: Una historia de amor, dirigida por el prestigioso Sean McAllister, es una película asombrosa. El cineasta sigue durante cinco años a una pareja de disidentes sirios al régimen de Bashar al-Ásad (se conocieron en prisión), cultos, sofisticados y no muy distintos a cualquier pareja occidental. Asediados en todo momento por las fuerzas del régimen hasta que finalmente consiguen exiliarse para iniciar una turbulento exilio, el proceso de degradación de la pareja (ella, se llama Raghda y tiene una fuerza avasalladora) está narrado por McAllister como un drama íntimo con pulso de maestro sumergiéndonos de una manera estremecedora en el horror de la guerra.



Lampedusa in Winter, de Jakob Brossman, acierta a reflejar el drama de los refugiados desde la miarda de los atónitos, tristes e impotentes habitantes de la pequeña isla de Lampedusa, desbordados por una tragedia que supera por mucho sus posibilidades y aboca a una pequeña comunidad rural, con sus propios problemas, a enfrentarse en primera línea a los dramas del mundo. Es un filme hermoso en el que destaca esa alcaldesa aguerrida de Lampedusa que a la vez que lidia con una crisis con los pescadores y la compañía de ferries se enfrenta a un drama en el que Europa e Italia la dejan abandonada.



@juansarda